Tú y el nacionalismo

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

PAPÁ NOEL ANDA POR AHÍ. Salí a la calle y escuché el sonido metálico de una campanilla. Era un joven disfrazado de viejo con unas barbas blancas y unos vestidos rojos. Lo reconocí: Era Papá Noël, que me parece un producto importado del Norte de Europa. En Italia, las Fiestas de Navidad, se llaman las Fiestas della Beffana. 

Papá Noël daba unos caramelos a los niños para que sus papás comprasen algo en algunas tiendas de aquella calle. Yo pensé en Tí y quise escribirte para recordarte como Mesías prometido, el Cristo, el Ungido del pueblo de Israel. 

Siempre celebramos el recuerdo de tu Nacimiento en un ambiente, un poco pueril, de ensueño: calles iluminadas con lucecitas de colores que a veces se apagan y se encienden. Arboles de Navidad. Regalos con sus lazos amarillos, verdes, rojos, azules. Villancicos. Turrones. Reuniones familiares. Comidas. Bebidas. Cabalgatas de Reyes y camiones llenos de paquetes. Todo por Tí.  

Pero me pregunto: ¿Realmente todo eso es por Tí?. ¿Esperabas eso después de casi dos mil años de aquella Noche en Belén, Mesías del Pueblo de Israel, Libertador de tu Pueblo, Luchador contra los Imperios que le oprimían, como Te veían los Profetas y como Te configuraba la fantasía popular de los siglos anteriores?.

 

EL PUEBLO ESPERABA OTRO MESíAS. Yo estoy convencido de que Te llevaron a la Cruz, entre otras razones, porque los Nacionalistas Judíos se sentían defraudados ante la figura del Mesías que presentabas Tú: un Mesías Salvador de la Humanidad, sin fronteras, Internacional, metahistórico, el mismo hasta el final de los siglos.  

No lo pudieron tragar. La soberanía del pueblo debía ser restaurada. Y Tú no quisiste ser el Hombre de tu Pueblo, para tu Pueblo, y nada más que para él. No quisiste ser un Libertador armado de la Soberanía de Israel. No quisiste ser el Caudillo que grita Libertades, reúne a las masas y las lanza contra los enemigos invasores, para proclamar la Independencia Nacional. 

Tú no ibas a ser un nacionalista. Ya se vió y se oyó entonces, en aquella noche sublime de tu Nacimiento. Naciste fuera de tu casa. Los ángeles proclamaron su alegre mensaje a unos pastores judíos, de tu Pueblo. Pero también "a todos los hombres de buena voluntad". Y pocos días después de tu nacimiento llegaron unos Magos del Oriente Misterioso, buscándote, guiados por una estrella. Son pormenores que traen Lucas (Capítulos 1 y 2) y Mateo (Capítulo 2). Aquel Niño proclamaba su universalidad. 

Y así muy pronto tuviste que escapar al extranjero, en brazos de María, para que no Te mataran. Nada menos que a Egipto, un pueblo tan despreciado por los Israelitas, que les recordaba la Esclavitud vivida allí, antes de la llegada de Moisés. 

Los Judíos esperaban que su Mesías fuera exclusivamente para ellos. Debía ser un Rey Político, un Libertador Nacional.

 

CONTRA EL NACIONALISMO JUDíO. Israel ha sido siempre un pueblo profundamente nacionalista. Lo sigue siendo ahora. Y en su personalidad histórica se han mezclado siempre y hasta confundido la Religión, la Estructura Social, las Costumbres, Tradiciones, Cultura y el Poder Político. Tú en cambio Te presentaste como Mensajero de Dios ante todos los hombres sin distinciones, como su Salvador y Libertador de todas las esclavitudes. Tú, fuerte, reprendiste a tus connacionales que confiaban demasiado en su sangre, la sangre de Abraham su padre, y en los Profetas de Dios y en las tradiciones y leyes recibidas de Moisés. Y hasta heriste varias veces sus sentimientos patrióticos al presentarles ejemplos del amor de tu Padre por los Extranjeros, por los despreciados samaritanos, sirios y habitantes de Tiro y Sidón.

 

LES MOLESTASTE CON TUS ENSEÑANZAS. Les recordaste a los Ninivitas que reaccionaron positivamente a la Predicación de Jonás. Y, en cambio, Israel rechazaba aquel que les ofrecía los signos que Tú les dabas, y el signo del propio Jonás en el cetáceo, con tu Muerte y Resurrección. Les pusiste frente al duro viaje que había emprendido la Reina del Sur, para enaltecer y admirar a Salomón, mientras los israelitas estaban rechazando a "uno que es más que Salomón". Es impresionante leer cosas como éstas en tus Controversias con los dirigentes Israelitas. Están llenas de vigor y de fuerza dialéctica y sacudían con cierta violencia la pereza colectiva del Pueblo, instalado en su sentimiento y fervor nacionalista de Pueblo Elegido de Dios. 

Tu Universalismo debió chocar necesariamente con el Nacionalismo judío. Y chocó violentamente. Y este choque terminó en tragedia, porque fue una de las causas que Te llevó a la muerte de Cruz. Pero así, cuando resucitaste, pudiste enviar a tus pobres e incultos, cobardes y amilanados trabajadores judíos convertidos en Apóstoles, a conquistar el mundo de los Romanos y de los Griegos, de los Paganos y de los Gentiles, de todos los siglos hasta el final de los tiempos. Estos incultos Apóstoles tuvieron que hacerse entender en todas las lenguas. Y en realidad las hablaron. Porque fueron comprendidos el Día de Pentecostés. Y, a través de tu Iglesia, aprenderán los millares de idiomas que separan, como murallas impenetrables, a los hombres, y así comunicarles la Verdad de tu Presencia y de tu Mensaje. Así el castigo de la Torre de Babel se ha convertido en la policromía literaria de tu Evangelio. Una Buena Nueva, traducida a todos los idiomas que existieron y a los que ahora todavía existen, pero tal vez ya no existirán dentro de unos siglos, en ese camino tan variable y progresivo de la cultura, de una cultura que siempre "se está haciendo".

 

EL EXTRANJERO COMO MODELO. Tú les explicaste la Eterna Parábola de la Definición del Prójimo, que es la Parábola del Buen Samaritano. Y esta Parábola tiene toda la fuerza de un ataque sin piedad a todo lo más grande de Israel, y una exaltación de lo que significa la palabra "Extranjero". Porque el hombre, caminante, malherido por unos salteadores, en el camino de Jerusalén a Jericó, era un hombre. Y este hombre así, sin más, era el prójimo de cualquier otro hombre, de cualquier raza, de cualquier país. Pero este hombre moribundo, sólo fue atendido por un Extranjero, el Samaritano. Los otros, judíos los dos y con una alta categoría social, "dieron un rodeo y pasaron de largo" para no comprometerse, ni gastar. Estos dos eran un "Sacerdote" y un "Levita". Tu Parábola fue un duro bofetón a los nacionalistas judíos, a los de las castas sacerdotales especialmente consagrados a la Ley, y a todos los que en la futura historia del mundo iban a anteponer sus ideologías políticas, culturales, lingüísticas, a todos los sentimientos de fraternidad universal.  

Mil Gracias a Lucas, por haber recogido en exclusiva este testimonio de tu Verdad. en el Capítulo 10 de su Evangelio. Y gracias, por habernos dejado esa llamada y ese reproche a todos los Sacerdotes y Levitas de la Historia de tu Iglesia, también la de ahora, que con tanta facilidad "dan un rodeo y pasan de largo" ante los que sufren, y ante los despreciados "Extranjeros" o "Forasteros" que no hablan su lengua nativa, porque no han nacido en la misma cultura, pero deberían ser sus hermanos. 

La siguiente historia es también exclusiva de Lucas, capítulo 17: "Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaria y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: 'Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros'. Al verlos, les dijo: 'Id y presentaros a los sacerdotes'. Y, mientras iban, quedaron limpios". 

"Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz. Y, postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias. Y éste era un Samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: '¿No quedaron limpios los diez?. Los otros nueve ¿dónde están?. ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino Este Extranjero?'. Y le dijo: 'Levántate y vete. Tu fe te ha salvado'. La palabra "Extranjero" es la traducción de "Alienigena", en el latín de la Vulgata, y de la palabra del original griego: "Alloguenés", "Nacido en otra parte". 

Tú alabaste a los Samaritanos, los llamaste Extranjeros  y recibiste de ellos el desdén y el desprecio, cuando no quisieron aceptarTe en su aldea, porque ibas hacia Jerusalén, la ciudad de los desechados judíos. Revelaste a una mala mujer Samaritana, las grandes verdades de tu Venida y de la Venida del Espíritu. Y gracias a ella, muchos extranjeros encontraron el camino de tu Buena Noticia del Reino. 

Podría ir siguiendo las páginas de tus Biografías, para recoger todavía más datos de tu Universalismo Fraternal, frente a las estrecheces nacionalistas de tus hermanos judíos de raza y de religión. Alguna vez dijiste que Tú personalmente sólo habías sido enviado para dirigirTe a los judíos de tu Pueblo. Así se lo manifestaste a la Mujer Cananea, que Te pedía la curación de su Hija. Y hasta la trataste de "Perrito", y le dijiste que "no estaba bien dar a los perritos la comida de los hijos". Pero, de hecho, le concediste todo, después de bromear cariñosamente con ella. Tu Mensaje fue presentado por Tí, como un Mensaje para todos. Y tu Palabra, desde el principio, era la Palabra destinada al Universo, plasmada en el Universo, para que el Universo alcanzara la Luz Esplendorosa de la Verdad. Tú quisiste un Iglesia, con un solo Dios y un solo Señor, y una Sola Piedra fundamental que era Simón Bar Jona. 

Tú has querido subrayar este Universalismo Cristiano, aunque para ello, tuviste que herir necesariamente los sentimientos íntimos, patrióticos de tus hermanos de raza y lengua. Varias veces Tú has tenido unas calurosas palabras de alabanza para los Extranjeros que encontrabas. Hasta para las Ciudades Castigadas, como Sodoma y Gomorra, y las Ciudades cercanas, como Tiro y Sidón, con las que comparaste el rechazo de tu Presencia en Corazín, Betsaida, Jerusalén y Cafarnaum. Lo mismo podrías haber dicho de Nazaret, tu aldea donde la gente Te conocía personalmente.

 

ESTAMOS ENFERMOS DE NACIONALISMOS. Los hombres de nuestro tiempo estamos enfermos, gravemente enfermos, de nacionalismo. Te lo aseguro. Han caído muros políticos, imperiales, levantados por los Dictadores. Pero, casi simultáneamente, se han ido levantando otras altas murallas que intentan ahogarnos en sangre. Y por ello estas murallas parecen amasadas en sangre humana: Guerras y Terrorismos utilizan la sangre de los hermanos como cemento de sus diferencias. Esto sucede en España. Y sucede en otros países de todos los Continentes. Quieren subrayar sus diferencias, y proclamarlas como Soberanas, rechazando a los otros, aunque sea con las armas y con el terror.

 

TAMBIéN TU IGLESIA. Y hasta tu Iglesia, la que se llama Cristiana y Católica, Universal, a veces respira con dificultad, como si también ella se hubiera contagiado de esta enfermedad social tan antihumana, como es el Nacionalismo Radical. 

Entre los primeros cristianos fue dramática la tensión entre el nacionalismo israelita y el Internacionalismo de tu Persona, de tu Mensaje y de tu Salvación. Fue necesaria la gran personalidad de un fariseo de mente abierta, judío de nacimiento y ciudadano romano, Saulo de Tarso, a quien Tú buscaste en el camino de Damasco, para cortar definitivamente las adherencias judáicas de tu recién nacida Iglesia. También fué decisiva la intervención de aquel a quien Tú pusiste como Roca Fundamental del Cristianismo, de tu Pariente Santiago y del llamado Primer Concilio, el de Jerusalén. Todo esto se convirtió en lucha. Y hubo sangre y muertes, como siempre. Pero tu Obra se extendió, ya sin trabas y sin distinciones de razas, pueblos, y lenguas. 

Pablo tiene unos párrafos muy expresivos en el capítulo 2 de la Carta a los Efesios: "Así que recordad cómo en otro tiempo vosotros, los gentiles según la carne... estábais a la sazón lejos de Cristo, excluídos de la ciudadanía de Israel y extraños a las Alianzas de la Promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Mas, ahora, en Cristo Jesús, vosotros, los que en otro tiempo estábais lejos, habéis llegado a estar cerca por la Sangre de Cristo. Porque El es nuestra paz, el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro que los separaba, la enemistad, anulando en su carne la Ley de los Mandamientos con sus preceptos, para crear en Sí mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo...Así, pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los Santos y Familiares de Dios, construídos sobre el Cimiento de los Apóstoles y Profetas, siendo la Piedra Angular el mismo Cristo Jesús". Podría todavía seguir copiando la exaltación del Apóstol que se siente Universal para un Cristo Total y Eterno.  

Tus seguidores fueron masacrados por los Romanos, borrachos de Imperialismos y de Divinidades. Tus Cristianos fueron considerados peligrosos conspiradores porque creían en un solo Dios y no en los ídolos de barro y porque se reunían Esclavos y Hombres Libres, Griegos y Judíos, como decía Pablo, en una fraternidad, sin fronteras ni clases sociales.  

Y por esto mismo, después, tus cristianos han sido detenidos, encarcelados, asesinados por todos los nacionalismos extremos, dictatoriales, por todos los racismos enajenados, cuando ellos rechazaban someterse a la obediencia de una iglesia nacional, marioneta de los poderes públicos. Y así se manifestó esa vergüenza de la división de los Cristianos por causas políticas, más que por causas estrictamente religiosas y de fórmulas de la Fe. Y por causas políticas más que de formulaciones de la Fe, aparecieron las iglesias nacionales en tantas naciones, a través de la historia, especialmente en el Oriente y en el Norte de Europa, y después en tantos países gobernados por Dictaduras Poderosas y Dictaduras del llamado Proletariado.

 

EL CRISTIANISMO ES UNIVERSAL. Y es que el Nacionalismo y el Cristianismo tiran fuertemente hacia direcciones diversas y aun opuestas. Y se rompen los lazos, aun los lazos del Amor y de la Fe. Y se quiebra la unidad.  

Para Tí no hay forasteros, ni extranjeros, ni hay nacionales. No se puede hablar de iglesia vasca, ni de iglesia catalana, ni de iglesia mallorquina, ni de Iglesia  andaluza, ni de iglesia española, francesa o norteamericana. Todos somos Uno, como Tú eres Uno con el Padre. No hay más que una Iglesia donde estás Tú, y donde están dos o tres reunidos en tu Nombre, allí estás. Y allí está tu Iglesia, aunque uno sea negro y el otro sea blanco, aunque hablen lenguas diversas, y ni siquiera se entiendan a causa de la diversidad del idioma que usan. Toda división o nacionalización crea marginados, y Tú con tu única Iglesia lucháis contra toda realidad o apariencia de marginación. 

Los Nacionalismos han creado las iglesias nacionales, divididas, y ahora dificultan todo esfuerzo de recuperación de la unidad destruída y todo intento de acercamiento ecuménico. Siempre que aparecen diversos bandos en las guerras por causa de los nacionalismos, aparecen también las diversidades religiosas que están detrás, y generalmente, junto a los altos mandos políticos y militares de los bandos, también se hallan ufanos los trajes religiosos de las diferentes confesiones eclesiales o mahometanas.

 

LOS SANTUARIOS RELIGIOSOS. Por todo esto resulta curioso, desconcertante y triste que los Santuarios dedicados a tu Madre, María, o a algunos de tus Santos, sean presentados como símbolos, expresión, creadores y mantenedores de una cierta nacionalidad, de una cierta cultura, de una cierta lengua. Como si su función no fuera ya religiosa, sino política y cultural.  

Todo Santuario, aunque lleve el Nombre de María en alguna de sus advocaciones, aunque lleve el nombre de algún Santo de la Historia nacional, está dedicado al culto de Dios Padre, por medio de Tí, su Hijo Unico, Salvador de todos. Y no está dedicado, consagrado, exclusivamente, a ninguna Nación, a ninguna Cultura, a ninguna Lengua. Allí caben todos los creyentes. Y todos los creyentes han de poder rezar y cantar en su propio medio de Comunicación, que es el Idioma que hablan y escriben todos los días, en su propia casa. Los Santuarios, los Monasterios, no pueden levantar ninguna Bandera estrictamente Política de una Nación, como si fueran los vanguardistas de una Diversidad Nacional Soberana. Los Santuarios Cristianos no pueden ser Santuarios, Custodios exclusivos de una Cultura y fieles mantenedores de la Llama de una Lengua, como si hubieran convertido su finalidad religiosa en una proclama de interés puramente nacionalista.

 

POLíTICA Y NACIONALISMO. Es verdad que la estructura política que tiene en cuenta la diversidad de las nacionalidades humanas es mejor y más democrática, más inteligente, más eficaz y más participativa que otras más centralizadas. Es verdad que la Iglesia Universal, Cósmica, también contribuye indirectamente al fortalecimiento de las nacionalidades, cuando, al encarnarse como Tú, al buscar inculturizarse, toma suavemente las formas de cada pueblo y aporta su Fe y sus Costumbres como lazo de cohesión entre los ciudadanos y su cultura. Pero ésta no es su Misión. Tu única Iglesia se va integrando en todos los pueblos, tal como ellos son ahora. Y se va adaptando a todos los cambios que necesariamente llegan con los nuevos tiempos. Porque el pueblo en su conjunto evoluciona constantemente, y constantemente va creando de lo anterior recibido, nuevas formas culturales, nuevas lenguas, como del Griego y del Latín, nacieron las Lenguas Romances y sus descendientes, que son las Lenguas de ahora. Los ideales estrictamente políticos y nacionalistas se dejan para los ciudadanos que libremente pueden decidir su posición y su voto en los Países Democráticos.

 

TU PENSAMIENTO AHORA. ¿Qué piensas, amigo Jesús, de todo esto?. ¿Seguirán muriendo gentes todavía?. ¿Seguirán sufriendo los marginados a causa de los señores nacionales y nacionalistas?.  

Envíanos un poco de tu sensatez pacificadora. La Nación es siempre pequeña para Tí y los Tuyos. Si hasta el Universo entero me parece pequeño para tu Inmensidad Humana, para tu Infinitud Divina.  

Yo no quiero verTe pequeño, como me parecen pequeños y raquíticos tantos líderes políticos de la actualidad agitada, que están hablando y gritando siempre "los derechos de nuestra nación diferente". No se cansan. Y, en algunas ocasiones, con estas fraseologías separatistas, están cultivando un ambiente caluroso y violento donde fácilmente nacen, crecen y se manifiestan los Terrorismos y las Guerras entre hermanos que han vivido juntos y en paz, más o menos perturbada por accidentes pasajeros, durante largos siglos. 

La Libertad es muy importante. El Hombre es un Ser Libre. Y puede vivir, desarrollarse y trabajar dignamente en cualquier parte del mundo. Y los poderes públicos han de garantizarle la paz en la convivencia, la defensa de sus derechos fundamentales, sin imposiciones culturales y lingüísticas, porque la misma vida irá destruyendo los muros y las diversidades. Y la Libertad Humana será una progresiva Creadora de nuevos niveles de Cultura. 

Un abrazo a Tí que eres un Hombre Universal, a pesar de tu nacimiento judío, betlemita, galileo, nazaretano, que hablabas el Arameo y acogías siempre a prójimos y extraños, rompiendo así todas las Fronteras, de hecho siempre custodiadas por soldados armados. 

En tu Iglesia no hay fronteras. Porque no existen más que hermanos, todos iguales en su Fe en Tí, Jesús de Nazaret, y en la Comunidad de los Hijos de Dios. 

Yo tengo amigos y hermanos aquí, en la Península Ibérica y en América, en Roma, Italia, en la Gran Bretaña, Francia. Además hermanos y compañeros jesuítas prácticamente de todas partes. Tengo amigos y hermanos, cristianos o no cristianos, que pertenecen a otras razas, a la raza Negra. Tengo amigos y hermanos que hablan el Chino y tienen esos ojos tan especiales que parecen sonreir constantemente. Cuando hablamos, no sabemos lo que dice el otro, pero siempre nos entendemos. Y además muy bien. 

Yo he sido Forastero y Extranjero, durante muchos años en mi vida aquí, en este mundo. Yo he escuchado de cerca lo que decían los nativos de aquellos que habían llegado de otras nacionalidades. Y sé cuánto puede llegar a sufrir el que ha venido a estudiar o a trabajar "desde fuera". 

Pero no me importa. Porque en estas ocasiones hay que recordar tantas cosas que están en las páginas de la Biblia y de tus Evangelios. Sabemos, por todas ellas, que Abraham fue un "Forastero en Tierra Extraña". Y así lo fueron también los Patriarcas. Y hasta todo el Pueblo que languideció, trabajando duramente, como una manada de Esclavos Extranjeros, en diferentes Pueblos, como Egipto y Babilonia, bajo duros capataces, portadores de la fuerza de los Reyes y de los Emperadores. 

Y hemos de recordar siempre, que la Ley de Moisés, Voluntad de Yahvé, exigía respeto e igualdad para los extranjeros (Exodo, Capítulo 22. Deuteronomio, Capítulo 10), y que Tú has muerto, entre otras razones, porque no quisiste ser un luchador "Judío Nacionalista", sino un "Hombre, hijo de Dios, Salvador de toda la Humanidad". 

Nosotros procuraremos imitarTe en este universalismo tan humano, tan generoso, tan cordial. Yo me siento un extranjero, un  forastero, un peregrino, en dondequiera que me encuentre. Todo me parece pequeño. Y es que todo lo que he visto en tantas naciones que conozco, me parece muy semejante, muy igual. En todas partes, hombres y mujeres de todas las edades, edificios viejos y otros modernos. Cascos anticuados y barriadas frías, geométricas, altas, con rascacielos inhumanos. Parkings. Ruido y movimiento. Coches de todos los colores y formas. Humos. Y millones de extranjeros que caminan. ¿Hacia dónde?. Esto es lo importante. Lo triste es que muchos no sabrían qué contestar.