Algo sobre idolatrías

Autor: Rafael Ángel Marañón 

 

 

Por más que siempre digo que ya no me asombro de nada, cada día que pasa y me torno más viejo, es precisamente al ser mayor cuando me doy cuenta más exacta, de la servidumbre y la humillación a la que está sometida la humanidad entera a manos del maligno. Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. (1ª Juan 5:19)

 

Adoran a un demonio que les ofrece unos señuelos tales, que en el desarme mental y moral en que la gente vive, son poco menos que irresistibles. Claro que cuando vienen las consecuencias de estas formas de vida, es cuando decimos el clásico exabrupto de siempre ¿Dónde está Dios?   

 

Pero ¿No hemos quedado (según sus filosofías) en que Dios no existe, y que la injuria a Dios es la mejor expresión de libertad? Ya están aquí las consecuencias ¿y ahora qué? ¡Que harás con esa libertad! Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Yahvé de los ejércitos? (Malaquías 3:14). Mujeres que van gritando de forma airada, eslóganes contra otros pueblos, y que acaban siempre echándose las manos a la cabeza cuando como resultado pierden, de forma trágica e irremisible, lo que más aman.

 

Se puede justamente proclamar desde aquí, la inmensa estulticia ignorancia, seguidismo ciego, y podredumbre moral de la humanidad. Yo soy humano, y nada humano me es ajeno, decía no sé quien. Yo también estoy en eso. Sabemos todos, las consecuencias de los vicios, y los más primarios parecen ser el juego, la droga, el alcohol, la prostitución, que no es solo de las mujeres, sino de quien hace uso de su necesidad o su vicio; tanto da. ¿Para qué insistir? ¡Hay tantos!

 

Luego vienen estas preguntas tan infantiles, agresivas  y sañudas. ¿Por qué esto?  ¿Como Dios permite?  ¡Ya no creo en Dios!, etc. ¡Insensatos de nosotros! que, sabiendo como sabemos, las consecuencias de nuestros vicios, después despotricamos sin cesar, cuando nos alcanzan inexorablemente. ¿Qué esperábamos? ¿La absoluta inmunidad para todos ellos, o su inocuidad? Los medios de comunicación se saturan de sexo, violencia y sobre todo del móvil principal con el que todo se consigue; el dinero. Supremo señor (poderoso caballero e don dinero) de todos los que lo tienen, y el idolillo anhelado por los que no tienen ni que llevarse a la boca. Para su culto, no hay nada que se deje de hacer, por muy vil y repugnante que sea.

 

Cada vez que oigo a un extraviado y derrumbado, hablando de la democracia, derechos, y de los mercaderes burgueses, etc., me digo a mí mismo ¿como puede ser tan desprovisto de seso, el que habla así? Si bebes en exceso, sabes que te embriagas, vomitas, y haces barbaridades sin cuento. Y si para poder llevar esa vida u otra de parecido jaez, tienes que hacer abortar para que el infante no sea estorbo, se elimina porque dices que es solo un excrescencia del cuerpo.

 

Si tomas droga, antes o después te alcanzará la adicción, si fumas, enfermas de los pulmones, y si practicas el sexo indiscriminado, te encuentras tarde o temprano con la enfermedad venérea correspondiente, y que te señalará para toda la vida. Y así la larga lista de vicios (sin paliativos). ¿Los que no se lanzan por tus caminos tienen la culpa? No es cosas de juzgar a nadie pero ellos solos se juzgan, aunque  echando mano del manido «el otro tiene la culpa».

 

Pero el señuelo de su dueño, el diablo, ¡es tan atractivo! ¿Qué ofrece Jesucristo a cambio de estos placeres?  Dicen insolentes y plenos de una autosuficiencia, tan perniciosa como ridícula. ¡Pues hijo! Una vida honesta, segura, amorosa, respetuosa, en la que se ama a los hijos, y en donde las mujeres respetan a sus maridos por mandamiento divino y por convicción humana, y ellos aman a sus mujeres.

 

Una forma de vivir, en una  sociedad que vive confiada bajo la protección de Dios, cuando se cumplen  sus ordenanzas para nuestro propio provecho. Por la calle en cambio vagan nubes de semi prostitutas, que van mostrando su descoco, y ofreciendo sus encantos, al que la sepa mirar con lujuria. ¿Y los que no queremos ese camino somos los enemigos? Ese tipo nuestro de vida, es continuamente atacado y arrollado por los otros, a pesar de sus demostradas ventajas aun en el solo orden de lo social.

 

Se dice.- ¡Hay casos de naturaleza que son inevitables! Claro que sí; como es inevitable un descuido que provoca el accidente mortal, en el que mueren los dos jóvenes que los tripulaban, y siguen ilesos los dos viejitos que portaban atrás. Y es que a quien le toca, le toca, claro está; pero mueren más personas en los automóviles que en las bicicletas. Mueren más en la guerra que en la paz, y cuando hablan de orgullo gay, me la  risa tonta. ¿Qué orgullo pueden tener por una anomalía en su organismo?

 

Se pueden y deben, comprender los sentimientos y tendencias del ser humano, respetarlas y hasta proteger sus derechos, pero orgullo por una anomalía orgánica, no me parece lo mejor que se puede desear, para las personas que tienen esas tendencias. ¿Qué piden que se las respete? ¡Claro que sí! A todos. Pero no quieran vendernos la especie de que lo que ellos padecen (o disfrutan, tanto da), es lo mejor de lo mejor. !!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!¡  (Isaías 5:20)

 

Si vas a presentarte a un trabajo, o te pasa revista el coronel de tu regimiento, no vas vestido de cualquier manera, sino que vas lo más lucido que puedes. ¿Pero es que somos idiotas, y nos quieren vender, (o vamos a comprar) todo lo puerco y contrario a una sociedad libre y decente? Como si esa basura fuera «el no va más de la civilización». Es algo más de la vida, y ahí está como tantas cosas que nos gusten más o menos, pero orgullo ¿de qué? asna montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la hallarán. (Jeremías 2:24)

 

Después salen los padres, pálidos, desazonados,  buscando a sus hijos en las comisarías, pagando por su libertad, y dando consejos a  sus hijas, para que aborten lo que es fruto de un capricho, o una borrachera de fin de semana. ¿Eso quieren que tengamos por imitable y digno? ¿Esa es la «nueva civilización»? ¿La nueva era de libertades y de cada cual haga como quiera sin tener en cuenta los que perjudica a todos?

 

 Ha llegado la «nueva época»; ¡Antiguallas fuera! ¡Arriba el aborto, y la injusta insolencia de la diversidad, siempre que sea la que conviene al que manda! Los resultados… ya veremos. Y edificaron lugares altos a Baal, para quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento. (Jeremías 19:5). 

 

¿Como se le llama hoy, a ofrecer sacrificios de hijos a los dioses de ahora? Aborto, abandono, maltrato, explotación etc., cosa que nunca subió al corazón de Dios. Se hacen sacrificios en los altares de la conveniencia, de la política, del compromiso, del miedo, y del culto a lo políticamente correcto; se quiere hacer ver que son justas, las cosas que todos sabemos que no lo son.

 

No habrá nada, que no se pueda ofrecer en adoración  y sumisión, a todo aquello que se convierte, a fuerza de propaganda y repetición, en «políticamente correcto». Todo lo que se oponga en nombre de la humanidad es destruido, o al menos se intenta empezando por el desprecio, la humillación buscada, el ninguneo, etc. Todo vale para destruir cualquier oposición; y todo cuidadosamente repetido, de forma que aparezca como bien del pueblo, y aprobado o pedido por él.

 

¿Quieren que respetemos a los que abortan, y apoyemos a los abortistas? ¿Por qué no a los violadores, y a los abusadores de niños? ¿Por qué no a los bujarrones u otros «turistas del sexo» que van a Tailandia o países cercanos, a abusar sexualmente y, ni quiero pensar de qué otra manera, a los niños por un puñado de céntimos?

 

El que asesina, según estas filosofías, es que no tiene el mismo punto de vista que el que es asesinado. Así de simple. El asesinado también, tiene otro punto de vista distinto al que lo asesina. Es cuestión de puntos de vista. ¿O no? Claro que si; todo es relativo y según lo que conviene a los distintos «puntos de vista» de unos y otros; y así se escribe la historia.

Dejemos esto para otro trabajo que esto se alarga.

Un toque bíblico.

Asimismo dice el Señor: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies;  por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, y descubrirá sus vergüenzas.

 

Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas,  los collares, los pendientes y los brazaletes,  las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices, las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas, los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados.

 

Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura. Tus varones caerán a espada, y tu fuerza en la guerra. Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra. (Isaías 16 al 26).

AMDG