En
tus manos entrego mi espíritu. Lucas
23:46.
Esa actitud de Jesús es sublime ejemplo
para todos. Aun en la peor de las
situaciones, imitemos a Jesús que sabía
que su Padre tiene todo calculado y nada
de lo que nos sucede se le escapa de las
manos. Jesús sabía que en cualquier
situación, el Padre estaba en el
control de la situación y todo iría
bien en cualquier circunstancia. Se
entregó a su voluntad y esperó los
resultados. Lucas 22:42. ...
Cristo, en los días de su carne,
ofreciendo ruegos y súplicas con gran
clamor y lágrimas al que le podía
librar de la muerte, fue oído a causa
de su temor reverente. Y aunque era
Hijo, por lo que padeció aprendió la
obediencia; y habiendo sido
perfeccionado, vino a ser autor de
eterna salvación para todos los que le
obedecen; Hebreos 5,9.
Y
si el hijo aprendió la obediencia en
medio de tanta tribulación, siendo
incente y divino, ¿qué de nosotros?
callemos y obedezcamos. Eso es lo que
Cristo nos enseñó a costa de su sangre
y sufrimientos.