Admoniciones 

Autor: Rafael Ángel Marañon

 


El humilde no piensa en que es más sabio que otro. Sabe que su conocimiento y sabiduría son tan limitadas que hasta el más oscuro creyente puede superarle sin alardes en un momento dado. Reconoce tranquilamente la superioridad de cualquiera sin sentir envidia, sino generosa emulación para buscar la excelencia que el otro manifiesta (sin buscarlo) en su comportamiento. No pretende estar en los primeros lugares y solo los acepta para mejorar en lo posible a los demás... Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.Romanos 12:3. Se niega a sí mismo y cede toda su vida, sus capacidades y sus cualidades al camino de Jesús. Reconoce en otro más humildad que en él mismo y sobre todo nunca se cree suficientemente humilde.