El Receptor Crítico ante los medios de comunicación social

Autora: Rebeca Reynaud

 


Se trata de ser un receptor activo y crítico ante los medios de comunicación, y de educar a los jóvenes para que también lo sean. Si una persona tiene capacidad crítica, tiene madurez. Por ejemplo, la muchacha joven que dice: “Si mi novio me pide que lo acompañe a ver una película porno, no me quiere; en eso demuestra que no me respeta”. Ese juicio supone tener la capacidad mental para discernir el valor o contravalor que se nos presenta tanto en la vida real como en la televisión.

La persona que desarrolla una actitud crítica trata de discernir lo que le conviene, tanto en sus amistades como en las películas que selecciona. 
La persona madura enjuicia los diversos programas y sus contenidos y ve el trasfondo ideológico. Es decir, procura desentrañar su verdadero significado y sus intenciones ocultas.

Actualmente, los contenidos más preocupantes son dos:

· La violencia en los medios: ya que mientras más violencia vemos más agresivos nos hacemos. Si los niños o adolescentes ven mucha violencia, se insensibilizan Luego viene el miedo, es decir, se percibe el mundo como peligroso
· El sexo: No es justo que presenten los valores sexuales como la única realidad humana y como la única forma de relación con las personas, despojándolo de sus otros valores como la inteligencia, la voluntad, la espiritualidad, la bondad, nobleza. etc. El pudor es la tendencia a proteger los valores sexuales; es una defensa para no ser tratado como objeto de placer.

Hoy en día todos los desastres son problemas dramáticos, llegan a nuestra vida en forma constante. El mensaje más destructivo que la TV hace llegar es que la vida normal, decente, estable y funcional es aburrida, es tan gris que ni siquiera vale la pena como historia para ser contada. Esto contribuye al pesimismo de la gente. Las personas se sienten pesimistas no sólo porque escuchan malas noticias sino porque sienten que su vida no tiene sentido si no se relaciona con situaciones excitantes como: caerse de un edificio, lidiar con explosivos, lograr que un amigo se emborrache aún a costa de su vida, o si no tiene que luchar con triángulos amorosos.

En los primeros 10 años de la TV, una imagen permanecía en pantalla 
aproximadamente 70 segundos, y además producían con una o dos cámaras. 
Ahora tarda 8 segundos en promedio y se usan varias cámaras. Esto crea 
personas que no pueden estar quietas.

Estamos en la época de la imagen, del video. El mundo es “el mundo que 
ven”. Las cosas que no ven allí están pero no les interesan y esta es la 
tragedia, porque todo nuestro conocimiento es abstracto. Las anteriores 
generaciones leían el periódico o escuchaban la radio, estaban interesados 
en la política y en la lectura. Sólo nos llama la atención aquello que podemos entender. Ver no significa entender.

Al leer el periódico, lo mejor es hacer una lectura valorativa, que consiste en tomar en cuenta tres puntos de vista: ideológico, artístico y ético.

Parece que la primera obligación de la gente educada es “atenerse a los 
hechos”. No nos interesan sólo los hechos, sino también sus causas y sus 
consecuencias. Los hechos no son lo mismo que las cosas. Las cosas reales 
están ahí, esperando que las dejemos ser, es decir, que las conozcamos. Los 
hechos, en cambio, tienen que ser construidos: responden a los intereses de 
alguien y a estrategias casi siempre opacas. Pueden ser estructurados de 
diferentes formas, y contados y recontados de acuerdo con nuestras 
conveniencias. Para comprobarlo, basta ver los diferentes telediarios en un 
mismo día: nunca coinciden en la interpretación de las mismas imágenes. No 
confundir los hechos con la realidad representa el inicio de toda sabiduría. La realidad es “de suyo” mientras que los “hechos” son para mí. 
El “hecho” es la congelación de lo real. Lo fáctico no es lo real, pero lo parece.


RECOMENDACIONES

· Ser selectivos en los programas que se ven.
· Analizar, enseñar e informar
· Valorar el silencio para reflexionar.
· Saber que en el mensaje subliminal o subconsciente la información está 
escondida por medio de algún recurso técnico especial. Cuando el mecanismo 
subliminal funciona, en el receptor se presentan una serie de inquietudes, 
cambios de actitud, urgencia de necesidades artificiales, nuevos gustos. 
Son influencias que afectan al pensamiento, la sensibilidad y la conducta. 
Puede llegar a influir en la visión del mundo y los valores. Sin embargo, no hay que olvidar que es en el estado consciente donde se toman las decisiones.