Ignorancia o sinrazones

Autor: Rafael Ángel Marañón    

 

 

El motivo por el que García Serrano criticó a Geli era el folleto sobre educación sexual publicado por la Consejería de Sanidad catalana, en el que se insta a los menores a experimentar prácticas sexuales de todo tipo, como la masturbación, sexo oral, prácticas homosexuales, etc. (La Gaceta 15-6-2006)  

No me canso de repetir a todos lo repugnante que me resulta este folleto, y la calificación que me merece dicha señora. Para mis amigos o que piensan como yo más o menos, no puede ser todo esto más atrabiliario. Me gustaría saber que le enseña esta señora a sus hijos o hijas. En una tertulia el señor Verstrynge, ha criticado y ha dicho palabras ofensivas contra los sacerdotes. No soy yo el que tiene que tomar cartas en el asunto, pero me extraña que entre los católicos no sea ya algo como un clamor general, contra esta forma de tratar a quien no se defiende con insultos, burlas, ni violencia. 

Las bromas a cuenta de los clérigos son repugnantes, porque se dirigen a quien saben que no se van a defender; por el contrario sus fans no van a formar barullo, ni van a exigir responsabilidades. El que como humanos tengan sus debilidades en minúsculo y  escandaloso número, no debe ser tenido como regla general por los que envidiando en el fondo las virtudes y el carácter recio de los que proclaman a Cristo los critican acerbamente. 

Se habla mucho de la guerra civil y hay que mojarse en esto, porque hay mucho error en los indocumentados que ponen énfasis en la “ilegalidad” del levantamiento, cuando tanto en Madrid como en Barcelona las multitudes salían a aclamar a los soldados de Franco que entraban en estas ciudades. Hartos de miedo, persecución, y de intolerancia aclamaron a sus liberadores sin temer ya por la seguridad de sus familias y personas. 

Se critica al cardenal Gomá por su apoyo al Movimiento, cuando ya muchos sacerdotes y católicos de a pie eran perseguidos, y estos sí por sus ideas, no por su violencia. Muchos religiosos de todo tipo habían sido asesinados, los conventos quemados y mancillados, monjas ultrajadas, y toda una parafernalia de asesinatos. Las turbas entraban en las iglesias y se beneficiaban de los objetos dedicados al culto, a la vez que los hacían objeto de escarnio y burlas. 

No hace falta ser católico (basta con querer el bien y la verdad) para entender la injusticia y maldad de esos comportamientos, y la adhesión del cardenal al movimiento insurgente, ya que eran los únicos que los respetaban, defendían, y honraban. No veo nada extraño que llevaran a Franco bajo palio, porque la alternativa, sin entrar en cuestiones políticas (que podemos) era la persecución y la muerte, hasta de obispos de manera brutal y cruel. ¡Como no lo iban a llevar bajo palio! ¿A quien entonces? ¿A Carrillo? 

¡Claro que proclamaron cruzada! ¿Que querían que hicieran? ¿Que se suicidaran los que dejaban ellos sin matar o torturar? Es insensato echar mano de la mansedumbre cristiana para justificar los asesinatos, y por si fuera poco culpar a las víctimas, muchas de ellas proclamando a Cristo y resistiéndose a apostatar entre torturas sin fin. Que el Señor nos perdone a todos.

AMDG.