Admoniciones 

Autor: Rafael Angel Marañon

 

 

Cuando nos damos cuenta cabal de nuestra nulidad y pobreza es cuando empezamos a avanzar por el camino que de verdad lleva a la vida. No se trata de un futuro incierto y más o menos lejano, sino que es un presente redentor y que actúa constantemente para nuestra fortaleza y para una vida verdaderamente gozosa y pacífica. La paz solo la estima en lo que vale el que ha perdido la paz. Y ¿quién no ha perdido la paz? La paz que se pregona es mentirosa, ya que no es la que Cristo ofrece. Juan 14:27. La que Dios da es perenne y real. Es. doy; no es. daré. Es, aquí y ahora, para una vida estimulante y alegre que tiene continuación después de la muerte del cuerpo. El seguimiento de Jesús tiene esta promesa inmensa: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Juan 10:27. Para mí es bastante y sobra.