Torcer la doctrina. Cada cual, vea lo que hace

Autor: Rafael Ángel Marañón  

 

 

Es indiscutible, que cada día surgen nuevos problemas y nuevas oportunidades, por lo que el mundo es cambiante y el que no se adapta a la modernidad, que se impone en lo social, se queda irremisiblemente atrás. Hay que estar en constante renovación, ya seas médico, fabricante de coches, o simple trabajador al que se suministran cada vez más sofisticadas herramientas, que hacen su trabajo más cómodo o al menos más seguro..

También ha penetrado, como siempre, en las iglesias llamadas cristianas en donde aparecen como los hongos, gentes que con un pequeño bagaje de conocimiento de La Escritura, traen cosas nuevas que hay que desechar por su incongruencia contrarios al modelo de Jesús, y porque algunas solo valen para situar a los llamados pastores y maestros en la cumbre del mundo. Y ese no es ni mucho menos el objetivo del Evangelio de Jesucristo..

Y no es solo así, sino que ellos llaman a esto el Evangelio de la «prosperidad», el de «el tesoro escondido» y mil y una versiones sobre puntos concretos, que sirven de caballo de batalla para introducirse en masas sin instrucción, o en los clásicos insatisfechos o resentidos con la Iglesia que ven en estas vertientes manchadas de mentira, la ocasión de ver reconocidos unos supuestos dones, que según ellos les han sido negados... 

El tiempo de las sotanas como las del Dómine Cabra, que parecían hechas de cuero de rana, por el desgaste que sufrían al no ser cambiadas o de las ropas modestas aunque limpias, han sido sustituidas por ropas de cortes elegantes y, sobre todo, se ha sustituido la sabiduría y experiencia de los veteranos ancianos que siempre habían sido una sólida referencia en la iglesia, por jóvenes atrevidos, que sin el menor empacho emiten teologías con una falta de responsabilidad  y veracidad impresionante..

Esto ocurre, porque se trata el  misterio de la salvación con una frivolidad que sorprende a los que, por muchos años, han venido manteniendo la fidelidad y han cultivado las Escrituras. Estas nuevas gentes dan a cualquier palabra una simbología y una significación descontextualizada, y han construido con todo descaro unas nuevas y distintas teologías..

Es de entender que hay muchas sensibilidades en las cuestiones de procedimiento, etc. y que no todos podemos torcer nuestro entendimiento más que lo permite una recta conciencia. Pero las palabras de Jesús son palabras espirituales, y ninguna tiene asidero para ser contradicha con verdad. Es por tanto, una doctrina para ser asumida, y llevada a cabo para bien de la humanidad. El fallo no está en la doctrina, sino en los hombres .

Para eso mismo fue vertida la sangre de Cristo. Todos tenemos ayuda y salvación en esa sangre. Podemos decir sí o no, pero ambas opciones nos dan nuestro destino eterno. Jesús dijo que Él no vino a condenar, sino a salvar y a dar su sangre, para salvación de muchos.

Yo digo SÍ a esa oferta, y sigo sus prescripciones en lo que me permite mi flaca naturaleza. Solo me he equivocado cuando las he despreciado o vulnerado. Y como yo, cada cual sepa en que se mete. Estas cosas no son fruslerías, ni temas propios para discutir. Son trascendentes y tiene una repercusión eterna.

AMDG