¿Necesito controlar los celos?

Autora: Rebeca Reynaud

 

 

— Cuando él mira a otra, ¡no puedo soportarlo!

— Cuando ella mira a otro, ¡No lo soporto!

 

Reconócelo, por más que quieras, no puedes remediarlo, y fiscalizas todo lo que él o ella hace. Piensas que es normal, que es parte del amor.

 

¿Cuándo llegan a ser los celos un problema?

 

Los celos son una emoción complicada que provoca desconfianza acompañada de pensamientos de desamor hacia la persona amada. Es normal sentirlos, sí, pero no con intensidad. No es normal que sin tener motivo desconfíes de tu pareja, y la sometas a pruebas de afecto constantes.

 

El problema ante los celos tiene una raíz que tiene que ver con su autoestima y autoimagen, sentido de integridad, valores morales y culturales. Los celos hacen mella en personas con baja autoestima, que se vuelven desconfiados e inseguros.

 

La psicoterapeuta estadounidense, Tina M. Tessina, explica que los celos “surgen en personas que han desarrollado una pobre imagen de sí mismas o creen que ya no ofrecen expectativas interesantes a sus parejas”.

 

Si no hay un espacio propio para cada uno de los dos, se corre el riesgo de ser alguien incapaz de hacer nada a solas. Cuando uno busca un poco de independencia –unas zonas naturales de autonomía-, el otro se siente mal y surgen los celos.

 

Dice un refrán: “El león cree que los demás son de su condición”. Si tú eres infiel, es lógico que pienses que te van a hacer lo mismo.¿Quieres cambiar? ¿Cómo te gustaría ser, qué podrías hacer para lograr el cambio de actitud?

 

El amor es de suyo exclusivo; la amistad, no. Todos queremos amar y ser amados. Cuando los celos no enturbian la relación pueden tener efectos positivos. En la época en que vivimos se requiere una mínima presencia de celos. La persona que siente celos “sanos” no desarrolla conductas limitadoras de la libertad del otro. Sin embargo, los celos negativos –excesivos- desgasta la relación hasta el punto de acabar con ella; son destructivos.

 

No veas fantasmas

 

Los celosos dan muchas vueltas a la imaginación, y puede llegar a convencerse de que lo que pasa en su mente es verdad. Ven fantasmas: se enfurecen por un mínimo gesto sospechoso. Es frecuente que quien padece de celos no lo reconozca. Es vital que lo acepte y lo dialogue. La persona celosa cree saber más de ti que tú mismo/a (Bárbara Breva).

 

Benedicto XVI dice que el hombre sólo se conoce a sí mismo cuando aprende a conocerse a partir de Dios, y sólo conoce al otro cuando ve en él el misterio de Dios (cfr. Jesús de Nazaret, 331).

 

¿Sabes cómo superarlos?

 

Los celos patológicos son una enfermedad y pueden provocar trastornos en la personalidad: alteraciones del sueño, de la alimentación, pensamientos obsesivos y emociones de rabia, tristeza y ansiedad muy intensa.

 

Para superarlos hay que reconocerse celoso, desear liberarse de ellos e intentar sufrir menos. Muchas veces se requiere de la ayuda de un especialista. La persona celosa difícilmente podrá llegar a ser feliz por su continua necesidad de controlar al otro.

 

Ninguna persona “pertenece” como si fuera un objeto. Los hijos no son “propiedad” de los padres; los esposos no son propiedad uno del otro, pero se pertenecen de un modo mucho más profundo. Los seres humanos no se pertenecen como una posesión, como una cosa, sino en la responsabilidad. Se pertenecen porque aceptan la libertad del otro y se sostienen el uno al otro en el conocerse y amarse.

 

Remedios

·        Lo primero es intentar de apartar los pensamientos obsesivos. Piensa: “me voy a enfermar si no supero las obsesiones”.

·        Acepta que lo eres y pide ayuda.

·        Refuerza tu autoestima.

·        No pienses que el otro te pertenece.