Vivencias

Penumbra y Luz

Autor: Rafael Ángel Marañón    

 

 

               ….cuando no sabéis lo que será mañana.

Porque ¿qué es vuestra vida?

Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo,

y luego se desvanece.(Santiago 4:14)

 

Mi amigo Carlos, se empeña en que la vida es una neblina y le dice a Homobono que “eso está en tu Biblia”, como si la Biblia fuera patrimonio de nadie. Y es cierto que la vida es como una neblina, que al que no ambiciona excelencias de la vida, le parece eterna por lo molesta, y porque le impide desarrollarse. El que cree sabe, y digo bien, “sabe”, que después de la neblina aparecerá el sol que la levantará, y al fin resplandecerá, reinando sobre la oscuridad y el frío de las pasiones y los desencantos.

 

Conocemos, en el espíritu cristiano, que estamos en medio de una neblina, aunque que a través de ella percibimos que esta luz que nos envuelve, es originaria de otra sublime fuente que resplandecerá para nosotros y brillará tan pronto como esta neblina sea levantada. Homobono le dice que vivimos en fe, pero no una fe sin fundamento ni ceguera ante la realidad, sino porque aun no estamos en condiciones de recibir directamente la luz del Sol de Justicia, que resplandece en la eternidad por encima de esta neblina que es la vida.

 

La fe abre un boquete, aun chiquito, para que la luz sublime nos ilumine en medio de la tenue claridad del amanecer, cuando la neblina se empieza a levantar. Es a través de la claraboya de la fe, como se puede vivir en la esperanza, para disfrutar uno por uno los días de nuestra travesía por esta vida que nos ha sido concedida. Llegará el momento en que los rayos divinos nos iluminen en su plenitud, y nosotros demos gloria a Dios en la evidencia de su presencia.

 

Carlos se ríe de lo que él llama nuestra ingenuidad, y esto lleva a Homobono a surtirle de toda suerte de argumentos; para los que somos de Dios, las sutilezas son ciertamente superfluas, porque para nosotros la fe es la evidencia, y en ella vivimos flotando por entre los claroscuros de la niebla, para intuir y saborear el infinito haz de luz que a cada creyente ilumina.

 

El resplandor eterno, es para nosotros la Vida Eterna, y la inefable presencia de Dios en las divinas y perennes moradas. En esa convicción y gozo vivimos. No nos plegamos a la burda idea de que somos una sutil gasa que se extingue. Preferimos La Vida, a una muerte que reine para siempre. Para nosotros el sol no se extinguirá jamás. 

 

 

AMDG.