Extremista

Autor: Rafael Ángel Marañón    

 

 

Hay tópicos, que son de lo más dañino para todos los que en cierto modo, pretendemos salirnos de la rutina repetidora de tópicos que existen por doquier. La Iglesia Católica está recibiendo diariamente cargas de profundidad sobre ella que si no la van a hacer caer, si la tienen en perpetua zozobra. Y hay muchos cristianos que se alegran, porque no conocen que tan pronto como lograran hacerla caer, las demás expresiones o denominaciones cristianas serían también barridas por los mismos a los que ellos celebran sus “gracietas”. 

Como creo en la soberanía de Dios sobre todo cuanto pasa no solo en este planeta, sino en la creación total; creo también que la existencia de la Iglesia Católica como cualquiera otra confesión (cristiana o no) es propósito de Dios el Creador. Nada pasa desapercibido para Él y por tanto, las luchas y hasta las guerras sobrevenidas por causas de tipo religiosos son parte de su propósito, entendámoslo o no. 

Si no entendemos las cosas con este enfoque de la soberanía de Dios y de sus propósitos para su creación, tampoco debemos entender porqué existen las moscas ni porqué el agua del mar contiene sal, etc. Todo esta determinado por el que no tiene límites para su poder en su Creación. Desear que desaparezca esta religión o aquella, es tanto como decir que Dios se equivoca al permitirlas. Si se argumenta la libertad humana para pensar, no debemos olvidar que también la libertad y la inteligencia es cosa suya.  

Sé desde hace muchos años, que nadar contra corriente es cosa trabajosa y hasta peligrosa, pero si actuamos así es porque nos sentimos llevados a esta posición en la vida. Que soy fanático no es cierto… y sí lo es. No soy fanático de las reglas, y soy fanático o extremista al creer que un judío sin relevancia política ni social que fue crucificado, es Dios encarnado. Y que ese mismo Dios hombre (no hombre dios) nació de una mujer virgen y resucitó después de ser muerto en la cruz. Desde el punto de vista humano eso es muy difícil de creer, pero mire usted por donde, yo lo creo y en eso vivo. 

Y ante las avalanchas de estupideces que se crean alrededor de estos misterios, yo siempre he proclamado que ante estos maravillosos arcanos, esa parafernalia de discusiones que se promueven día a día en los medios de comunicación y en las disputas teológicas y sutilezas religiosas, el misterio de Cristo y de la Creación, desdibujan la multitud de las opiniones. Hay gente que quiere tener una opinión personal de estas cosas, que solo piden fe para empezar a actuar de la forma que el mismo Jesús dijo que lo harían.  

Él nos prometió un paráclito, el Espíritu vivificante, que experimentamos todos los que, sin más armas que la fe y la acción de este Espíritu, hemos gozado de una relación con el Cristo y con el Padre, sin más trabas que las que nosotros mismos le hemos impuesto por nuestra debilidad y a veces hasta cobardía. Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. (Romanos 12:1)

AMDG.