Se perdió la ocasión 2ª Parte Rafael Ángel Marañón

Una de las propiedades del español en su conjunto, y con las excepciones de toda regla, es el confundir la gimnasia con la magnesia. El español que más abunda no es que sea idiota ni palurdo, sino que por el contrario es muy pagado de sí mismo, y con decisión para discutir cualquier asunto, sin tener la menor idea del asunto que discute. Pero lo hace con una frescura y una decisión admirables. Eso hace que cuando entra en batalla sea o no cruenta, es numantino a toda costa. Es capaz de defender ideas (o murallas) por el solo hecho de que al principio de una discusión, afirmó algo que de ningún modo va a cambiar. Aunque sepa que se ha equivocado.

Escribo en este blog y en muchos sitios virtuales más y, sobre todo cuando puedo, leo los comentarios que se hacen sobre los trabajos de distintos escritores de distintas tendencias. Y es algo conmovedor y da pena, lo que algunos se atreven a decir o a criticar. La insolvencia intelectual y moral, está tan extendida, que entiendo por qué pasan las cosas que pasan, en esta maravillosa tierra, y entre estas contradictorias y encantadoras gentes.

Sigo sosteniendo, que la ocasión que hemos tenido los que tenemos un vestigio de cristianos de derrotar al adversario de nuestras almas, se ha perdido lastimosamente, cuando podía haber triunfado de forma pacífica y por las fuerza de las urnas. Pacíficamente, con nuestra presencia en un acto cívico en donde de manera privada pueden dejar establecido lo que opinan sobre la situación que atravesamos. De ahí que no se tratara de vencer y humillar al adversario, sino de hacerle conocer la opinión de tantos que no estamos de acuerdo con la línea de gobierno, y las medidas que ponen o han de imponer en su periodo de mando.

Esperaba de las iglesias cristianas una presencia masiva en las urnas, y de esta manera cambiar un rumbo que a mí personalmente me parece estrambótico y desgraciado. Es mi opinión, y por tanto puede ser ratificada o refutada con toda libertad por quienquiera. Tal vez por las mismas características del español explicadas antes, muchos piensen que esto marcha estupendamente, y lo que pueda ser de sus familias y sus descendientes no le importe. A mí, sí.

Me han defraudado las iglesias de todo tipo, porque les ha valido más su ideología política, que su deber de cristianos. Tal vez les ha preocupado que los identifiquen como retrógrados, fascistas, y todo eso que se le dice hasta al que piensa con cierta corrección; pues bien, le dicen a uno que está atrasado, o cualquier otra lindeza y se acepta. No todos van a pensar lo mismo. ¿Ha sido el temor o la indiferencia la que ha que ha hecho las cosas así?

Comprendo al que, disgustado por estar en paro o esperarlo, vota en blanco o se abstiene; o hasta vota en contra del partido de sus amores, pero no entiendo como pudiendo establecer una cultura de vida con el mínimo esfuerzo de votar democrática y pacíficamente, no lo hayan hecho y ahora se quejen de cómo han quedado las cosas.

No estoy contento con ningún partido, pero hay que votar lo menos malo y, sobre todo, cuando se ciernen sobre el pueblo español las lacras del más descarnado pensamiento y práctica, de lo que ya está super desacreditado en todo lugar donde ha ejercido esa filosofía a que me refiero.

Cristo ha sido (es mi opinión) desechado y puesto aparte en esta lid pacífica y legal, y los resultados, como dije anteriormente, se verán pronto. Me expongo a que se me juzgue insistente y atrevido; tal vez loco, pero es lo que siento; lamento que muchas iglesias llamadas cristianas, basen su fe en la animosidad contra la Iglesia Católica, que hasta ahora es la que ha demostrado a voz clamorosa, estar más de acuerdo en los temas que aquí se tratan con las directrices evangélicas. ¡Y mira que le han sido lanzadas dentelladas por eso!.

Ni quito no pongo rey, para que o se diga de partidismo ni privilegiar a nadie, pero los hechos son los hechos. Juzguemos los hechos, que a las personas nos juzgará Dios. Él sabrá. Y todo ojo lo verá.

A.M.D.G