Admoniciones 

Autor: Rafael Ángel Marańon

 

 

Jesús una vez bautizado y lleno del Espíritu Santo, fue llevado por el Espíritu al desierto y en él fue tentado por el diablo. Lucas 4:1 al 13. Así nosotros, una vez tomada la decisión de sumergirnos en la voluntad de Dios, somos conducidos por el Espíritu a la aridez de la fe para, como el Maestro, ser tentados también con las mismas tentaciones. Todas las astutas invitaciones del diablo habrán de ser rechazadas como las rechazó Jesús. Nuestros propios esfuerzos para obtener pan (autosuficiencia). Adorar a la bestia diabólica (adaptarnos a las costumbres y usos del mundo) para obtener honra y poder mundano. Probar a Dios para que secunde nuestras temerarias aventuras en el terreno de la religión o en cualquier otro ámbito de la vida.

Solo en ese rechazo seco y con determinación agrada a Dios. En ese terreno de confianza en Él, obra Dios con toda su potencia. Y se apareció un ángel del Cielo para fortalecerle. Lucas 22:43. Dios no deja que los suyos mendiguen ni pan ni espíritu.