La Cern pone en evidencia la teoría de Einstein
Autor: Rafael Ángel Marañón
Me llevas de la mano con tu inmenso poder
Y me das una dicha que no puedo olvidar.
Santo Cristo bendito no me dejas caer
Aunque obstinado y terco me quisiera soltar.
En tus divinas manos no me dejas perder;
En el mar de la vida no temo naufragar;
De tu amor solo espero un dulce amanecer,
Aunque negras tinieblas me amenazan tragar.
Es tu vida, mi vida, y tu amor, es mi amor,
De tu mano yo lucho con siniestras negruras,
De las dudas, agobios, flaquezas, o temor.
Pero sé que en tu gloria finará mi dolor,
Y sin lucha o angustia, en tu trono de alburas,
Disfrutaré por siempre tu gloria y esplendor.
Rafael Marañón