Admoniciones 

Autor: Rafael Ángel Marañon

 

Estaba enfermo Eliseo de la enfermedad de la cual murió. 2º Reyes 14. Cuando leemos este versículo ponderamos la vida de cualquier siervo de Dios. Eliseo como tantos murió. Como tantos otros hizo la obra encomendada y despues se reunió con el Señor. Nos llama la atención que el hombre que tantas enfermedades curó y hasta resucitó muertos, también enfermara y muriera. 2º Reyes 4:32 al 37. Ese es el destino final de todo hombre sea cual sea la forma en que el Señor lo retire de esta tierra. Sirva este ejemplo para nosotros, de manera que miremos siempre nuestras postrimerías y no las circunstancias en las que vivimos. Salmo 73:16,17. Al final de nuestros días enfermaremos de la dolencia de la que moriremos y, como Eliseo nos presentaremos ante el Señor limpios y seguros.