Vivencias

Fracaso humano

Autor: Rafael Ángel Marañón    

 

 

              

La naturaleza humana, que todo el mundo cree conocer, es tan compleja que se necesitarían muchos tomos para rascar un poco, aun epidérmicamente en su magnitud. Todos creen que una unión entre los humanos con un solo propósito sería posible, ignorando que es precisamente el desconocimiento de esa naturaleza, lo que impide hacer algo más positivo, como nítidamente plantea la doctrina de Jesucristo.

 

Me contaba Homobono, que ayer se tuvo que parar a unos cuarenta metros detrás de un auto en un cruce de calles. Lo que pretendía el conductor parado, era volver marcha atrás y aparcar en un hueco que él mismo se había saltado.

 

Se volvió airado porque el pobre Homobono no había captado su intención, cuando él no había hecho señal alguna que delatase su intención. Homobono es hombre fornido y serio, por lo que dio marcha atrás, adivinando más que comprobando, la intención del airado automovilista. Se dolía porque un mequetrefe (como él decía), le apostrofase duramente y sin pizca de educación. No tenía ni para una torta.- decía despechado.

 

Pienso que el hombre enojado creía que a él le tenían que adivinar sus pensamientos, cuando él era el que incordiaba. Y cuenta Carlos que en un sepelio uno de los enterradores exclamó ante otro que le contrariaba ¿a mí? ¿A mí, me vas a decir lo que es la política? Y añadía Carlos sonriente.- ya sé que ser sepulturero no es una deshonra, pero tampoco es como para que nadie le considerara un hombre de grandes horizontes.

 

Y es que los humanos no entendemos, por más que las cosas nos lo demuestren por activa y por pasiva, que nuestra naturaleza está corrompida; nada de lo que intentemos de nuestro propio caletre producirá algo del agrado de Dios el Creadory sostenedor de este Universo creado. Babel es un claro paradigma, que expresa la opinión de los hombres y la de Dios en cualquier intento así.

 

Pueden los hombres producir su torre (siempre estarán intentándolo), pero al fin cada cual marchará por su cuenta, (cada cual su lengua) y todo se vendrá abajo. Vuelta a probar y vuelta a fracasar. La historia es una repetición monótona de los fracasos del hombre que no obedece a Dios y el triste final de todos los intentos. Solo en la fe de Cristo se puede avanzar en la dirección correcta.

 

Ideologías suceden a otras ideologías, se adaptan a los tiempos, y se prueba de nuevo, tal como el idiota que se lanza por una pista de despegue agitando sus brazos, hasta que se da cuenta llorando y decepcionado al final de la pista, de que le resulta imposible remontar el vuelo. Es tan obtuso que no se da cuenta de la imposibilidad de tanto intento. Así el ser humano no cae en la cuenta de que sus intentos y sus filosofías no le llevan a ningún destino, sino el que todos los filósofos ateos han encontrado al final de sus vidas miserablemente vividas.

 

 

AMDG.