Le agradezco que me haga esta pregunta

Autor: Rafael Ángel Marañón   

 

 

Esta súper usada frase, viene bien para lo que tratamos. No tengo porque dar cuenta de lo que creo, hago o como vivo. Soy un ser humano más, de los que pululamos por el planeta Tierra. Al decir esto no quiero molestarle, ni yo me molesto por su escrito. Piense en un Universo en el que estamos, y en un planeta que es miles de millones mas pequeño que lo que alcanzamos a ver

 

Si usted lo mira en comparación, verá lo minúsculos que somos. Ante eso, no hay nada más que dos posturas. O se ha hecho solo (lo cual es una paradoja intelectual), o lo ha hecho alguien. Ese alguien, creo yo que es Dios, como usted puede creer cualquier otra cosa. La idea de que alguien lo hizo con sus maravillas grandes y pequeña, no tiene contrarresto intelectual. Un puñetazo en la nariz, no tiene mayor comentario. Es un puñetazo en la nariz.

 

Ahora bien, hay intuición, capacidad de análisis, discernimiento de las cosas, inteligencia espacial, y una serie de características de los seres humanos, mediante las cuales podemos medir con nuestra vara la realidad, y sacar conclusiones. Por eso, y para no ser repetitivo y poder contestarle debida y brevemente, le doy unos pequeños esbozos, y así también satisfago su curiosidad.

 

Al Ser Creador, que los cristianos llamamos Dios, hay que atribuirle una excelencia y una inmensidad, porque así lo pide la lógica. De cualidades correspondientes a tan gran obra, y tener la certeza de que lo que hace no son pruebas, como ya he dicho hasta la saciedad. Por tanto yo me someto a este Dios, superior a todo. Confío que el que me hizo sin yo pedirlo, me llevará sin yo saber cuando, y que sabe lo que hace.

 

La doctrina, tanto del nuevo como del viejo Testamento, no es ni más ni menos que un manual del fabricante que, por saber como funciona su creación, sabe como hay que andar por ella, para no hacerte daño ya que esta nos trasciende en tamaño y en misterio. Solo intelectualmente, hay que “quitarse el sombrero” ante un Universo infinito aun desde nuestra pobre perspectiva.

 

Sigo a Jesús, porque creo y estoy ABSOLUTAMENTE convencido, de que es el hijo de Dios prometido; sus palabras y hechos no tienen contraste con lo que se ve y se contempla en la marcha de la humanidad. Aun sociológicamente, si supiéramos vencer lo que los cristianos llamamos pecado, y nos ciñéramos en lo que Jesús nos recomendó, la vida sería aquí como en el Paraíso primigenio.  No se hace así; solo la levadura cristiana (sostenida por La Revelación), hace que la masa alcance su estado crítico y estalle como un globo con todos incluidos.

 

Pero como Dios sabe lo que hace, nos ha dado la libertad de pensar, aunque los hombres la mediaticemos desde el principio de la CAIDA. Hablando de forma algo áspera y tosca, diré que no tengo la menor intención de poner una chapa delante del bajo vientre de las personas, ni una mordaza en la boca de nadie. (También espero, que no me las pongan a mí como cristiano). En estos tiempos (que son los que vivo), cada cual será lo que quiera ser. Como dice San Pablo: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; (extranjero, o no israelita)  (Romanos 2:8-10).

AMDG.