Zombis (Ironías)

Autor: Rafael Ángel Marañón    

 

 

La Iglesia Cristiana es de lo más retrógrada. ¿A quien se le ocurre decir que los niños que se abortan son personas, y que son seres humanos? Es que es muy conservadora, y va muy atrasada. ¿A quien se le ocurre decir a estas alturas de la “civilización”, decir que no se tiene que trabajar más años para obtener la jubilación y para sobrevivir? ¿Están locos? ¡El hombre es nada; la sociedad lo es todo!

 

 Me pregunto ¿que hace un albañil a los setenta años en un andamio, o un profesor en una escuela o Instituto, entre seres plenos de vida y de agitación como corresponde a su edad? ¿Cuándo van a poder sentarse en su butaca, y ver la tele con sus “maravillosos” programas? Buenos o malos deben de poderlos ver tranquilamente sin el apremio del trabajo, y temas que a ellos a esas alturas de la vida ni les va ni les viene. Pero eso es lo que defienden los cristianos en todos los lugares de la Tierra. ¿Quién ha visto mayor despropósito? Es que los locos de Dios somos así.

 

Hay que ser rancio para proclamar que hay alimentos para todos, y que el cuidado del planeta le corresponde a todo habitante en él. Los más ricos también. Pero eso es cosa de los “Verdes”. Esos si defienden la abolición de la cacería sangrienta de ballenas, y crías de focas, aunque les importe un comino que se maten tantos millones de seres humanos, en muchas peores condiciones que el simple mazazo en la cabeza. ¿Por qué se meten los curas en estas cosas? Y para colmo, querer que se consideren a los enfermos ancianos y se les respete y cuide.

 

Lo razonable es que en esta sociedad de zombis, cuando los viejos no sirven para producir, se les finiquita y ya está el problema arreglado. ¿Es que no lo ven claramente? Y como se jubilarán a los setenta años (vaya usted a saber los que llegan a esa edad), se acaba casi con la mitad de las pensiones y los arreglos de los alifafes de los viejos. ¡Que cuestan un dineral!

 

¿A quien se le ocurre en estas condiciones que existen de adelantos y “progreso” proclamar tan claro que los chicos (y sobre todo las chicas porque son las que paren) hagan “guarrerías”, a pesar de que no tienen ni discernimiento para saber lo que cuesta la comida en casa, ni la cinta que llevan en el pelo? ¡Dejémoslas y animémoslas! ¿Que importan las frustraciones, los desencantos, y las secuelas de estos actos?

 

Las masas no tienen importancia, Se pueden machacar si es por el interés del “progreso”; los sentimientos, aunque sean carnales, tampoco. Todo por la progresía. ¿Qué se han creído esos arrogantes clérigos, para decirnos lo que hay que hacer o no? ¿Que no tienen pan?¡Que coman tarta! como decía María Antonieta. Es muy fácil; y mientras les sigan proporcionado latiguillos y consignas, la gente marcha al son de corneta y a tambor batiente por dende los quieren llevar.

 

El Pastor bueno que vela por las ovejas y busca su bien a costa de su vida es despreciado y tenido como nada por las gentes que, después se quejan y entonces sí que creen… que la culpa de lo que les pasa la tiene Él. Precisamente el que les da la vida, les guía, y les da alimento sólido y no recetillas roñosas y de la altura de una pulga, cuando pueden ser (haciendo lo que se les indica) robles que acojan a todo tipo de animal porque tiene y le sobra fuerza para sostenerlos a todos.

 

La Iglesia solo ha de darles “consuelitos” espirituales, que todos saben que son tonterías  para ricos. Bueno, no sigo, porque hay para diez tomos. Esto está así y mientras los cristianos no lo seamos de verdad, así seguirá. Oímos decir por todas las publicaciones y predicaciones; hay que hacer esto o aquello, con la aprobación de todos, (¡que bien habla este predicador!).

 

¿Para cuando, ese haz de energía ecuménica de que hablaba Rubén Darío, y pasar de la teoría a los hechos? La única receta buena, de conocimiento general entre nosotros, es la oración universal por la unción del Espíritu Santo, que proviene del Padre y del Hijo, y actuar de inmediato. Eso sí, que es LA SOLUCIÓN.

 

Pero no nos preocupemos, que nada de eso turbará nuestro “nirvana espiritual”, ni sacará del estado de Zombis a los demás. Seguiremos criticando a la jerarquía, a los beatos, a los meapilas etc. y dando crédito a todas las injurias que se quieran verter (ciertas o no) de los cristianos, porque para eso, sí tienen que ser superhombres y perfectos como los robot.   

 

Que el Señor haga que me equivoque es estas profecías caseras. ¡¡¡Con que placer lo recibiría!!!   

 

AMDG.