Mucho se habla de tolerancia en estos días de humanismo exacerbado. Todos son afanosos defensores de la tolerancia. Nadie cae en la cuenta de que ellos también tienen diferencias que tienen que ser toleradas por los demás. Los cristianos tenemos otro procedimiento dado por el Señor, mucho más justo, práctico y cohesionador de la sociedad, familia e individuos. El amor. Todos los mandamientos, preceptos, filosofías, estatutos etc. quedan rebasados con elegante amplitud por el mandamiento del amor. El amor no es envidioso... es benigno... todo lo sufre... todo lo soporta... 1ª Corintios 13: Este es el estatuto más grande del cristiano para su andar entre los hombres. Y esto es lo que nos enseñó Jesús.