Tú eres la sabiduría

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

BUSCAMOS CERTEZAS. Lo que yo veo en los hombres de mi tiempo hubiera sido llamado anteriormente "Escepticismo". Los mayores exponen opiniones. Hasta los científicos se contentan con desarrollar teorías, partiendo de las más diversas hipótesis. Y no es extraño que  hoy parezca claro, evidente, lo que mañana será deshechado como una teoría superada y se convertirá así en un párrafo secundario de un Libro de Historia Especializada. 

Sin embargo, nosotros, los cristianos, los que Te seguimos y hasta entregamos nuestras vidas para un Ideal Intocable, Indiscutible, Cierto, no podemos contentarnos con Teorías y Opiniones. Tú no puedes ser sólo una Teoría para mí. Tu Evangelio no puede ser considerado como la opinión religiosa de unos hombres alucinados. 

Yo quiero poseerTe, a Tí y a tu Mensaje, como algo inconmovible. como un punto de Referencia Fijo, Estable, como un Sol que no se mueve y alrededor del cual giran todos los seres. Lo demás es secundario. Sólo este Centro es lo Importante, lo que vale la pena, lo que vale toda la vida, toda la historia, todas las naciones, el "ayer, el ahora y el mañana".

 

DEFINICIóN DE SABIDURíA Y SABIO. Me parece que esta Inmutabilidad, esta Permanencia, este Ser sin mezcla de no ser, esta Verdad sin sombras, captados por la inteligencia humana, se podrían definir como Sabiduría. Y el que ha llegado a su conocimiento y a su integración en la propia personalidad, es el Hombre o la Mujer que pueden llamarse verdaderamente "Sabios". No sé si todos estarán de acuerdo con esta definición. 

En realidad, sólamente puede existir una sola Sabiduría Objetiva. Porque la Sabiduría es la Expresión de la Realidad. Y esta única Realidad no tiene alternativa. 

Puede ser conocida más o menos, puede ser aceptada más o menos, con más o menos convicción y claridad, pero objetivamente no hay otra. No puede existir Otra. 

Tú mismo reconociste estas limitaciones subjetivas, cuando al referirTe a un Legista le has dicho: "No estás lejos del Reino de Dios". Esta es una frase exclusiva de Marcos, quien por otra parte, tiene muy pocas exclusivas. Se halla en su capítulo 12.  

¿Por qué Tú estimulaste al Legista con esta alabanza?. Porque había adoptado una posición sensata ante una cuestión crucial. Es decir, sobre cuál era el más importante de todos los Mandamientos. Tu respuesta reconoce un aspecto positivo en aquel hombre estudioso. Pero, al mismo tiempo, reconoces que todavía no ha llegado a penetrar en el Reino de Dios, que también es el Reino de la Sabiduría. Ha de seguir buscando. Ha de aceptar todo lo demás. El que no está lejos de una puerta abierta, lo tiene más fácil que el está lejos. Pero todavía no ha entrado por la Puerta. Y todos ya sabemos ahora quién es esa Puerta Abierta. Este Legista no Te había reconocido. De hecho, se encontraba entre aquellos que querían tentarTe, probarTe y hacerTe quedar mal, aunque él mismo actuaba con mejor y más limpia voluntad.

 

TU PROMESA DE SABIDURíA. Tú prometiste a tus Apóstoles y Seguidores dificultades, grandes problemas, que deberían saber afrontar y vencer. Se lo has dicho cuando les hablaste de los Tiempos Futuros, de los Juicios y Cárceles que deberían soportar por tu Nombre, cuando Tú ya Te hubieras marchado al Padre. Lo dice Lucas en su Capítulo 21: "Os detendrán y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles  y llevándoos ante Reyes y Gobernadores por mi Nombre. Esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque Yo os daré una elocuencia y una Sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios [...]. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas". 

Según Mateo, capítulo 10, tus Palabras fueron: "Cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre es el que hablará en vosotros".  

Lucas transcribe unas palabras parecidas, en su capítulo 12, y entonces se refieren a un contexto más normal: "Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo os defenderéis, o qué diréis, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir". Lo mismo dice Marcos, capítulo 13. 

Juan, en su capítulo 16, va narrando lo que Tú les dijiste a los Apóstoles, el día de la Víspera de tu Pasión. Entonces hablaste muy especialmente de la Venida del Espíritu Santo, y explicaste: "Cuando venga El, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la Verdad Completa. Pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir". 

La Sabiduría, por tanto, es un Complejo de Verdades y de Actitudes, que se entregan gratuitamente a los Seres Humanos por Dios Padre, a través del Hijo y del Espíritu Santo, según tu misma Enseñanza, recogida por tu Apóstol Juan.

 

LA SABIDURíA DE ESTEBAN, EL DIáCONO. Hay un caso muy concreto y muy interesante que se halla largamente narrado en el Libro de los "Hechos", capítulo 6. Es el de la Vida, Actitud y Muerte de Esteban, el primer Diácono de la lista de los Siete. El es definido por el Escritor Lucas, como "Hombre lleno de Fe y de Espíritu Santo". 

Esteban se presenta ante los judíos en un momento de expansión de la Iglesia en Jerusalén, pero, precisamente esta expansión también produjo la reacción de la persecución violenta. "La Palabra de Dios iba creciendo. En Jerusalén se multiplicaba considerablemente el número de los discípulos. Y multitud de Sacerdotes iban aceptando la Fe". 

"Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba entre el pueblo grandes prodigios y señales. Se levantaron unos de la sinagoga llamada de los Libertos, cirenenses y alejandrinos, y otros de Cilicia y Asia, y se pusieron a disputar con Esteban. Pero no podían resistir a la Sabiduría y al Espíritu con que hablaba". La fortaleza de Estaban se manifestaba en la Sabiduría, que provenía de tu Presencia y del Espíritu. Y esta Sabiduría consistía en la Afirmación de tu Verdad y la Confesión Vital de esta misma Verdad con riegos de la propia Vida. 

Y así, porque no podían con su Sabiduría, utilizaron las piedras para apedrearlo. Y lo mataron, cuando un joven llamado Saulo guardaba sus vestidos y se complacía en aquella muerte. Pensaba que matar a uno que confesaba aquella Sabiduría, la Sabiduría del Nuevo Camino, significaba aniquilarla. Y poner a salvo su propia Sabiduría, la Sabiduría de la Ley de Moisés y los Tradiciones de su Pueblo. 

Pero ni Saulo ni los que apedrearon a Esteban pudieron conseguir nada. La Palabra de la Sabiduría caminaba siempre hacia adelante, conquistando nuevos espacios y nuevas multitudes. A Saulo la Sabiduría le esperaba en un recodo del Camino a Damasco.

 

LA SABIDURíA ANTES DE QUE Tú VINIERAS. Antes de que Tú vinieras a este mundo por tu Encarnación, existía también un Concepto de lo que es la Sabiduría y de los modos con que se la puede conquistar. Es como un castillo de difícil acceso, rodeado de fosos, que exige una gran pericia para que pueda ser alcanzado.

 

La Cultura Griega. La Cultura de la Antigüedad queda expresada principalmente en Grecia, que fué la tierra de los hombres "Sabios" o de los "Sofós", como se les llamaba en su lengua. Pero por desgracia, esos "Sabios" a veces no eran más que "Sofistas" o, en griego "Sofistés". El Sofista era una persona que vivía de sus elucubraciones. Una especie de "Comerciante de la Verdad". Asó los describen Platón y Aristóteles en su Obras. "Sofista es aquel que saca dinero de aquella ciencia que parece ser y no es", dice Aristóteles. Vendavales de palabras contradictorias con fines económicos. Uno de estos Sofistas fue Protágoras de Abdera, del siglo V antes de tu Venida, que repetía aquella frase que se hizo famosa: "El Hombre es la Medida de todas las Cosas". Con la que quitaba todo valor al conocimiento humano. 

Un poco posteriores en el tiempo son los tres grandes Sabios Griegos que han pasado a la historia, como ejes fundamentales del Pensamiento Filosófico humano: Sócrates, ateniense, su discípulo Platón, también ateniense, y Aristóteles que nació en Estagira de Tracia y por ello es llamado "El Estagirita". 

Sócrates tenía como lema aquel famoso dicho "Conócete a tí mismo". Y pasar así, pensando, desde el "Sólo sé que no se nada", a través de la "mayeútica" (o alumbramiento), al conocimiento de la ciencia posible. Así llegó a un intelectualismo ético, a la identificación del bien moral con lo que es útil al hombre, y a la doctrina de que el hombre es naturalmente bueno. Toda esta teoría contiene ideas erróneas. Aunque Sócrates murió, condenado a beber la "Cicuta" venenosa, no llegó a la Sabiduría plena. Sin embargo, estaba contra la religión oficial de su tiempo y además contra el sistema político de la Atenas de su tiempo, donde se elegían por suerte los cargos públicos. El defendía que el gobierno debía estar en manos de los sabios y prudentes que eran los únicos aptos para el Gobierno. 

Platón y Aristóteles llegaron mucho más hondo. Y tuvieron un gran influjo en los años posteriores. Platón fue aceptado y seguido por gran parte los pensadores de tu Iglesia, a través de Agustín de Hipona. Y Aristóteles a través de Tomás de Aquino. A ambos filósofos les fue difícil llegar al conocimiento pleno de la cosas. Llegaron a hablar de la Divinidad, pero siempre como algo lejano y abstracto. Tuvieron también graves limitaciones en todo lo referente a la condición humana y a la igualdad entre los hombres. Baste decirTE que para Aristóteles la Sabiduría es "La Ciencia que se llama Filosofía". Y ha quedado suficientemente demostrado por la Historia que la Filosofía sola lleva a las conclusiones más contradictorias. 

Pablo de Tarso, el Apóstol de los Gentiles, había recibido una buena formación griega. Y sin duda apreciaba la Cultura y la Filosofía de la Grecia Clásica, como también de la Romana. Como digo en otra Carta, de pequeño había integrado en su personalidad el ambiente cultural en que había nacido. Por esto, posteriormente, cuando ya había recibido tu Mensaje, pudo un dar un juicio sobre lo que había logrado el progreso helénico. Y este juicio no fué positivo. 

En su Carta a los Romanos, Capítulo 1, escribió: "En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra la impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la injusticia. Pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables. Porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en vanos razonamientos, y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios, se volvieron estúpidos. Y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles". 

"Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos. A ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y veneraron y dieron culto a la creatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén". Prosigue después Pablo pintando con unos colores terribles la degradación moral a la que habían llegado los que no habían conseguido conocer y asimilar la sabiduría, a través del conocimiento filosófico de Dios, que se manifiesta a la humanidad, a través de la Creación, a través del Universo. Así establece Pablo el camino de la Justificación por la Fe en Jesucristo. Por ello, al final del Capítulo 11, canta un "Himno a la Sabiduría Misericordiosa de Dios", diciendo: "¡Oh Abismo de la riqueza, de la Sabiduría y de la Ciencia de Dios!. ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!. En efecto, ¿Quién conoció el Pensamiento del Señor?. ¿Quién fue su Consejero?. O ¿quién le dió primero, que tenga derecho a la recompensa?. Porque de El, por El y para El son todas las cosas. ¡A El la Gloria por los siglos!. Amén". 

Termina la Carta a los Romanos (Capítulo 16) con esta Doxología: "A Aquel que puede consolidaros conforme al Evangelio mío y la predicación de Jesucristo: Revelación de un Misterio mantenido en secreto durante siglos eternos, pero manifestado al presente, por la Escrituras proféticas, por disposición del Dios Eterno, dado a conocer a todos los gentiles para obediencia de la fe, a Dios, el único sabio, por Jesucristo, a El la Gloria por los siglos de los siglos. Amén". 

En los Libros Sagrados se encuentran numerosas alusiones a la Sabiduría. 

 

No hay Sabiduría entre los Gentiles. Primeramente los Israelitas tenían una plena conciencia de que ellos poseían, y sólamente ellos, los tesoros de la parte de Sabiduría que se habían entregado a la humanidad. No existía la Sabiduría en otros pueblos. Y taxativamente lo afirman tanto el Génesis en lo referente a los Egipcios como el Libro de Daniel en lo que se refiere a los Caldeos y Babilonios.  

Génesis, capítulo 41. En Egipto el Faraón tuvo unos sueños. Y ninguno de sus Magos se los pudo interpretar y explicar. Entonces el Jefe de los escanciadores le sugirió el nombre de José que estaba encarcelado en un pozo. Faraón alabó a José y le dijo lo que esparaba de él. Pero José le contestó muy humildemente: "No hablemos de mí. Que Dios responda en buena hora al Faraón". Después de escuchar muy atentamente los sueños, José dijo al Faraón: El sueño del Faraón es uno solo. Dios anuncia al Faraón lo que va a hacer". Faraón entonces decidió que José sería el Jefe de su Casa. "Después de haberte dado a conocer Dios todo esto, no hay entendido y sabio como tú. Tú estarás al frente de mi Casa, y de tu boca dependerá todo mi pueblo". 

José, israelita, atribuye su sabiduría a la acción de Dios. No había sabios en el pueblo de los Egipcios. Por lo menos, para él. 

También tuvo sueños Nabucodonosor, Rey de Babilonia. "Su espíritu se turbó hasta el punto de no dejarlo dormir. El Rey mandó llamar a los magos y adivinos, encantadores y caldeos para que manifestaran al rey sus sueños". Así lo va narrando el Libro de Daniel en su capítulo 2. El Rey contó sus sueños a todos los sabios de su pueblo. Y les amenazó hasta con la muerte, si no se los descifraban y prometió premiarles con grandes bienes si lo lograban. A pesar de esto, los Sabios se sintieron incapaces, y le dijeron al Rey: "No hay nadie en el mundo capaz de descubrir lo que quiere el Rey. Y por eso mismo, ningun Rey por grande y poderoso que sea, pregunta jamás cosa semejante a ningún mago, adivino o caldeo. Lo que el Rey pide es difícil, y nadie se lo puede descubrir al Rey, excepto los dioses. Pero ellos no viven entre los seres de carne". Entonces el Rey quiso matar a todos los sabios incapaces. 

Pero intervino Daniel. Salvó la vida de los Sabios. Y él, con sus tres compañeros isrealitas, se dispuso a explicar al Rey el significado de su sueño. Daniel les invitó a "implorar la misericordia del Dios del Cielo, acerca de este misterio". "Entonces el misterio fue revelado a Daniel en una visión nocturna. Y Daniel bendijo al Dios del Cielo. Tomó Daniel la palabra y dijo: 

       "'Bendito sea el nombre de Dios

       por los siglos de los siglos.

       Pues suyos son el saber y la fuerza.

      

       El hace alternar estaciones y tiempos,

       Depone a los Reyes, establece a los Reyes,

       da a los Sabios Sabiduría,

       y ciencia a los que saben discernir.

      

       El revela honduras y secretos,

       conoce lo que ocultan las tinieblas.

       Y la Luz mora junto a El.

      

       A Tí, Dios de mis Padres, doy yo gracias y alabo,

       porque me has concedido saber e inteligencia.

       Y ahora me has manifestado lo que Te habíamos pedido.

       Tú nos has dado a conocer

       los asuntos del Rey'".

 

Daniel explicó al Rey el significado de los Sueños, en los que se revela la aparición de un Reino "que jamás será destruído". Este Reino es el Tuyo, el Reino del Mesías. Y termina así su discurso profético: "El Dios grande ha manifestado al Rey lo que ha de suceder. El Sueño es verdadero, y su interpretación digna de confianza". 

"Entonces el Rey Nabucodonosor cayó rostro en tierra, se postró ante Daniel, y ordenó que se le ofreciera oblación y calmante aroma. El Rey tomó la palabra y dijo a Daniel: 'Verdaderamente vuestro Dios es el Dios de los dioses y el Señor de los reyes, el Revelador de los Misterios, ya que tú has podido revelar este misterio'. Y el Rey confirió a Daniel un alto rango y le dió muchos y magníficos regalos. Le hizo Gobernador de toda la Provincia de Babilonia y Jefe Supremo de todos los Sabios de Babilonia". 

Daniel descubre un mensaje. Muestra así su sabiduría. Pero él mismo y después el Rey lo atribuyen al Dios Supremo y Verdadero, al Dios de Israel, Sede de toda Sabiduría. Daniel se convierte en el "Jefe Supremo de todos los Sabios de Babilonia". 

Entre los Libros del Antiguo Testamento hay siete que son considerados Libro Sapienciales y Poéticos. Los hay de las dos características. Pero en todos ellos el Mensaje Central es el de la Sabiduría, que incluye, al mismo tiempo, Pensamiento Verdadero y Actitudes Morales conformes con la Ley de Dios.

 

Los Libros Sapienciales. Himno a la Sabiduría. Estos siete libros Sapienciales y Poéticos son los siguientes: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés (O Libro del Qohelet), Cantar de los Cantares, Sabiduría y Eclesiástico (O Libro de Jesús Ben Sirá). Todos los demás Libros de la Biblia tienen sus aspectos sapienciales y poéticos, pero estos siete los tienen como temas centrales, expuestos en la típica forma de lo poético y bello. Algunos de estos Libros son atribuidos tradicionalmente a la pluma de Salomón, hijo de David. Todos ellos ofrecen un exquisito pábulo a los que quieran meditar y pensar. El Libro de Jesús Ben Sirá recibió el Nombre de "Eclesiástico" porque era muy leido en las celebraciones litúrgicas y comunitarias de la Primitiva Iglesia. 

En el Libro de la Sabiduría, capítulo 9, se puede leer un hermoso cántico que dice así: 

          "Dios de los Padres, Señor de la Misericordia,

          que con tu Palabra hiciste el Universo,

          y con tu Sabiduría formaste al Hombre

          para qye dominase sobre los seres por Tí creados,

          administrase el mundo con santidad y justicia

          y ejerciese el mando con rectitud de espíritu,

          DAME LA SABIDURíA que se sienta junto a tu Trono,

          y no me excluyas del número de tus Hijos".

 

          "Que soy un Siervo tuyo, hijo de tu Sierva,

          un hombre débil y de vida efímera,

          incapaz de entender la Justicia y las Leyes".

 

          "Pues, aunque uno sea perfecto

          entre los hijos de los Hombres,

          SI LE FALTA LA SABIDURíA QUE DE Tí PROCEDE,

          EN NADA SERá TENIDO" [...].

 

          "CONTIGO ESTá LA SABIDURíA QUE CONOCE TUS OBRAS,

          QUE ESTABA PRESENTE CUANDO HACíAS EL MUNDO,

          que sabe lo que es agradable a tus ojos,

          y lo que es conforme a tus Mandamientos".

 

          "Envíalas de los Cielos Santos,

          mándala de tu Trono de Gloria

          para que ami lado participe en mis trabajos

          y sepa yo lo que a Tí Te agrada,

          pues ELLA TODO LO SABE Y TODO LO ENTIENDE".

 

          "Ella me guiará prudentemente en mis empresas

          y me protegerá con su Gloria" [...].

 

          "¿Qué hombre, en efecto, podrá conocer

          la Voluntad de Dios?.

          ¿Quién hacerse idea de lo que el Señor quiere?.

          Los pensamientos de los mortales son tímidos

          e inseguras nuestras ideas.

          Pues un cuerpo corruptible agobia el alma

          y esta tienda de Tierra abruma el espíritu,

          fecundo en pensamientos".

 

          "Trabajosamente conjeturamos lo que hay sobre la tierra

          y con fatiga hallamos lo que está a nuestro alcance.

          Entonces ¿quién ha podido rastrear

          lo que hay en los cielos?.

          Y ¿quién habrá conocido tu Voluntad,

          SI Tú NO LE HUBIESES DADO LA SABIDURíA

          Y NO LE HUBIESES ENVIADO DE LO ALTO

          TU ESPíRITU SANTO?".

 

          "Sólo así se enderezaron los caminos

          de los moradores de la tierra.

          Así aprendieron los Hombres lo que a Tí Te agrada

          Y GRACIAS A LA SABIDURíA SE SALVARON".

 

Después el Autor va recorriendo los caminos de la Historia de su Pueblo viendo en todos ellos la proyección de "La Sabiduría de Dios". Lo hace en los Capítulos 10, 11 y 12. Finalmente rechaza el gran pecado de las naciones: su Idolatría.

 

Definición de la Sabiduría antes de tu Venida. Podría seguir analizando paso a paso todo lo que de la Sabiduría van escribiendo los Autores Sagrados. Pero esta Carta sería demasiado larga. Yo sólamente quisiera resaltar y subrayar que Tu Presencia, antes de que Tú vinieras, queda expresada claramente en los textos tradicionales y es profundamente sentida por el Lector atento.  

La Sabiduría es un claro atributo del Dios Verdadero con el que Dios Crea y Gobierna providencialmente todas las Cosas. El Salmo 104 dice: "¡Cuán numerosas tus Obras, Yahvé!. Todas las has hecho con Sabiduría. De tus Creaturas está llena la Tierra". El Libro de los Proverbios, capítulo 3: "Con la Sabiduría fundó Yahvé la tierra, consolidó los cielos con inteligencia. Con su ciencia se abrieron los Océanos y las nubes destilan el rocío". Y el Libro del Eclesiástico tiene un hermoso "Discurso de la Sabiduría" que, en parte, también ha sido aplicado por la Iglesia, al figura de María, tu Madre: "La Sabiduría hace su propio elogio, en medio de su pueblo se gloría. En la Asamblea del Altísimo abre su boca, delante de su poder se gloría: 'Yo salí de la boca del Altísimo, y cubrí como niebla la Tierra. Yo levanté mi Tienda en las Alturas, y mi Trono era una columna de Nube.  Sóla recorrí la redondez del Cielo, y por la honrura de los Abismos paseé. Las ondas del Mar, la tierra entera, todo pueblo y nación era mi dominio [...]". Y termina así este Discurso: "Quien me obedece a mí, no queda avergonzado, los que en mí se ejercitan, no llegan a pecar'".  

La Sabiduría es presentada como una Verdadera Persona, distinta del Padre, que está junto El y actúa, y que es vista como un Ideal y un Modelo, al mismo tiempo que como un Objetivo o Finalidad del proceso creativo, hacia el Ser Perfecto. El Libro de la Sabiduría, en su capítulo 7, ofrece el llamado "Elogio de la Sabiduría", en el que se dice: "Cuanto está oculto y cuanto se ve, todo lo conocí, porque el Artífice de todo, la Sabiduría, me lo enseñó. Pues hay en Ella un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil, perspicaz, inmaculado, claro, impasible, amante del Bien, agudo, incoercible, bienhechor, amigo del Hombre, fieme, seguro, sereno, que todo lo puede, todo lo observa, penetra todos los espíritus, los inteligentes, los puros, los más sutiles. Porque a todo movimiento supera en movilidad la Sabiduría, todo lo atraviesa y penetra en virtud de su Pureza. Es un hálito del Poder de Dios, una emanación pura de la Gloria del Omnipotente, por lo que nada manchado llega a alcanzarla. Es un reflejo de la Luz Eterna, un espejo sin mancha de la Actividad de Dios, una imagen de su Bondad [...]. Yo la amé y la pretendía desde mi Juventud. Me esforcé por hacerla Esposa mía y llegué a ser un apasionado de su Belleza". 

Por mi gusto espiritual, yo seguiría leyendo y trascribiendo este bellísimo "Discurso". Pero también recuerdo que Juan en el primer Capítulo de su Evangelio propone claramente la Divinidad de La Palabra que eres Tú y que Pablo en el primer Capítulo de su Carta a los Colosenses dice unas frases que se refieren a Tí y que recuerdan estas páginas tan bellas del Libro de la Sabiduría: "El es Imagen de Dios Invisible, Primogénito de toda la Creación". Tú eres esta Imagen Perfecta, como calcada, de la Sabiduría de Dios. La "Carta a Los Hebreos", en su comienzo, Te mira y dice: "De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas. En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó Heredero de todo, por quien también hizo los Mundos. El cual, siendo resplandor de su Gloria e Impronta de su Esencia, y el que sostiene todo con su Palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las Alturas, con una superioridad sobre los Angeles tanto mayor cuanto más les supera en el Nombre que ha heredado". 

Cuando la Sabiduría es comunicada a los hombres como seres racionales y es bien recibida por ellos, los convierte, los eleva, los dignifica, y los hace Amigos de Dios y Profetas, como dice el Libro de la Sabiduría dentro del mismo "Discurso" que antes he leído. Y en el Libro de los Proverbios, capítulo 8, se pueden leer unas bellísimas páginas sobre los Juegos de la Sabiduría, con Dios, antes de que las cosas fueses creadas. "Cuando asentó los Cielos, allí estaba Yo. Cuando trazó un círculo sobre la faz del Abismo  [...], Yo estaba allí, como Arquitecto, y era yo todos los días su Delicia, jugando en su Presencia en todo tiempo, jugando por el Orbe de su Tierra. Y mis delicias están con los Hijos de los Hombres". 

Nosotros que tantas veces nos extasiamos ante las bellezas e inmensidades de nuestro Universo, cuando gozamos de las delicias de la Contemplación serena, inteligente y profunda, llegamos a adquirir algunas de las Riquezas de la Sabiduría Divina, en cuanto es asequible a nuestras capacidades con límites tan reducidos y esquemáticos. Lo mismo puede sucedernos, si sabemos pensar y meditar las Ventajas y Transformaciones que en nosotros procura la Ley de Dios, pensada y escrita, natural y positiva. 

La Sabiduría siempre supone el Temor de Dios. Es decir, el reconocimiento de nuestro ser contingente, colocado entre el Ser y el No Ser, Distorsionador de los Pensamientos y Torcido Seguidor de la Voluntad de Dios. La Sabiduría, por todo ello, se manifiesta en nosotros, a través de un Culto, equilibrado, inteligente, expresivo, del Dios Supremo y a través de la guarda contundente, coherente, de su Voluntad, expresada en los Mandamientos de su Ley y la Voz sincera de nuestra Conciencia humana, bien formada, y que sabe sacar las consecuencias prácticas de sus exigencias.

 

Tú Y LA SABIDURíA. Los Evangelistas de tu Nacimiento y de tu Niñez, Mateo y Lucas, en sus dos primeros Capítulos, sacan el tema de tu Relación con la Sabiduría. El que la nombra expresamente es Lucas. Y enseguida me ha llamado la atención el hecho de que se hable de un proceso evolutivo en Tí. Tú eras y eres lo que tu Ser indica: Eres el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre, "Dios Perfecto, Hombre Perfecto". Y lo fuiste desde del principio, desde el primer momento de tu Concepción Virginal. Pero esta Plenitud de tu Ser no se manifestó desde tu Nacimiento, sino que se fue manifestando a través de los años, en un proceso, muy semejante al proceso de los demás hombres y mujeres de tu entorno social, nazaretano. Ellos iban creciendo.Tú ibas creciendo. Ellos iban estudiando y aumentando sus conocimientos. Tú también. Ellos iban creciendo en los dones naturales y superiores de Dios. Tú mejor que ellos. 

Esto es lo que nos quieren decir estas frases que nos ofrece Lucas: "El Niño crecía y se fortalecía, llenándose de Sabiduría. Y la gracia de Dios estaba sobre El". A los doce años diste un susto a tus padres. Te quedaste en Jerusalén, después de las Fiestas. Y Te encontraron, tres días después, en el Templo, "sentado entre los Doctores y Maestros, escuchándoles y preguntándoles. Todos los que Le oían, estaban estupefactos por su Inteligencia y sus respuestas". Fué una especie de "Flash" o de "Relámpago" de tu Personalidad. Pero, después, Te escondiste de nuevo, en la Casita-Taller de Nazaret. "Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su Madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su Corazón. Jesús progresaba en Sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los Hombres". 

Con estas frases, Lucas nos da un gran consuelo. Porque así Te podemos mirar con más tranquilidad y más alegría. No nos disgusta que Tú también crecieras, como todos nosotros crecemos. Y Te fueras perfeccionando, como nosotros. Y no Te manifestaras desde el principio como aquel Sabio que eras. Hasta tu Conciencia Personal de lo que realmente eras fue creciendo con los años, como afirman algunos estudiosos. Aunque a mí me cuesta mucho aceptarlo así. Me parece más lógico que tu Conciencia Psicológica fuera siempre la misma, aunque no se manifestara totalmente en tu niñez, sino gradualmente a medida que ibas creciendo en todos sentidos, como un Ser Humano normal. Y lo normal es el desarrollo de los conocimientos y de las conductas. 

Cuando Te presentaste claramente ante los demás, como Mensajero de Dios y Mesías, fuiste manifestando tu Sabiduría. Y las gentes se quedaban maravilladas, y Te escuchaban con gusto. Y por esto, Te seguían y Te buscaban. Algunos formulaban sus propias dudas, porque Te habían conocido como un Aldeano más, como un Artesano en el Taller de la familia."Viniendo a su tierra, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: "De dónde le viene a éste esa Sabiduría y esos Milagros?. ¿No es éste el Hijo del Carpintero?... Entonces ¿de dónde le viene todo esto?" (Mateo, 13). Y según Marcos, capítulo 6: "La multitud, al oirle, quedaba maravillada y decía: "¿De dónde le viene esto? y ¿qué Sabiduría es ésta que le ha sido dada?". 

Tú, en cambio, tenía entonces plena conciencia de tus Conocimientos y de tu Misión, y por esto retabas con mucha fuerza a los que se Te oponían, y les gritabas: "La Reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará. Porque ella vino de los confines de la tierra a oir la Sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón" (Mateo, capítulo 12). Salomón significaba mucho en la Historia de Israel. Era considerado el "Rey Sabio", el Escritor insigne de tan hermosos Libros como algunos de los Sapienciales. Y Tú Te comparabas con él, y afirmabas que eras más que él. Y aunque ésto hería los sentimientos nacionalistas de los judíos, para todos los Hombres es una Manifestación de tu propia Conciencia, de tu Sabiduría, del Hombre que posee la Verdad y la quiere Comunicar.

 

TUS APóSTOLES Y LA SABIDURíA. Tus Apóstoles se sintieron iluminados y fuertes, cuando recibieron el Espíritu de la Verdad, el Consolador, en el Día de la gran Fiesta de Pentecostés. Podemos afirmar que aquel día les invadió el Espíritu, y con El, la Sabiduría. Y desde entonces cumplieron con la Misión que Tú les habías señalado de "Ir al Mundo Entero a Predicar el Evangelio, la Buena Noticia de la Salvación, a todas las Naciones". Lo hicieron así. Y la Iglesia quedó establecida para poder conquistar el Universo y los Siglos. A ellos se les añadió el Genio de Saúl, Saulo, Pablo, de Tarso.

 

Pablo y la Sabiduría. Sobre todos ellos, Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, desarrolla profusamente su idea sobre la Sabiduría que, para él, sin ninguna duda, eres Tú. 

A los Corintios, a los Griegos, que buscan la sabiduría humana con tanta vanagloria y tanta veleidad, Pablo les responde que no hay más Sabiduría que la tuya: "Cristo Fuerza de Dios y Sabiduría de Dios". "Porque dice la Escritura:'Destruiré la Sabiduría de los Sabios, y reprobaré la prudencia de los prudentes. ¿Dónde está el Sabio?. ¿Dónde el Docto?'. ¿Dónde el sofista de este mundo?. ¿Acaso no entonteció Dios la Sabiduría del mundo? [...]. Así, mientras los judíos piden señales y los girgos buscan sabiduría, nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles. Mas, para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, Fuerza de Dios y Sabiduría de Dios. Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los Hombres, y la debilidad divina, más fuerte que la fuerza de los Hombres". 

Pablo acumula frases muy expresivas para triturar la sabiduría humana. Dice que El llegó hasta los Corintios "con sabiduría de palabras", "No fui con palabras persuasivas de humana sabiduría", "Vuestra Fe no está fundada en la sabiduría de los Hombres". "Hablamos Sabiduría, Sabiduría no de este Siglo". Porque "La Sabiduría de este mundo es insensatez". Frente a estas mezquindades de sabiduría, Túe eres presentado como la Sabiduría de Dios, de la cual todos podemos vivir, en la cual todos podemos pensar y a la cual todos podemos realizar.

 

Santiago, el de la Carta. La Carta Católica de Santiago, Primer Capítulo, tiene una sugerencia muy cristiana y conforme con el Evangelio: "Si alguno de vosotros está a falta de Sabiduría, que la pida a Dios, que da a todos generosamente y sin echarlo en cara, y se la dará. Pero que la pida con fé, sin vacilar, porque el que vacila es semejante al oleaje del mar, movido por el viento y llevado de una a otra parte. Que no piense recibir cosa alguna del Señor un Hombre como éste, un Hombre irresoluto e inconstante en todos sus caminos".  

Y en el Capítulo Tercero, Santiago hace reflexionar: "¿Hay entre vosotros quien tenga sabiduría o experiencia?. Que muestre por su buena conducta las obras hechas con la dulzura de la Sabiduría. Pero si tenéis en vuestro corazón amarga envidia y espíritu de contienda, no os jactéis ni mintáis contra la verdad. Tal sabiduría no desciende de lo alto, sino que es terrena, natural, demoníaca. Pues donde existen envidias y espíritu de contienda, allí hay desconcierto y toda clase de maldad. En cambio, la Sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, pura, además pacifica, complaciente, dócil, llena de compasión y buenos frutos, imparcial, sin hipocresía. Frutos de Justicia se siembran en la paz para los que procuran la paz". 

Santiago nos propone unos pensamientos típicamente pastorales acerca de la Falsa y la Verdadera Sabiduría. Y en sus reflexiones nos lleva de la mano a observar que la Sabiduría es mucho más que una actividad del Pensamiento que busca y encuentra la Verdad. La Sabiduría se refleja en toda la Personalidad del Hombre. Es una forma de posición ante todos los temas, una posición serena y equilibrada, una posición comprensiva y atenta, una posición coherente que sabe sacar las consecuencias para la propia conducta, y que además las sabe proyectar sobre todo lo demás.

 

Juan y su Apocalipsis. El Apocalipsis cuando se refiere a la Sabiduría, habla de Dios (Capítulo 7), del Cordero (Capítulo 5), o de la capacidad para interpretar los números: el 666, cifra de la Bestia, que "es la Cifra de un Hombre" (Capítulo 13), y el Número de las Siete Cabezas que "son siete colinas sobre las que se asienta la mujer" (Capítulo 17).

 

ORACIóN FINAL. Yo quisiera terminar esta Carta, Jesús de Nazaret, con una súplica ferviente.  

Tú Te me has presentado, como la Sabiduría de Dios Padre, que estaba con El desde toda la Eternidad, y que se ha manifestado al Universo en tu Personalidad, en tu Mensaje y en tu Obra. Concédeme escuchar, percibir, profundizar, vivir y comunicar todo lo que tu Sabiduría es y significa.  

Yo no quiero ser un Sabio como los de este mundo. Ni quiero ser un Especialista en Libros y Biblias. Quiero ser sencillamente una Persona que Te conoce cada día más y mejor, que Te ama siempre más ardientemente, que Te imita más coherentemente en cada ocasión de la vida propia y de la existencia de todo. Ilumina mi Inteligencia. Dame el Equilibrio ante la vorágine de las cosas, para que siempre sepa encontrar el Camino. Haz que sepa ser Fuerte con la fortaleza de los que están y se sienten seguros de la Verdad que poseen. Dame la Palabra exacta para que pueda concretar y comunicar el Mensaje que Tú me entregas. Y pinta en mi pequeño ser la Sonrisa Eterna de tu Sabiduría siempre feliz y creadora de Felicidades.  

Los Cristianos no podemos ser Sabios como los demás, los que son paganos prácticos. Nosotros Te poseemos a Tí. Y esto nos eleva.