Limpios de corazón
Autor: Rafael Ángel Marañón
Sin alardes piadosos, ni aparentes maneras,
El Cristo sacerdote, ya ofreció su oblación,
Y a nosotros nos queda guardar el corazón,
Para entregarlo puro sin poses altaneras.
Sin vanos sacrificios, sin quejas ni quimeras;
Una conciencia limpia y una noble razón,
Sin pompas ostentosas, ni alardes ni hinchazón,
Sencillamente amando y confiando de veras.
Esto es lo que Dios pide a los que son de Cristo,
De los que humildes ruegan en serenas bonanzas,
Que de Jesús provienen y que al Padre nos llevan.
El Padre Santo y Grande, en su amor ha provisto
Recibir de sus hijos las tiernas alabanzas,
Que con templado amor nuestras almas renuevan.