Sistema perverso

Autor: Rafael Ángel Marañón    

 

 

La globalización es una señal del dominio del sistema, así como por la calla anda gente como zombis sin ver ni saber de qué va su vida. Una cosa es conocer el camino y otra distinta andarlo. Los ojos miran y no ven porque el sistema satánico ha nublado su vista. El asunto no es si hacemos esto o aquello: Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente carnal, y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.  

 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?

Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. ((Colosenses 2:18,23)) 

Así que el asunto es que desde la caída, hay un sistema mundial bajo la dirección de Satanás que conspira y pugna contra los hijos de Dios y que influye de tal manera en la vida de los humanos. Es patente a los cristianos maduros (no necesariamente letrados), que el sistema es una gran ramera y que los demás sistemas y organizaciones, aun en muchas que se dicen ser de Dios, están trabajando para el enemigo.  

Esa es la gran mentira, el engaño siniestro que el demonio usa para engañar a la humanidad con los sistemas globalización y anti globalización, y solo pretende que los hombres dejen a Dios, y su sistema inicuo llene toda la tierra sin obstáculos. Al final el triunfo clamoroso de Dios es inevitable… ¡pero ahora el enemigo no descansa.  

Ciertamente todas las propuestas son sibilinas y aparentemente maravillosas de tal manera que los cristianos seremos siempre los enemigos a derribar y nos tacharán de fanáticos y otras lindezas. Hemos de entender que somos elegidos de este mundo perverso para formar parte de un sistema de Dios que aparentemente en este mundo no tiene poder.  

Satanás sabe que somos los adversarios de su sistema y de su rebelión contra Dios. Jesús sin embargo en el monte de la tentación admite las palabras del demonio: Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.  Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos. ((Lucas 4:7))

También sabe que somos los que sostenemos la verdad, y por eso quiere eliminarnos mediante persecución, muerte, desacreditándonos,  y haciéndonos aparecer como los enemigos del progreso y de la libertad. Vosotros sois enemigos de nuestro bienestar y de nuestro optimismo contra el cual nos pretendéis desmoralizar y por tanto debemos teneros bien sujetos y apartados de todo lo nuestro.   

Eso mismo le decían a Jeremías en su tiempo. Por ello tenemos que tener presente, que San Pablo no era solo enviado a predicar el evangelio. Era sobre todo nombrado y escogido para ser un ciudadano de Dios en este mundo pagano o súper religioso. Su tema no era hacer esto o aquello, comer no comer, ya que eso era “pecata minuta”; su misión principal como hombre de Dios, era proclamar el Evangelio de Jesús en medio de una generación mala y adultera que dio la espalda a Dios, y se fija casi exclusivamente en preceptos que agrandan, inventan, que guardan, sin darse cuenta para que habían sido dados por Dios.  

De aquí que Jesús dijera que el sábado había sido hecho para el Hombre (para su descanso) y no el hombre para el sábado (para guardarlo como objetivo en su vida). El precepto siempre había sido para mejorar la condición del hombre tanto física como espiritual mente, y no para fastidiarlo y tenerlo esclavo de mandamientos que, ante todo, eran guía y prevención ante el mundo perverso, y los recursos del Espíritu Santo para no desviarse ante toda atracción maligna. La democracia tal y como se entiende hoy, así como tantas organizaciones con vocación mundial, solo buscan la emancipación del hombre y la expulsión de Dios de este mundo, de esta tierra. 

Rafael Marañón 2010-11-09

AMDG.