Carta a un materialista (Epístola)

Autor: Rafael Ángel Marañón   

 

 

Estimado amigo: tengo relación agradable y civilizada con otras personas que piensan más o menos como tú, y no por eso dejamos de tratarnos amistosamente y con educación, Estimamos, ellos y yo, que lo cortés no quieta lo valiente, y que las ideologías son según el cristal con que se mira. El que sufre, piensa de un modo distinto del que tiene el estómago lleno y le van bien las cosas.

Mi maestro, Jesús, nunca quiso intervenir en repartos ni cosa parecida, sino que nos impulsó a todos a dar y sobre todo a darnos, para que en el mundo injusto, cruel, y tan insolidario que mueren a millares o millones las criaturas de Dios, hermanos creados por el mismo Creador, sin que las gentes en los lugares de riqueza le echen cuentas.

A Jesús le constriñeron para que diera justo reparto a una herencia; Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. (Lucas 12 13:15). Y es que hay una terrible confusión casi toda voluntaria, del papel que Jesús vino a cumplir en esta tierra. Se dice por muchos energúmenos que si Jesús viniera tomaría una metralleta para luchar por la justicia, como si Jesús en su tiempo no contempló la injusticia y la esclavitud de las gentes, no solo física, sino también espiritual.

Pero Dios es Dios de paz y de justicia. Y desde luego no puede intervenir a favor de la justicia si, como tu piensas y otros millones de personas, que Dios no existe. Y bueno, invocar lo inexistente es la contra lógica más aguda que se puede dar. Yo realmente no estoy preparado para contestarte, más que por nada, porque no es terreno donde me guste chapotear.

Es cierto que por documentarme y ¿por qué no? Por simple interés he leído muchas obras de personajes famosos revolucionarios así como historias, etc. Pero no es mi terreno. Es por eso, que no acudo a blog políticos ni a otros de semejante jaez, porque allí no se dice la verdad y es un sistema absurdo para el verdadero cristianismo. Que la revolución y los cambios estén en la punta del fusil, no me gusta. Y también los otros pueden también pensar lo mismo, en contrario.

Mi mensaje es de paz y de verdad. Si un obispo, pastor o quien sea que me ataña hace una burrada, es una burrada, y lo mismo si la hace otro cualquiera de cualquier ideología. Como la verdad no se quiere sino la de cada cual, yo digo la mía de la que estoy persuadido y convencido y ese es mi rollo como tú lo llamas. ¿Qué predico? Me dices (reconoce que con tono altanero) ¿que es lo que pretendo? Lo mismo que pretendes tú con tu ideología, que dicho sea de paso, es de carril y no admite discusión. Yo digo lo que enseñó Jesús; si te fijas en un esqueleto humano, verás que sabiduría hay en esos huesos perfectamente colocados para que duren hasta cien años; y nada te digo de los órganos blandos que sustenta. Eso ya es como se dice en lenguaje vulgar, “la caraba”.

Pensar que el azar, la casualidad, o una bacteria que desembarcó del mar en la tierra, formaron al ser humano es mucho pensar. Lo diga quien lo diga. Yo entiendo y no comparto lo demás, solo me atengo a lo que invariablemente produce paz, amor, emoción, etc., en su aplicación veraz, y me dejo de lo demás, que a mi edad he comprobado que es fatuo y de ninguna forma beneficioso. Porque hablar de espiritualidad a un materialista, es perder el tiempo y el amigo.

Con todo respeto que solicito humildemente para mí.

Rafael Marañón

AMDG