Admoniciones 

Autor: Rafael Ángel Marañon

 

 

No es impertinencia, que nosotros pidamos que Dios esté atento a nuestras oraciones. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. 1ª Pedro3:12.

Por otra parte no lo tenemos en cuenta en cuantas veces Él quiere hablar con nosotros. Le volvemos el rostro porque estamos inmersos en asuntillos menores, aunque a nosotros nos parezcan importantísimos porque se relacionan con nuestros deseos, pasiones, o pereza espiritual. Pedir a Dios que nos escuche y no escuchar a Dios es cuanto menos una gran impertinencia y un desventurado desprecio.