Admoniciones 

Autor: Rafael Ángel Marañon

 
Muchas personas, incluso creyentes y más aun estos, exigen en su fuero interno ser agasajadas, reconocidas y halagadas. Quieren ser distinguidos por su inteligencia, belleza, ocurrencias, habilidad o hasta por una destacada humildad. Este vicio se basa a su vez en una noción de sí mismo completamente irreal. Pero el apostol pablo dice sobre estas cosas de forma clarísima: Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:3. Frecuentemente una actitud untuosa y edulcorada solo esconde la mayor de las soberbias. ¡Aprendamos a ser verdaderos elegidos, siguiendo alegre y fielmente el camino de Jesús. Es un privilegio, no un fastidio.