Sobre Miguel de Cervantes

Autora: Rebeca Reynaud

 

 

LA ESPAÑA DE SU ÉPOCA

La vida de Miguel de Cervantes (1547-1616) transcurrió durante los últimos años del imperio de Carlos V (1518-1556), todo el reinado de Felipe II (1556-1598) y buena parte del de Felipe III (1598-1621). En esa época España atraviesa por un punto crucial de su historia en que el sueño de una hegemonía fundada en el control de un vasto imperio comienza a ser sustituida por la desilusionada realidad de una creciente decadencia política.

En la vida se Cervantes siempre estuvo presente, en una forma o en otra, la infelicidad, la incomprensión, la injusticia o, lisa y llanamente, la mala fortuna. Su vida siempre estuvo enfrentada al reto de mantener vivo el impulso creador en medio de circunstancias asfixiantes, consistió sobre todo en el despliegue de una voluntad férrea: el don de la palabra.

La sociedad española de la época se caracteriza por una rígida organización estamental. La nobleza, el clero y la alta milicia, desempeñan un papel predominante. La incipiente burguesía es mirada con recelo por los estamentos superiores. Los campesinos y artesanos pueden hacer poco frente a un sistema de privilegios muy conservador, y en los estratos inferiores de la escala social, extensas masas de población viven en la pobreza.

El ambiente cultural en que vivió Cervantes se caracteriza por la expansión de las ideas renacentistas y de Erasmo de Rotterdam, y la paulatina evolución hacia la cultura del barroco.

Los últimos años de la vida de Cervantes coinciden plenamente con la cultura del barroco, e incluso hay autores que prefieren estudiar la segunda parte del Quijote desde esta perspectiva. El barroco se caracteriza por un recargamiento de las formas, por la búsqueda de la originalidad –ligada a un fuerte sentimiento individualista- y por el pesimismo y la desconfianza acerca de la condición humana, así como por la revalorización de la naturaleza como fuente de inspiración.

CAUTIVERIO EN ARGEL (1575-1580)

En 1571 Cervantes participó en la batalla de Lepanto, “la más memorable y alta ocasión que vieron los siglos pasados”, según la definió. Resultó herido en el pecho y en la mano izquierda, cuyo uso perdió para el resto de su vida. Cuando él y su hermano Rodrigo regresaban a España, la nave en que viajaban sufrió el ataque de los piratas berberiscos, cayeron prisioneros y fueron llevados a Argel. Se inicia así uno de los episodios más dolorosos de sus días.

Los cinco años que Cervantes permaneció preso en Argel demuestran su irreductible voluntad de sobreponerse a las adversidades. Las diligencias realizadas por su familia para obtener su rescate dieron al fin sus frutos. Mediante la intervención del fraile trinitario Juan Gil, Miguel fue liberado a cambio de una importante suma de dinero.

REGRESO A MADRID

Regresa a Madrid con treinta y tres años de edad y sus heridas como único galardón de su paso por el ejército. Su familia no estaba en condiciones de prestarle ayuda. Realizó algunas misiones diplomáticas al servicio de Felipe II. Pensó en pasar a las colonias de ultramar como forma de encontrar un medio de vida. Con este propósito regresó a Madrid. Obtuvo un puesto de comisario real de abastos, ejerciendo la tarea de requisar trigo, cebada y aceite para la Armada Invencible.

Vuelve a Andalucía, lugar en el que había transcurrido parte de su infancia. Viaja constantemente y trata con gente de la más variada condición, desde pícaros y delincuentes, hasta mercaderes e hidalgos. Pronto de vio envuelto en conflictos y acusado de fraude. Tras demostrarse que el supuesto fraude había sido sólo producto de su incapacidad para asentar correctamente las cifras, fue puesto en libertad.

Tras una breve estancia en Madrid, regresa a Sevilla y por una enrevesada cuestión de deudas, permaneció en la cárcel de Sevilla desde octubre de 1597 hasta abril del año siguiente. Allí comenzó a escribir el Quijote. La novela se publicó en Madrid, en enero de 1605, y tuvo un éxito inmediato. Las ediciones se sucedieron rápidamente y, aún en vida de su autor, fue traducida al inglés y al francés.

Aunque el éxito del Quijote contribuyó a aliviar su penuria, lo cierto es que Cervantes fue poco hábil a la hora de negociar sus derechos, y perdió buena parte de los beneficios que produjo su obra.
Los tres últimos años de su vida fueron los más activos de su carrera como escritor, pese a su deterioro de su salud física. Aparecieron las Novelas Ejemplares, el Viaje del Parnaso, las Ocho comedias y ocho entremeses y la segunda parte de Don Quijote (1615).

Cervantes murió en su casa de Madrid, el 22 ó 23 de abril de 1616. A partir de entonces cesó el infortunio y comenzó la gloria.

Garcilaso, Lope de Vega, Góngora y Quevedo son, junto con Cervantes y algunos más, los representantes más sobresalientes de una brillante época cultural: del Siglo de Oro de la Literatura Española. Gracias a sus innovaciones la literatura en castellano ya no pudo seguir siendo la misma. 

Hasta ahora, siglo XXI, ninguna novela ha igualado en perfección y originalidad al Quijote de la Mancha. Hay escritores extranjeros han aprendido el castellano sólo para leer el original. Dietrich von Hildebrand, filósofo, la leyó 50 veces. ¿Por qué no leerla ahora que cumple 400 años de existencia?