Rejuvenecer como las águilas

Autora: Rebeca Reynaud

 

 

Las águilas suelen vivir alrededor de 25 ó 30 años. Al alcanzar esa edad, entran en una etapa en la que sus plumas comienzan a caer, y su gastado y encorvado pico ya no sirve. No pueden luchar contra el frío de las cumbres durante el invierno por la pérdida de su plumaje, y también pueden morir de inanición. Llegado ese momento, las águilas pueden dejarse morir, pero hay otra opción. Algunas águilas elevan su vuelo, en un tremendo esfuerzo hasta los picos más inaccesibles y solitarios, y allí se arrancan con el pico, una a una, las plumas que aún les quedan, y luego golpean su gastado pico contra las peñas hasta arrancárselo; también  araña las paredes para quitarse las garras desgastadas. Después, poco a poco, se van cubriendo de un nuevo plumaje, y cuando le ha crecido el pico y las garras, emprende su vuela y vive otros 25 años más tras su renovación. . Seguramente este mito de la antigua cultura mediterránea constituye el sustrato del salmo 103 cuando dice: «El Señor me rejuvenece como un águila».

 Cuando se hace esa travesía por la «noche oscura y temible», como dicen los maestros espirituales, dejamos aflorar nuestro yo profundo. Quien recibe el bautismo de fuego y agua rejuvenece como el águila. Rejuvenecer como águila significa hacer morir todo lo viejo para que lo nuevo pueda irrumpir.

Lo viejo en nosotros el deseo de tener razón y ventaja en todo. En una palabra, significa morir y resucitar. “Rejuvenecer como águila significa” tener la valentía de volver a empezar y estar siempre abierto a escuchar, a aprender y a revisar.  

La Biblia se refiere al águila Dorada, que es la que aparece en el Escudo de México apretando a una serpiente debajo de sus garras. El verdadero creyente pertenece a las alturas, como el águila. No se conforma a las cosas bajas de este mundo. Cuando es atacado por alguna otra águila o ave de rapiña huye directo hacia el sol, pues tiene sobre sus ojos un tipo de copete o protección natural de sus plumas, que le permiten ver a hacia el sol sin ser dañado. 

Mercedes de la Garza escribió en la revista “México Desconocido”: El águila real es símbolo de la identidad mexicana. Universalmente, el águila ha sido símbolo celeste, ave de luz y de iluminación, de la altitud y la profundidad del aire, debido a su capacidad de elevarse por encima de las nubes y acercarse al sol. Su vuelo descendente significa el caer de la luz sobre la tierra, el advenimiento de la energía vital. Y con las alas extendidas, el águila es símbolo de la cruz, que delimita los cuatro rumbos cósmicos y constituye, ella misma, el eje del mundo. 

El águila que encarnó los valores del pueblo mexica fue el águila real o águila dorada (Aquila chrysaetos), que habita en Eurasia y Norteamérica; en México se le encuentra desde Baja California, Sonora y Nuevo León hasta Hidalgo y Michoacán, en montañas abiertas, laderas, cañadas y praderas. Esta ave, extraordinaria y magnífica, con las alas desplegadas mide más de dos metros, y una longitud de pico a cola entre los 80 y 90 cm. Su color es café oscuro, con un tono dorado en la parte posterior del cuelo. Su voz, que es un fuerte grito, rara vez se escucha.