Teologías y Teólogos

Autor: Rafael Ángel Marañón 

 

 

                  Estimado Fabio: Yo ya paso de esas cosas que me dices

 

No tengo ni facultad, ni permiso, ni soy quien para ello, porque nadie me ha constituido en Juez. Bastante trabajo tengo en lo mío.

Decía San Pablo: Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo. (1ª Corintios 4:3)Por lo tanto paso de lo que dices, no por desprecio hacia ti (faltaría más), sino por higiene mental.

 

Me dices ¡Demuéstrame que hay Dios: ¡Por los clavos de una puerta vieja! ¡Demuéstrame tú que no lo hay! Si existe el infinito o no, que no hay alma ni espíritu, porqué un gusano se convierte en mariposa, tiene alas, y sabe a donde ir, como las que recorren tres mil kilómetros hacia otro hábitat en invierno. Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. (Salmo  19:1)

 

¿Por qué el tiburón tiene dientes terribles y la formidable ballena tiene barbas para filtrar minúsculos animalillos, siendo ella enorme? Sé que tu erudición puede decirme los «como», pero no los «porqué». La ciencia sabe lo que sabe, y no sabe la infinitud de lo que falta saber. Pero nada hay nuevo bajo el sol, porque se puede descubrir y manipular, pero crear, nada de nada. Todo lo que se hace es, a partir de… pero nada más (y nada menos), producto de la inteligencia humana. Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. (Salmo 8:5)

 

Pero concediéndote de plano que estoy en error (que no), practico la vida cristiana, que aun con lagunas y errores por  mi parte y caídas en contradicciones, etc., es para mí la fuente de gozo, paz, y seguridad, que nadie me ha podido ofrecer ni de lejos.  El seguimiento de Cristo es lo más benéfico para la sociedad. Practicándolo, aun sin creer totalmente, evitaría guerras, odios, discriminación, vicios horrendos que sabemos que se practican, etc. De los fieles dice la Escritura: y no habrá quien los espante.  (Isaías 17:2)

 

En fin, una maravillosa sociedad nacida solo de la práctica de la doctrina de Jesús, que en sus palabras y en sus obras demostró que no hay yerro en su persona. Que los evangelios se escribieron dos siglos después de su muerte (yo prefiero decir después de su resurrección) es cierto y hasta entonces, era la tradición oral la que se expandía. Y así dice el evangelio en su principio: Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, ¡oh excelentísimo Teófilo! (Lucas 1:1 y ss.)

 

No olvidemos que Pablo apóstol, escribió mucho antes y, comparando con la doctrina de los llamados evangelios, coincide perfectamente con las cartas de los apóstoles y con el Libro de los Hechos o Actas de los apóstoles, escrito también por el mismo autor que el Evangelio de Lucas. La Didaché también es temprana y aporta mucho sobre lo que dicen posteriormente los evangelios. Papías entroncó con gente que parece que conoció a Jesús.

 

Evangelios apócrifos hay, y muchos más que han salido o saldrán, aunque son intentos de explicar de forma fabulosa, la vida, obras y dichos de Jesús. Unos se han escrito con sus componentes y elementos fabulosos, por lo que han sido desechados en el canon, y otros con peor intención, pero con lo que tenemos y lo que el Espíritu dice a su Iglesia, es más que suficiente para engendrar una Sociedad de Utopía si se pusiera en práctica. Si algún día aparece un escrito que aporte nuevas luces a la doctrina bienvenido sea y no es de descartar, aunque ya tenemos lo que no somos, casi nadie, capaces de asumir.

 

 

En las demás teorías sociales puedes observar que han de contar con un consenso absoluto, y no transformarían  el espíritu humano, como lo hace Jesús el Cristo de Dios; por eso hay tantas formas, tantos enfoques de la realidad existencial del ser humano.

 

Así que, Fabio querido, no estoy en condiciones de polemizar. Al que Dios no llama, no irá a Dios. Y deseo fervientemente que ningún golpe de la vida te haga entrar en la verdad y la vida eterna que está en Jesucristo, sino de forma que el Espíritu te convenza de pecado, de verdad y de juicio.

 
Un abrazo fraternal, y dejemos ya este va y viene. Yo no soy teólogo, sino solo un cristiano.