Tu retrato a través de la historia

Autor: Ramón Aguiló sj.

 



Querido amigo y hermano, Jesús de Nazaret, hoy quisiera decirte que el mundo no Te ha olvidado, ni los que podríamos llamar los Cristianos de a pie, ni los investigadores, ni los artistas. Tú estás presente en la Historia de ahora, como lo estuviste en los más de veinte siglos que nos han precedido, Todos han podido conocerte. Y desde el principio, ha habido artistas que han utilizado sus pinceles o sus instrumentos para expresar tu rostro, tu cuerpo, tu presencia, tu sonrisa, tu actividad, tu oración. Han llenado muchísimas paredes y telas, muchísimos materiales, para darle forma a este ser que tanto amamos todos, y que Tú llamaste “El Hijo del Hombre”. Tu figura así ha quedado proyectada sobre todos los rincones del planeta y sobre todos los días de los años y de los siglos.

 

Tú estás realmente presente en las formas consagradas de la Santa Eucaristía. Tú estás de verdad en  todos los templos, capillas, parroquias, santuarios, catedrales, donde se conserva el Pan consagrado, y sobre el que el Sacerdote, en la celebración de la Santa Misa, ha dicho: “Tomad y comed todos de él. Porque esto es mi Cuerpo”.

 

Pero los pequeños y los grandes artistas han querido recoger en sus obras la belleza de tu presencia en todos los sentidos.

 

TE HAN PINTADO EN LAS CATACUMBAS. Los cristianos fueron perseguidos, por desgracia o por voluntad divina, en muchas ciudades y pueblos del Imperio Romano. Y no fue solamente el Saulo de Tarso el que persiguió a los que seguían el  “Nuevo Camino”, es decir, el Evangelio que Tú habías pregonado. Fueron los soldados, los Pretores, los poderes públicos, los Emperadores. Los Cristianos tuvieron que refugiarse en sitios ocultos para poder realizar tranquilamente  las expresiones de su fe. Y en la hermosa Ciudad de Roma, se encuentran varias Catacumbas célebres. Son verdaderos subterráneos. Pueden ser visitadas por los turistas y por los peregrinos.

 

Las Catacumbas impresionan. Yo las he visitado prácticamente todas, y he experimentado una fuerte e imborrable sacudida. Uno, al verlas, al contemplarlas, busca realizar, pintar, imaginar con la propia fantasía, cuál era la formidable fe de aquellos que nos han precedido en el seguimiento de tus enseñanzas.

 

Han expresado su fe no solo por el encuentro tranquilo de la comunidad cristiana, sino también por expresiones sencillas, pero muy significativas, de los símbolos, colores, grabados y palabras.

 

Mira, lo que hicieron para afirmar que Tú eras y eres el Hijo de Dios. Pusieron en varios sitios la figura de un pez, o tal vez escribieron la palabra con que los griegos expresaban esta realidad acuática, porque en ella veían una inscripción profunda y verdadera. En griego, la palabra “IJZÚS” significa “PEZ”, pero sus letras afirman lo siguiente: “JESU CRISTO, DE DIOS HIJO, SALVADOR”.

 

También se han encontrado imágenes elementales, sencillas de tu figura, tu rostro y de María Santísima, como también de algunos Apóstoles. Otras figuras representan a un Pastor. Tú dijiste: “Yo soy el Buen Pastor”.

 

Ya vés, Jesús, cuánta belleza y cuánta fe existe en estas elementales obras de arte.

 

PASARON LOS SIGLOS         . Yo diría que tu figura ha inundado también todos los estilos artísticos que se han ido cambiando a través de los movimientos culturales. Todo evoluciona, todo cambia en la humanidad. Tú lo sabes.

 

La historia no se detiene. Ahora nos encontramos en el arte de un período que los eruditos llaman DEL ARTE CONTEMPORÁNEO.

 

Tal vez no te gustan las obras que se producen ahora. Lo contemporáneo tiende a separarse de lo antiguo, de lo clásico. Por eso los artistas parece que dejan las sendas del realismo, y se dedican a lo que podríamos llamar y algunos ya llaman ARTE SUBJETIVO, ARTE SURREALISTA.

 

Entre los modernos y los antiguos han ido desfilando por los caminos de la historia los más diferentes, hermosos y creativos estilos.

 

Una Lista Resumida de los diferentes movimientos creadores en los campos del Arte:  El Estilo Romano que desembocó en el Arte Carolingio, es decir de Carlomagno. El Movimiento Románico, que creó grandes catedrales en algunas ciudades de Alemania. El llamado estilo Gótico. El Renacimiento con los grandes artistas Donatello, Fra Angélico, Miguel Angel, Leonardo da Vinci. También han sido grandes creadores  Correggio, Caravaggio, el famosísimo Greco. Después vino el Barroco que también se llama el estilo Jesuítico, porque comenzó con las grandes obras de los seguidores de San Ignacio de Loyola. Así apareció la bellísima Iglesia del Gesú de Roma, que está pensada y realizada para dar gloria y presencia a tu divinidad y humanidad, Jesús de Nazaret.

 

Y nos acercamos más a nuestros tiempos: Valázques, Zurbarán, Rubens, Rembrant, Goya, Delacrooix, Gaudí, Le Corbussier, Gauguin, Matisse., Van Gogh. Y hemos de intentar terminar esta larga lista que podría ser mucho más larga con unos puntos suspensivos, porque el tiempo sigue volucionando y el arte también.

 

TU ROSTRO EN LA SÁBANA. Hay una obra de arte que he dejado para este final. Es realmente un regalo tuyo a toda la humanidad. Es tu hermoso, tranquilo, espiritual rostro que resplandece en la llamada SANTA SÁBANA DE TURÍN.

 

Este rostro en esta sábana, nos recuerda que todo tu cuerpo, estuvo sepultado, en un sepulcro nuevo, después de que hubieras muerto crucificado en el Calvario, y después de que hubieras descansado en los brazos de tu Madre, María.

 

Tu hermosa y dolida cara con las manchas de sangre y las señales de las espinas quedó grabada en aquella sábana  que poseía José de Arimatea. Era una sábana limpia que nadie había usado. Han escrito sobre tu sepultura Mateo 27 y Juan 19.  También Pedro y Juan fueron testigos de cómo estaba la Sábana, cuando ya no encontraron a Jesús en el Sepulcro porque había resucitado. Juan 20.

 

Mateo afirma: “Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que se había hecho también discípulo de Jesús. Se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato dio orden de que se le entregase. José tomó el cuerpo, lo envolvió en una SÁBANA LIMPIA, y lo puso en su sepulcro nuevo...”

 

Juan da más datos: “Después  de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo. Fue también Nicodemo –aquel que anteriormente había ido a verle de noche- con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras. Tomaron el Cuerpo de Jesús y lo envolvieron en LIENZOS con los aromas, conforme a la costumbre judía de sepultar”.

 

“Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vió los LIENZOS en el suelo, pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro, y vió los LIENZOS en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a los LIENZOS, sino plegado en un lugar aparte...”

 

En la Sábana, en los Lienzos, quedó grabado tu ROSTRO en una especie de fotografía en negativo. Y también los huesos de tu Cuerpo. Tus facciones son una profunda e imperiosa llamada a la Fe en ti. La SÁBANA se conserva normalmente en la Ciudad de Turín (Italia). Ha sido estudiada, analizada, por peritos de todas las especialidades, y siempre se ha encontrado que aquellos rasgos de la SÁBANA corresponden a un hombre del comienzo de la era Cristiana. Aquello es tu fotografía, tu Retrato, Jesús de Nazaret.