Admoniciones 

Autor: Rafael Ángel Marañon



El trabajo es del Señor y Él quiere que en él nos ocupemos y no demos lugar al ocio tentador, así como se dice en la Santa Escritura y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, 1ª Tesalonicenses 4:11  

Es útil para tener sustento y abrigo y así estar contentos con lo que el Señor nos añada o quite dedicándonos continuamente a su adoración. Así dice el gran apóstol Pablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, a fin de que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Efesios 4:28. Toda una lección de socioeconomía. Muchos hay que por su pereza o loca vida se ponen ellos mismos en necesidad y aun desean seguir ese depravado camino. No son ellos los que necesitan tu generosidad cristiana de forma más apremiante. Más bien (y hay muchos) aquellos a los que una situación no deseada ni buscada les hace padecer necesidades perentorias y básicas. Todos (unos y otros) son son dignos de compasión. Y en eso también “trajina” Dios.