Sistema perverso II

Autor: Rafael Ángel Marañón    

 

 

Nuestra llamada y elección es por parte de Dios: No me habéis elegido vosotros a mí sino que yo os he elegido a vosotros. (Juan 15:16) Satanás es el opresor y dominador de este mundo, por que en el Edén derribó al hombre, y se hizo con el poder que hasta el mismo Jesús  reconoció. Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. (Lucas 4)

 

El Espíritu Santo mantiene con vida espiritual a unos pocos elegidos entre los que nos encontramos nosotros a los que no se nos piden fruslerías sobre como vestir o comer etc. sino una lealtad y una gratitud por la elección y por el destino final victorioso que nos espera y que ya es una realidad si es que nos hemos dado cuenta de la grandeza de nuestra misión en este mundo que es, como hizo Jesús, el dar testimonio de la verdad.

 

Las discusiones sobre doctrinas, siendo tan importantes, no tienen mayor relevancia para los «iniciados» sino el sostenimiento de la «resistencia» hasta la liberación de toda la humanidad. Es tan importante esta misión que las demás quedan muy por debajo. Las disputas doctrinales y más aun, las que se promueven por métodos o formas de hacer, más bien sirven al «depredador» de almas, que a la misión que los cristianos tenemos en este sistema. Somos claramente enemigos de este sistema y este lo sabe bien, por lo que a los «religiosos» no solo los tolera, sino que los anima y protege, porque son el mejor medio de disfrazar su Gran Mentira.

 

No nos engañemos pues ya no luchamos contra sangre ni contra carne, sino con huestes espirituales. (Efesios 6:12) Estas son muy peligrosas y si no fuera porque el Espíritu de Cristo nos sostiene y nos conforta ya habríamos sido destruidos, mas el poder de Dios y su palabra son invencibles y a ellos nos acogemos.

 

No es pues relevante para el hijo de Dios que es consciente de estas cosas, el tener más o menos integración con el sistema, disfrutando de lo que este sistema nos ofrece; riqueza, placeres, poder... y tantas cosas por las que o luchamos o hemos luchado muchos de nosotros con ahínco. Ahora comprendemos que esos afanes no eran de Dios, sino que Satanás por medio de todos esos “cipayos” nos tentaba.

 

Despreciamos estas tentaciones, y nos conformamos con lo que nuestro trabajo o nuestros medios, más o menos amplios, nos proporcionan para vivir y el Señor nos proporciona. Es cierto que muchas veces miramos la prosperidad de los malos y tenemos cierta envidia y tristeza de ver nuestra poca prosperidad material, mientras ellos están cada día más lozanos y prósperos, tal como dice La Escritura Santa:  Y dicen: ¿Cómo sabe Dios?  ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?  He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia; Pues he sido azotado todo el día, y castigado todas las mañanas.

               Si dijera yo: Hablaré como ellos, he aquí, a la generación de tus hijos engañaría. Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí, hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos.  Salmo 73

 

Pero todo está bajo el control de Dios que es al fin el triunfador, y el que hace que todos sus designios se cumplan por su voluntad y poder. Nosotros somos su vanguardia y sus «soldados espirituales», contra el «maligno ejército de ocupación» de Satanás y sus huestes espirituales. Es pues por tanto, trivial e intrascendente que los soldados de Dios nos ocupemos de cominerías que al fin y al cabo son opiniones la mayoría de las ocasiones, y no nos ocupemos de un perpetuo contacto con Dios por medio de Jesucristo el Vencedor. Venciendo y para vencer. ((Apocalipsis))

 

Muchas veces nos ocupamos de cosas triviales, que en su momento más perentorio nos parecen importantes y hasta urgentes de resolver. Si no lo hemos podido hacer, y lo hemos dejado por ser imposible su solución inmediata, vemos después de un tiempo que no eran tan importantes y ya casi no nos acordamos de ello.

 

En este mundo traidor

Nada hay verdad ni mentira

Todo es según el color

Del diario que se lee

O el programa que se mira.

(Mixtificado)

 

AMDG.