Vuelve Jesucristo

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

Durante estas semanas, especialmente durante la Semana Santa, vuelve Jesucristo a través de tantas manifestaciones populares. Al son de las trompetas y de los ritmos a paso lento, desfilan por las calles y plazas de España y de otras naciones, emotivas imágenes de Jesús. Hay en todo ello mucho de espectáculo, mucho de tradición. Pero no hay duda de que la Sombra del Galileo pasa por ahí, emocionando a muchos, repitiendo un mensaje de transformación personal y social. 

Esa vuelta de Jesús a las calles me recuerda otra vuelta: la vuelta de Jesús al interés de los pensadores, de los novelistas, de los creadores de obras de arte. Jesús se ha puesto de moda. A veces su misterio ha dado origen a obras disparatadas, mezquinas, erróneas. Pero otras veces han surgido importantes obras artísticas y científicas en esos encuentros de Jesús con los creadores. Algunas son obras maestras. 

Hace algún tiempo leí dos libros. Y los dos me han impresionado. Son dos novelas que tienen como personaje central a Jesús de Nazaret. Las dos están muy bien escritas. Y las dos tienen grandes valores artísticos y cristianos. La primera es de un poeta griego ortodoxo y la segunda es de un profesor alemán perteneciente a la Iglesia Evangélica. Los autores son Nikos Kazantzakis y Gerd Theissen. 

La obra de Kazantzakis es muy conocida a través de la película a que dió origen. Pero, como suele suceder, la película se quedó muy lejos de la novela. Esta es una verdadera lección de amor a Jesucristo, como su autor afirma en el Prefacio: "Estoy seguro de que todo hombre libre que lea este libro rebosante de amor amará más que nunca, más intensamente que nunca, a Cristo". Y esta novela es una original biografía de Jesús en la que hay elementos históricos y grandes pinceladas de fantasía y de poesía, pero todo nos ayuda a comprender un poco mejor a esa genial personalidad que llamamos Jesús. Lleno de vida, de ideales, de sufrimientos, de amores, de misterios, ese Jesús de "La Ultima Tentación" resulta una figura gigante, transformadora, una figura para la humanidad. 

Tentado en el desierto y victorioso, tentado por sus propios amigos y victorioso, llega a ser Crucificado. Y en el último momento de su vida experimenta la última tentación: la tentación de ser un hombre, sencillamente un hombre, como todos los demás. Así se lo propone el Angel del Mal encubierto. Y recorre mentalmente su vida así, como la de todos, con esposas, hijos y nietos, con un hogar y una familia, una patria libre. Y entonces contempla las consecuencias de esa vida: sus apóstoles se sienten frustrados, San Pablo ha predicado la mentira. Todos le gritan: Cobarde, Desertor, Traidor. Pero Él es un hombre.

La Novela llega a su momento culminante. Parece que el Gran Jesús ha perecido. Pero en este momento un rápido  epílogo rasga el velo y deja ver la verdad: Todo ha sido una tentación. Una tentación que ha sido vencida. Y en el último momento de su vida Jesús triunfador "Lanzó un grito triunfal: Todo está consumado. Y era como si dijera: Todo comienza". Estas son las últimas palabras de esa magnífica novela de Nikos, el griego. Gracias a ello nosotros le podemos aplaudir estos días morados de Semana Santa a paso lento, cuando en imagen va pasando por nuestras calles, como si todo fuera "la Sombra del Galileo", que realmente está entre nosotros. 

Así precisamente se titula el libro del alemán: "La Sombra del Galileo". Investigación histórica y ficción de novela se juntan para dar el reflejo de la personalidad de Jesús sobre su tiempo. Un judío, Andrés, se ve obligado a trabajar como espía de los romanos para informarles sobre los movimientos sociales, políticos y religiosos del inquieto y agresivo pueblo hebreo contra los romanos. Y así Andrés llega a conocer a Jesús desde lejos. "Le había visto sólo una vez, desde las murallas de Jerusalén. Entonces pendía muerto de una cruz. Pero Jesús ahora irradiaba vida, paz y libertad. ¡Había terminado el reinado de las bestias!". Andrés va dibujando los trazos firmes de una sombra que le impresiona profundamente, y que le lleva a conocer a ese Jesús que no es un terrorista, ni un celote, sino el portador de un mensaje universal. "El reinado de las bestias no podía durar eternamente. De algún modo tendría que aparecer el Hombre, el verdadero Hombre. Y todos reconocerían en él los rasgos de Jesús". Ese Hombre verdadero es el Hijo de Dios también. 

Vemos su Sombra en este mundo de la Semana Santa y de todos los días, festivos o no, de todo el año. ¡Miremos bien, con los ojos del espíritu abiertos, iluminados por nuestra fe. Veremos a Jesucristo, que proyecta su sombra en el cuadro de nuestra vida.