Tu presencia en el arte

Autor: Ramón Aguiló SJ

   

Jesús de Nazaret, Tú estás presente continuamente en este mundo de seres contingentes, de diferentes formas. Tú mismo has dado profundas y misteriosas enseñanzas sobre estas tus formas de presencia.

 

TU PRESENCIA DIVINA. Podríamos afirmar que lo más importante de tu Misión Divina es estar presente de un modo muy especial en un universo que ya es tuyo, porque eres Dios. Y, como decimos nosotros los cristianos, Dios está en todas partes. Tú, antes de nacer en la cueva de Belén de Judá, ya estabas presente en todos los recovecos y rincones de este universo tan inmenso. Más allá del sol y las estrellas, allí estabas y estás Tú. En lo más hondo de los mares y de los abismos, allí también  tu Presencia es algo real, cotidiana, misteriosa. En las ciudades, pueblos, naciones estás Tú como Dios, aunque no te reconozcan sus habitantes, aunque no te adoren, aunque no te recen, aunque no te experimenten, aunque sean pueblos de gentes ateas materialistas o de otras religiones que no son como la tuya, el Cristianismo, que Tú fundaste y con la que se formó, activa, tu Iglesia Universal, Católica.

 

Tú, Jesús, como Dios, estás presente en todos los individuos, mujeres o varones, niños, jóvenes y ancianos. Aunque ellos no experimenten tu Presencia. Aunque ellos no te reconozcan.

 

El Universo es una gran obra de arte, creada por tu Padre y por Ti. Y en los Libros Sagrados que nosotros, los católicos, leemos constantemente, hay expresiones que indican una forma misteriosa de éxtasis ante las maravillas de la Creación. Te voy a dar algunos ejemplos. En el Libro del Génesis se ha descrito de un modo antropomórfico, el comienzo de todas las cosas creadas. Según este libro, lo primero que Dios creó fue la Luz. “Dijo Dios: Haya Luz y hubo luz. Vió Dios que la Luz estaba bien, y apartó Dios la Luz de la Oscuridad...”  Me pregunto yo: ¿Qué sería el mundo sin la luz?. No sería una obra de arte. No se podría contemplar como se contempla un cuadro, una estatua. No existirían los colores.

 

San Juan, el evangelista poeta, comienza su Evangelio recordándote a Ti, como PALABRA DE DIOS. Dice: “En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios... Todo se hizo por ella, y sin ella no se hizo nada de cuanto existe”. Después Juan escribe sobre la Vida  y dice que “la Vida era la Luz de los hombres, y la Luz brilla en las tinieblas, y la tinieblas no la vencieron”. Más tarde afirma que “el mundo fue hecho por la Palabra”.  Esto indica que Tú, Dios, Palabra de Dios, fuiste el gran creador de esta obra de arte mundial.. El libro del Apocalipsis también Te describe artísticamente: “Tú eres el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin”.

 

UNA PRESENCIA MUY ESPECIAL.  Hay una Presencia tuya muy misteriosa, encantadora. Parece que la experimentamos los que queremos vivir según tus enseñanzas, según tus afirmaciones. Y es la que llamamos presencia Eucarística. Cuando abrimos nuestras ventanas y contemplamos el hermoso paisaje que nos rodea, parece que Te vemos a Ti. Muy especialmente, cuando vemos las torres de las iglesias católicas, las catedrales, las parroquias, las ermitas. Si en ellas hay un sagrario y, junto al sagrario, vemos una lucecita temblorosa, tenemos la certeza de que allí estás Tú. Es tu presencia real, bajo las formas de un pan especial, pan ázimo, que se debe adorar, y se puede recibir en la boca con una gran devoción y amor.

 

Tú nos has enseñado, durante tu breve vida en este mundo, que Tú eres el Pan de la Vida, y que quien coma de este vivirá eternamente. Y después, cuando ya se acercaba la terrible experiencia de tu Pasión, poco antes de ser entregado por Judas el traidor, para que fueras juzgado y condenado a muerte, Tú estabas con tus Apóstoles, todos muy tristes,  en la Cena Pascual, y tomaste un trozo de pan, diste la acción de gracias, lo bendijiste y pronunciaste las palabras consagradoras: “TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS”. Del mismo modo, acabada la Cena,  tomó el cáliz y, dándote (Padre Dios) gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos diciendo: “ TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR  TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA”.

 

Podría decir mucho más de esta tu Presencia real en el mundo materialista. Eres cada día un pregonero de la Santidad, la pureza, la bondad y el amor. Estás siempre con nosotros. Y no solamente porque eres Dios.

 

Centenares y, en todo el mundo millones de católicos, Te reciben bajo las formas de Pan y de Vino.  Te adoran. Te piden perdón de sus culpas. Te suplican que les des fuerzas para vivir bien todos los días de su vida.  Esto es maravilloso, precioso. Todos podemos afirmar rotundamente que somos templos vivos de Jesús, aunque no te vemos.

 

Y éste es otro aspecto de tu Presencia Eucarística. Tu Presencia es real, es verdadera, pero es una Presencia de un Jesús invisible. Aunque a veces parece que podemos escuchar tus palabras fraternales, comprensivas.

 

Por todo lo dicho, la Iglesia quiere que se preparen muy bien los niños y niñas para recibir la Primera Comunión. Será este día un día muy feliz. Y que deberá traer muchas e importantes consecuencias en toda la vida. Hay que pensárselo bien. Y los niños y la niñas que se han preparado bien, el día de la Fiesta de su Primera Comunión visten trajes artísticos, bonitos, elegantes, y algunas señales inequívocas que indican a todos la Alegría de su día.

 

Así podríamos decir que tu Eucaristía nos introduce en el Arte, a través de una Presencia muy especial, que tu Presencia Eucarística. El templo estará engalanado de flores y de luces. Sonarán las músicas religiosas. Habrá fotografías que después estarán expuestas en los salones de los hogares. Los Papás se sentirán dichosos. Y los Hijos sonrientes.

 

Tu Presencia es la Presencia Artística de un Ser querido que está allí verdadero, y que, sin embargo, nadie puede ver.

 

LA EUCARÍSTICA ES LA MÁS BELLA DE TUS PRESENCIAS. Todos los hombres y las mujeres, al correr de los años, aunque estén ya en la ancianidad, recuerdan con amor el día de su Primera Comunión y todas las veces que han podido recibir verdaderamente tu Cuerpo.

 

Muchos conservamos el recordatorio que, en el día de la Fiesta, se repartió a todos los presentes y a los especialmente invitados. Y es muy frecuente que en estos recordatorios se encuentre impresa algunas frases o alguna poesía que se refieren a tu Presencia Real.

 

Yo tengo un hermoso recordatorio, que representa a un niño sentado sobre el altar, mirando, extasiado la puertecita del Sagrario, y que contiene unos versos preciosos que traducidos al castellano dirían: “Flor de lirio perfumado/ brota hoy en mi alma/. Todo un cielo ha descendido/ dentro de mi corazón/ la Eucaristía/. Que nunca me manche el pecado/  la flor del alma mia/. Ni jamás me deje cerrado /el Cielo de la Eucaristía”.

 

TODO ES ARTE. TODO ES BELLO. TODO SE REFIERE A TU PRESENCIA, LO MÁS ENCANTADOR DE NUESTRA VIDA. Dentro de unos días Te contaré otras formas de tu presencia EN OTRAS CREACIONES ARTÍSTICAS.