Admoniciones 

Autor: Rafael Angel Marañon

 

La religión pura y sin mancha ante nuestro Padre Dios es esta;

Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones,

y guardarse sin mancha del mundo.

Santiago1:27.

 

Someteos pues a Dios; resistid al diablo y huirá de vosotros

Santiago 4:7

 

Entre muchos llamados cristianos es corriente la costumbre de frecuentar lugares y personas que solo desean revolcarse en mundanalidades. Ellas solo gustan de estar contigo cuando habléis y hagáis cosas impías y sucias que a ellos agradan. Bajo la idea de estar con todos, para a todos ofrecer el Evangelio, muchos son los que caen en ese error que es un grave pecado.

No tratamos de los que acuden a algún lugar normal, ni de dejar de hablar con las gentes. Se trata del desmesurado apego que muchos tienen, de frecuentar y participar en palabras, dichos, y encuentros, en los que solo se trata de cosas que son de lo más profundamente desagradables al Señor, y perjudiciales para la vida cristiana.

No nos engañemos; los incrédulos se gozan en meterte dentro de sus sucios manejos, y en sus malvados propósitos y obras. Se complacen en hacerte caer. Cuando este caso se dé hay que salir rápidamente de la contaminación y vejación a nuestro espíritu, y lo que es más al Espíritu Santo. No consintamos semejante obra contra nuestro Señor en nosotros. Nunca se insistirá demasiado sobre este asunto.