Hablemos de amor a María

Autor: Rafael Ángel Marañón 

 

 

RLa legión de María, es un conjunto de personas que aman a María con amor inalterable, tal como aman a Jesús, el hijo divino y bendito; nuestro salvador y redentor. Creo que es una definición necesaria y suficiente.

He publicado un libro con más de doscientos poemas, dedicados en exclusiva a María Santísima; y muchos de los amigos de toda condición, y toda observancia, me han preguntado a veces abruptamente.- ¿Por qué hablas tanto de María? ¿Por qué hacerle tantos poemas? Y yo les he respondido de inmediato: Por que es la madre de mi Señor ¿Te parece poco el motivo?

María no es conocida suficientemente bien por causa de los prejuicios y fobias, pero para nosotros constituye el ejemplo más hermoso de humanidad, tal como el Padre eterno la quiere para nosotros.

Es el modelo a seguir, y una vida a imitar. Es la criatura más perfecta, creada por el Padre en su amor por la humanidad. Su Hijo amado había de estar en un camafeo, que guardara celosamente y criara en el amor y en el conocimiento de Dios, a Jesús, otorgado por el Padre a su cuidado y amor.

Los que somos mayores ¿Sabemos que criterio tiene una chica núbil? Claro que lo sabemos. Pero aquella joven núbil y habitando una aldehuela israelita apartada, no en Jerusalén centro de la teología judía, da una respuesta que ha quedado (para el quiera verlo), como paradigma de la acción de cualquier cristiano que se precie de tal.

Tal como María, así nosotros debemos aprender a hacer. Pronta respuesta y meditada decisión. Comprobación para no errar, y aceptación inmediata de la voluntad del Padre sin más ambages y sin más información que la necesaria para saber ciertamente, que aquella era la decisión de su Padre Celestial. ¡Hágase! Y ya no hay nada más que decir, después del inimitable diálogo.

¿Como entendemos nosotros la discreción, la respuesta, la prudencia, de aquella casi niña a la exposición del ángel? Como es posible que sin ser como ella fue, desde el propósito de Dios, un joyel para contener la prenda y joya más gloriosa y maravillosa de Dios Padre, se pueda ser tan inteligentemente breve y expresiva. Se trata de una chica joven. ¡Que mesura, que alerta, que rápida comprensión, que valiente aceptación!

¿Cómo, sin la unción del Espíritu Santo, tal como le confió el ángel, se puede hablar y hacer así? Lo dice el Padre. Pues bueno; conforme, y a la obra. Para mí ya no existe nada, sino lo que tenga relación con ese hijo que Dios Padre me confía en carne; en mi carne; para redimir a esta humanidad doliente, incapaz de salir de su atolladero.

Hay peligro grave, ella ama a José, un buen chico que la ama. Y no tiene mérito (aunque esto es una forma de hablar). ¿Pero quien que tenga dos dedos de frente y sensibilidad en su corazón, no amará a María? El pueblo es pequeño, y las cosas de este jaez son graves y peligrosas, sobre todo para ella. Él es un buen joven que, en su amor, nunca la perjudicará. No lo sabe ella. Ella solo sabe el mandamiento del Señor que se le hace en forma de oferta.

Y tiene que ser el ángel el que hable a José de este maravilloso y prodigioso misterio. De tal manera que, como fémina prudente y responsable, va a visitar a su parienta, para comprobar si es cierto lo que el ángel anunció. Ella no quiere visiones, o intentos de su propio corazón.

Tantos corren e acá para allá, en pos de una "visión" que se incubó en su mente; ella sin embargo a pesar de la aparición, quiere comprobar lo que se le dice, porque posee una autoestima, y un amor a Dios que ya deberíamos tener todos nosotros.

Sin embargo, se considera esclava y se ofrece esclava. Solo ha de mirar, como los esclavos, las manos de su amo para moverse enseguida para donde indiquen. ¿Cómo podemos concebir que alguien, para la que el Padre ha determinado que sea su medio para la redención, no esté provista de las mejores cualidades que son impensables para otro cualquiera ser humano?

¿Elige al azar? ¿Cualquiera es buena? Para que cuide del autor de la vida ¿no hace nada por prepararse a una persona tan maravillosa y digna de llevar en su vientre y velar, para que su hijo viva y crezca en ambiente de amor y de fidelidad? Además y (esta vez sí), una visión de lo que el Padre quería que hiciese, según su propósito eterno.

Y elige a una joven escondida en una aldea, de la que después se dice: ¿de Nazaret puede salir algo de bueno? Pues allí va el ángel a mostrar el más estupendo, inusitado, (¡como quisiera añadir más adjetivos!) misterio que la humanidad ha conocido. La encarnación del hijo de Dios, de su misma sustancia, y el mejor reflejo y semejanza con el Padre Eterno; Del Espíritu Santo y de la carne de La Virgen de Nazaret.

Termino; porque es tan sublime el misterio de María, que cualquier palabra que se diga, me trae la sensación de que no refleja el júbilo de mi corazón, y la realidad de tan enorme misterio.

¡Viva María!

AMDG