Opinión pública y modos de participar en ella

Autora: Rebeca Reynaud

 

 

El participar en los medios de comunicación y en la formación de la opinión pública es más urgente que nunca, porque nunca fueron tan poderosos los medios de comunicación. Nadie debería de sustraerse de esta batalla.  

Es vital estar presentes en las actividades de la vida pública. Sorprende la pasividad de muchos que se limitan a quejarse en esta hora que, quizás, es la más crítica de la historia de la humanidad. Nos engañaríamos si creyéramos que por no escuchar el fragor de la batalla, la guerra no existe.  

Es necesario salir de nuestro pequeño mundo privado. Junto al dominio de las técnicas hay que adquirir la capacidad de divulgar. Hay que aprender a usar imágenes plásticas y anécdotas vivas en la comunicación.  

Hay dos puntos capitales en la vida de los pueblos: las leyes sobre el matrimonio y las leyes sobre la enseñanza, y hay que estar presentes en cuanto se discutan o se vayan a modificar, porque proliferan las empresas y las ONGs que difunden una visión materialista y pagana del hombre y de la sociedad.  

Todos podríamos tomarnos un momento para escribir alguna carta al director de un periódico para felicitarlo por los trabajos de calidad que publican. Eso anima. También podríamos difundir publicaciones, aunque sea a base de fotocopias.  

Hay demasiadas personas escondidas que ocultan su fe como si se tratara de una neurosis, dice el sabio Kloster, y sugiere hacer lo siguiente:  

Cuando vayas de turista a una catedral, saluda ante todo al Dueño y Señor de la casa.  

No te importe quedar con tus amigos “después de Misa”. A lo mejor alguno se anima y queda contigo “antes”.  

Limpia y enriquece tu lenguaje. ¿Por qué tantas referencias a la madre, a la biología o a los bueyes del camino?  

Cuando empieces a salir con una “niña supermona” (o con un muchacho increíble), pregúntale qué piensa de Dios, la Iglesia , la familia, los hijos, la moral... Y no olvides que el noviazgo está para conocerse, no para enrollarse.  

Cuando hables de tu novia con tus amigos evita la terminología culinaria: “Fulanita está bien buena”. Sé creativo.  

Cuando estés de viaje y llegues a un hotel en una ciudad desconocida, infórmate en recepción de los horarios de las Misas en las iglesias más cercanas. Cosas más insólitas les piden otros clientes.  

En Navidad, felicita con temas cristianos, no con anodinas bolitas de colores (Cfr. Semanario Gaudium, 125).  

Quítate ese colmillo de gorila que llevas al cuello. Cualquiera diría que se lo arrancaste a una amiga de la infancia o a un tigre en un parque.  

En vacaciones, llévate a Jesús contigo. Él acostumbraba ir a la montaña, a la playa o al desierto, y comía pescado a las brasas. Aprende a descansar a su lado. No lo mandes al asilo ni lo abandones en la primera gasolinera.  

Defiende al no nacido, a esa persona que aún no tiene voz pero que es uno de los nuestros.  

Procura hacer famosos a los buenos y buenos a los famosos.  

Trata con profesionales de la comunicación. Ayúdales en su trabajo son sugerencias o propuestas alternativas.  

Escribe a los anunciantes de revistas, radio o TV que promuevan ideas contrarias a la unidad familiar o que hacen que se tome a la mujer como objeto de placer. No te preocupes si no redactas bien: eres un ciudadano de buena voluntad que opina.  

Se nota que la tendencia a sacar desnudos en anuncios, cine y TV es una directriz internacional. ¿Vamos a quedarnos tan tranquilos como si eso no afectara a la gente joven?  

Podrías organizar un curso para facilitar el desarrollo del juicio crítico ante el contenido de los medios de comunicación, o bien, mejorar la formación y la capacidad de expresión (oral o escrita) de personas con más posibilidades de intervenir en medios de comunicación.  

Insistir en mejorar la moda de las mujeres y la urbanidad en las familias; se podría promover alguna conferencia sobre la cultura de la vida y la virtud de la pureza, sobre todo para los adolescentes.  

La estrategia de ONU es que haya muchos grupos de la sociedad civil (ONGs) que hablen en nombre de lo que ellos quieren y que luego sean interlocutores del gobierno en cada país. También nosotros podemos formar una Asociación civil ante notario, para hacer alguna labor social con la gente más vulnerable, y participar en las decisiones gubernamentales.  

Si tienes hijos o sobrinos, invítalos a elegir un país del mundo, para que lean un poco sobre él y para que recen a diario por los habitantes de esa región, así adquirirán una visión más universal de la humanidad.