Admoniciones 

Autor: Rafael Ángel Marañon

 

 

A la medida de la ofensa ha de ser el precio del rescate y la justificación, con un sacrificio a medida también del ofendido. Por eso el sacrificio de Cristo Jesús es el mayor de los sacrificios. Hebreos 9:26. Midamos nuestros pecado y nuestra perversidad por la magnitud del precio. Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1ª Corintios 6:20. Y enseguida descansemos en este. ¿Qué cosa de más hemos de ofrecer? Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.  1ª Corintios 7:23. ¿Que precio? ¿Tal vez oro o plata, o favores, o riquezas capaces de rescatar a un rey? ...sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, Solo pensemos un poquito en esto. Aunque sea solo un poquito.