Tu luz llegó a América

Autor: Ramón Aguiló sj.

Tu Iglesia, Jesús de Nazaret, se extendió primeramente por lo que ahora llamamos naciones europeas, y, en tu tiempo, sencillamente formaban el Imperio Romano. Pedro y Pablo no descansaron hasta llegar a Roma, que era la sede del gran Emperador. Roma y el Emperador eran el centro del mundo conocido por los hombres. Tú sabías muy bien que existían hombres y mujeres, países, continentes, que tenían sus propias culturas, sus propias lenguas, sus propios modos de comunicarse, y que adoraban a ídolos hechos por las manos de los hombres, o más frecuentemente a los seres naturales que les rodeaban y les daban vida, el sol, la luna, las montañas, los huracanes... No te habían conocido. Y vivían en las tinieblas. Tu luz no había amanecido para todos ellos, millones y millones de seres humanos. Así existieron durante los primeros mil quinientos años de la llamada Era Cristiana. 

LA GRAN ALEGRÍA DEL 2002. Pero, mira, en el año 2002 que ahora se va alejando de nuestro tiempo, experimentamos todos una gran alegría, porque un grito que había brotado de la Nación, ahora llamada Honduras, nos recordó a todos que Tú, Jesús, habías llegado a América, hacía quinientos años, exactamente el día 14 de Agosto del año 1502, y que los cristianos hondureños y también los de otras naciones que llamamos ahora latinoamericanas, celebrarían esta fecha y el acontecimiento que la realzaba, con una semana de grandes festejos. Querían expresar la alegría que les embargaba por tu llegada a sus tierras, y por las transformaciones que tu presencia en América había causado.

Yo, como Tú sabes, estuve en Bolivia, durante bastantes años. Y me siento muy americano. Y quise adherirme a la alegría y a las fiestas causados por el recuerdo de tu llegada. Y lo que todos hemos recordado es el histórico día en el que alguien, un sacerdote llamado tal vez Alejandro, celebró la primera Eucaristía en una pequeña ciudad de la costa hondureña, llamada ahora Trujillo. Fue tu entrada triunfal en el continente. Cada año recordamos lo que Te sucedió a Ti, cuando, cercana ya tu detención y tu pasión, penetraste en la ciudad santa de Jerusalén, aclamado por las multitudes, entre ramos de olivo y bellas palmas doradas, sentado Tú sobre un borriquillo. Hemos recordado en el año 2002 tu entrada en América entre aplausos y aclamaciones. Porque era el amanecer, la aurora, el resplandor de un nuevo y brillante día, de una larga historia bautizada, cristiana. Había llegado, con Cristóbal Colón y sus acompañantes, la Luz de tu Personalidad y de tu Mensaje.

Trujillo es una ciudad colocada a quinientos kilómetros al Noreste de Tegucigalpa, capital de Honduras. Llegaba contigo el descubridor de América, Cristóbal Colón, en su cuarto y último viaje. En realidad habían llegado a la Isla Guanaja, pero siguieron adelante y pisaron tierra firme, y arribaron, dos semanas después, el Domingo 14 de Agosto del año 1502, a punta de Caxinas, que ahora se llama Punta de Castilla. Y fue aquí donde se celebró la primera Misa de América, con la que Tú te hiciste presente como dijiste al inaugurar la Eucaristía con tus Apóstoles, poco antes de tu pasión.

FIESTAS RECORDANDO TU LLEGADA. La celebración de esta hermosa realidad que sucedió hace cinco siglos ha durado del 11 al 17 de Agosto del 2002. Y el Papa, Juan Pablo II, nombró al Cardenal Primado de América, Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo de Santo Domingo, como su enviado especial y representante oficial en las fiestas.

Uno de los actos más importantes de estas celebraciones consistió en el traslado desde Tegucigalpa al puerto de Trujillo, de la imagen de la Virgen de Suyapa, muy venerada en aquella nación, y que se ha convertido en el principal símbolo católico de Honduras. Participaron en las fiestas de este año singular todas las diócesis, parroquias y comunidades católicas de Honduras. Porque ello fue una ocasión para “recordar los orígenes de nuestro ser cristianos”, como han escrito los Obispos en la carta pastoral con la que invitaban a todos a la participación de los festejos.

CRISTÓBAL COLÓN. ¿De quién fue la idea de celebrar la primera Eucaristía americana en aquel día del 1502?. Tú lo sabes, yo no lo sé. Pero sin duda el jefe de los conquistadores, Cristóbal Colón, tuvo parte en ella. Este hombre no es históricamente muy bien conocido. Tuvo dos hermanos, Bartolomé y Diego, y dos hijos, Diego el primogénito, y Fernando o Hernando, que era su hijo bastardo. Este hijo natural acompañó a su padre en el cuarto y último viaje hacia las Indias, y por tanto, pudo estar presente en la primera Eucaristía de la América descubierta por el conquistador. Todos ellos, hermanos e hijos, participaron con más o menos éxito en los trabajos del navegante que pasaría a la historia de la España de los llamados Reyes Católicos y de Carlos I y de los viajes intercontinentales. Hasta los orígenes de Cristóbal Colón se presenta algo enigmática: se dice que nació en Génova de Italia en el año 1451, pero hay historiadores que localizan su nacimiento en otras ciudades. Alguien ha llegado a escribir que era mallorquín, es decir, nacido en algún pueblo de Mallorca, la mayor de las Islas Baleares (España).

Fue navegante, almirante, virrey y gobernador de los territorios que descubrió en sus cuatro viajes y ha dejado una larga, brillante y a veces tortuosa estela en la historia y en la historia de tu Iglesia. Él abrió el camino de las conquistas, pero también – y tal vez sin pretenderlo – la llegada a América de tu Luz, tu Alegría, y también de la devoción a tu Madre, María. Tú no llegabas como un conquistador, sino como el Mesías, el Salvador del Universo. 

Después de tu presencia llegaron los misioneros y las misioneras. Y crearon la famosas Reducciones y Santuarios, porque querían bautizar las culturas nativas, sin destrozarlas. Solamente los nombres de las misiones de Chiquitos impresionan: San Javier, San Rafael, San José, San Juan, Concepción, San Miguel, San Ignacio, Santiago, Santa Ana y Santo Corazón. Se conservan sus preciosos templos. Su historia novelada se ha presentado en una bella película llamada “La Misión”.

En todas las naciones de América y en sus grandes o pequeñas ciudades hay Santuarios con el nombre de María, tu Madre. Mira algunos ejemplos solamente: Santa María de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, Nuestra Señora de Guadalupe de México, Nuestra Señora del Rosario de Andacollo de Chile, Nuestra Señora de Copacabana de Bolivia, etc. Ya ves, Jesús, Tú y tu madre habéis llevado la fe cristiana y la alegría a todos los pueblos de América. Todo comenzó hace quinientos años, cinco siglos. El año 1502.