Sanedrines y Vaticanillos

Autor: Rafael Ángel Marañón    

 

 

En primer lugar gracias por leerme: en lo que me dice de los escándalos, pues es cierto en parte y se han dado y seguirán dándose casos (supongo), porque conociendo la naturaleza humana, estos casos nunca se pueden descartar. Es algo que va en las hormonas, la ocasión, etc. No es difícil de comprender para quien tiene edad avanzada y, por tanto, ya ha pasado por todas esas tendencia naturales del ser humano en cualquier lugar y comunidad. Y no trato de justificar lo injustificable. Pero recordemos lo de tirar la primera piedra.  

Ahora bien, usted dice que es cristiano. Yo no le preguntaré a usted a que denominación pertenece, pero le hago notar que no pueden formar una sola iglesia como el Señor mandó, porque entre ellas hay mucha competencia, y cada una de ellas tiene sus doctrinas muy medidas. Si son diferentes, como ya he dicho en más de una ocasión, solo una puede ser la buena, y las otras, pues no. ¿Qué quiere que le diga? 

Todas estas realidades que constatamos a través de nuestra experiencia, son fruto del abandono real de las ordenanzas y la dirección de Dios. Usted puede circular por una acera plena de gente y ¿puede usted decir cuantos de los transeúntes están en la cercana órbita de Jesús? Haga usted una prueba y pregúnteles a ellos. También dentro de todas las Iglesias llamadas cristianas, existen sus “sanedrines y vaticanillos” que imparten la ortodoxia de su denominación. Es pues posible, que dentro de cada una existan gentes que, por una u otra causa, no han entrado en el entendimiento de Dios y su Cristo a quien dicen servir. 

Estas personas, son las que producen esos escándanlos aparte del interés que tienen los enemigos del cristiano, en aumentar y esparcir el escándalo para ellos salir triunfantes. Es como alguien de muy estrecha vinculación conmigo, que decía que ¡cuando todos lo hagan (el seguimiento fiel de Cristo) yo también lo haré. Y así, el hombre se quitaba de encima algún compromiso y se justificaba a sí mismo. También es algo muy humano. 

El asunto es claro, y para mí no tiene discusión alguna. El interés de la incredulidad (que se da también dentro de las iglesias cristianas), es romper todo vallado que se les ponga delante, para establecer el reino de su amo, el diablo. Por tanto lo que más les estorba de momento es la Iglesia Católica que gracias a su mal llamado monolitismo, es la que se yergue elegantemente frente a esa incredulidad, y es la levadura y la sal de la tierra. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. (Mateo 5:14) Cuando Napoleón dijo que acabaría con la Iglesia Católica, alguien le respondió ¡No os será posible sire, ya ve que ni los mismos católicos hemos podido acabar con ella!  

Y hablo del catolicismo, como podría hablar del protestantismo y de tantas iglesias de distintas doctrinas que hacen gala de que son “Cristo céntricas”. Debieran seleccionar con quien se juntan, ya que muchas de sus doctrinas no son compatibles entre sí, cosa que no voy a exponer aquí pues es largo trabajo. Es muy penoso, por ejemplo, comprobar que las Iglesias Luteranas han perdido en Alemania el 50% de sus feligreses. Ni le hablo de la Anglicana, pues se nota que usted sabe como están las cosas en esa Iglesia. Y le reconozco a usted que la Luz del mundo es Cristo y no la sabiduría humana. Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12). Los que estamos en Cristo, podemos decir que también somos luz si permanecemos fieles a Dios, y seguimos a Jesucristo, nuestro Señor, reflejando su propia luz. 

Un saludo cordial, y ya seguiremos si el Señor quiere. 

AMDG.