Tu amistad que nos distingue

Autor: Ramón Aguiló sj.



LA HUMANIDAD ES COMO UNA MASA MOVEDIZA. Yo no sé si soy bueno, malo o mediocre. Tal vez una mezcla de todo. Depende de las horas y los días. Yo en la gente no puedo distinguir a los mediocres de los malos, ni a los mediocres de los buenos. Me encuentro ante una multitud de hombres y mujeres que van caminando, por ahí, como si fueran parte de una caravana inmensa de la que no saben completamente nada: ni si tiene algun Jefe que la dirige, ni si está siguiendo alguna dirección escogida, hacia alguna meta concreta. Desfilan por un Desierto entre unas dunas de arena con formas de Rascacielos y Chalés, chabolas y chozas.

 

Todo se parece a un inmenso jolgorio de charlatanes que van avanzando, mientras discuten, ríen, lloran, se pegan, se matan, o se abrazan. Les da igual. Todo les importa muy poco. Lo único que les interesa es el gusto, encontrar una buena comida, unos agradables tragos, unos placeres más o menos carnales, y un sueño reparador sobre una cama o un sillón. Todo lo demás es caminar, agitarse. ¿Hacia dónde?. Las mayorías no saben qué responder a esta pregunta. Tampoco les interesa demasiado.

 

EXISTEN TAMBIéN LOS QUE SE ESFUERZAN. Me asusta que yo pueda ser uno de los arrastrados por la masa. Me desagradaría mucho sumergirme totalmente en esa corriente carnosa, absorbido en ella. Sin pensar por mi cuenta, sin escuchar nada más que vulgaridades, vaciedades, sin planes, sin orden, sin ascender hacia metas superiores, más divinas. Me horroriza solo pensarlo.

 

Creo que en el mundo existen muchos seres que creen en el valor del esfuerzo libertador, en la riqueza de una voluntad y una inteligencia, iluminadas y vigorizadas por tu Presencia, por tu Mensaje, por tu Compañía de Amistad y de Amor.

 

Yo quisiera ser uno de estos Seres que sólo parecen estar sumergidos en los océanos de lo material porque no sobresalen, porque no llaman la atención de los demás, pero en realidad, son Seres totalmente extraordinarios, saben vivir una vida ordenada, serena, espiritual y pueden llamarse con mucha alegría "Cristianos", o lo que es lo mismo, "Seguidores Tuyos", "Amigos Tuyos", "Hermanos de Jesús de Nazaret", "Tus Hermanos".

 

VIVIR TU AMISTAD. Yo creo en la transcendencia de esta Amistad transformadora. Es algo más que una "Amistad" con otro hombre, con otra mujer, donde siempre hay sombras, siempre hay espacios desconocidos, siempre hay situaciones imprevistas, roturas inexplicables. Crees tener un amigo, una amiga. Y poco tiempo después, te falla. Te critica. Se burla de tí. Y se va por otro camino. Algo se ha quebrado, y muchas veces lo que se ha quebrado es el amor, la confianza mutua, la alegría de la compañía.

 

Tú mismo lo has experimentado en tu vida terrena. Algun amigo tuyo íntimo, Te ha engañado. Te ha vendido. Y otro, aunque el suceso fue algo transitorio, Te ha negado. Seguramente deben ser incontables los Amigos, que se han proclamado Amigos tuyos en algun momento de su vida, y que luego Te han abandonado por una mujer atractiva o por un hombre peludo. Las estadísticas son escalofriantes. Los que Te abandonan son muchos.

 

Tú quisiste tratar con Amigos. Siendo Hijo de Dios, Te has acercado tanto psicológicamente a los que Te seguían que los has querido llamar "Amigos". Juan, Capítulo 15, pone en tus labios estas frases que me parecen muy hermosas y alentadoras en estos días de mi tristeza personal: "Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis Amigos, si hacéis lo que Yo os mando.  No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. A vosotros os he llamado Amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre, os lo he dado a conocer".

 

Y Lucas, Capítulo 12, también insiste en este tema: "Os digo a vosotros, amigos mios: No temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no pueden hacer más. Os mostraré a quién debéis temer. Temed a Aquel que, después de matar, tiene poder para arrojar a la gehenna. Sí, os repito: Temed a ése".

 

Me consuela mucho que los Fariseos y los Jefes del Pueblo de Israel, dijeran de Tí una Verdad, que ellos querían llenar de un mal sentido, un sentido que Te hiriera, porque decían, como Tu mismo observaste que "eras Amigo de Publicanos y Pecadores". Lo recoge Mateo, en su Capítulo 11.

 

Si Tú eras de verdad amigo de los que eran considerados como la basura de la Sociedad Judía, me siento inclinado a pensar que también eres amigo de todos nosotros, los que, sin aparecer, sin brillar, procuramos vivir como Tú nos has enseñado. Ni siquiera llegamos a ser escoria. Nos quedamos en una simple hoja de árbol casi seca que vuela por ahí, o en uno de esos cirios o velones que están encendidos, pero siempre parecen estar a punto de apagarse, porque lucen una llamita pequeña y vacilante.

 

Algun día nos dirás aquella frase de la parábola que has creado y contado en un banquete. Observaste que todos buscaban los primeros puestos. Y Tú les aconsejaste lo contrario: ir al último sitio, para que venga el señor de la casa y les pueda decir: "Amigo, sube más arriba". Será muy agradable escuchar estas palabras, llenas de corazón y de amistad, el día en que nos presentemos ante Tí: "Amigo, sube más arriba". A mi me llenaría de gozo, escuchar de Tí sola la primera palabra, al encontrarnos por la calle del mundo: "Amigo". Sería mi felicidad más completa. Sólo una Palabra. Dicha por Tí. Dirigida a mí. Te aseguro que espero escuchárTela algun día. A veces la oigo como una dulce sugerencia cerca de la mente. ¿Será una simple ilusión?. Pero Tú has ofrecido y entregado tu Vida por nosotros. ya que nos consideras tus amigos. También por mí.

 

Yo sé que soy un Amigo tuyo muy de veras, pero también poco valioso. Yo sé que en mi no hay nada especial que me haga más apreciable. Mi valor es Cero. Tal vez menos que Cero. Un valor negativo. O, si quieres un contra-valor, un valor bajo cero.

 

Pero Yo también sé que Tú no calculas los millones en que puedan valorarse los Amigos. Ni siquiera las grandes dotes que puedan presentar. Tú valoras a los que pasamos por ahí, sobre las aceras para que los coches no nos arrollen, sencillamente porque somos hombres o mujeres. Y por lo tanto, tus Amigos y tus Amigas. Sin más. Sin calificaciones. Sin Esperanzas de grandes respuestas. Los amigos de este mundo son Amigos Políticos, son Amigos Empresarios, son Amigos Banqueros, y, hasta he encontrato Amigos Pobres de Solemnidad... Y así otros. Y es que la Amistad humana muchas veces se funda en lo que se espera del otro, aunque no sea más que un apoyo social, económico, en el día difícil, cuando las cosas se pongan feas para uno de los dos.

 

Los Políticos necesitan el apoyo de su Amigos en la elecciones generales, en las elecciones para puestos directivos, en la toma de decisiones importantes, en el reparto de las prebendas. Lo mismo sucede con los otros grupos. Los Mendigos se reúnen y se necesitan para drmir juntos, quejarse juntos, y fumarse unas pipas juntos. A veces llegan a distribuirse los mejores lugares para pedir y recoger limosnas.

 

Tu Amistad es generosa, desinteresada. Sólamente quiere la Comunicación de tus dones sobrenaturales. La Seguridad de lo Eterno. No puedes imaginarTe, Jesús de Nazaret, cómo agradezco tu Amistad tan desinteresada. Y cómo me siento feliz de ser tu Amigo. Yo quisiera poderTe asegurar que Te doy todo lo que tengo y soy. Pero también Te digo que no tengo nada, y que soy nada más que un cuerpo que se resquebraja ya y un espíritu algo nervioso, impreciso, rodeado de nubes negras.

 

TUS ENCUENTROS AMISTOSOS. Yo he quedado muy conmovido por tus encuentros con los Apóstoles, las mujeres y otros discípulos tuyos, después de tu Resurrección a una Vida Nueva. Me ha encantado el modo cómo los has tratado. No has tenido un gesto de superioridad, como si fueran tus servidores, tus esclavos. Los has tratado como amigos. Como unos amigos y amigas, en los que tienes puesta toda tu confianza, todo tu amor. Les saludas siempre con el típico saludo judío: Shalom... "La Paz para vosotros". Iluminabas tus nuevos caminos por el mundo con las irradiaciones misteriosas de La Paz, que no era sólamente un saludo, no era únicamente un buen deseo, sino además de todo ello, una atmósfera, un ambiente espiritual, sereno, divino, una forma de convivencia, un modo de coexistir, o de existir unidos por un mismo Espíritu, por un mismo Pensamiento, por una misma experiencia de Comunidad.

 

Hé AQUí UN GESTO DE TU AMISTAD. Recuerdo especialmente aquella visita que hiciste a tus apóstoles y amigos que, juntamente con Simón Bar Yona, llamado por Tí Pedro, se fueron a pescar, de noche. Sucedía en el Mar de Tiberíades, que tantos recuerdos Te traía, y que era tan conocido y querido por aquellos pescadores. Es el "Epílogo" del Evangelio de Juan.

 

Eran los días después de tu Resurrección, antes de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Y tus amigos estaban miedosos, a pesar de la certeza que se iba difundiendo de que Tú estabas vivo. Formaban ellos un grupo de amigos, en espera de algo, como sabiendo que su vida iba a cambiar necesariamente. Pero debían vivir, ganar unos dineros, y Pedro propuso ir a pescar, que era lo que muchos de ellos sabían hacer. Se embarcaron al atardecer, y echaron las redes, cuando su instinto laboral, les indicaba. Trabajaron. Se agotaron. Iban medio desnudos, porque sentían el calor y el trabajo les fatigaba. Seguramente por sus duros cuerpos de trabajadores corrían las gotas de sudor.

 

No se sentían satisfechos. Regresaban ya. La luz del sol que se presentía detrás del horizonte llenaba el paisaje de grises con unas pinceladas de oro difuso.

 

Y entonces apareces Tú en la orilla. Ellos no Te reconocieron. Y luego a gritos se establece un fantástico diálogo entre tu Amistad contenida y aquellos hombres exhaustos por la noche de trabajo y por el fracaso de su empresa. A tu educada pregunta, contestan con un "No" rotundo, expresión concentrada de su estado de ánimo agotado.

 

Después tu sugerencia sobre hacia dónde debían echar las redes, y ellos, a pesar de su agotamiento físico y profesional, Te obedecen. Una pesca maravillosa se acumula en la red alrededor de su barca movediza... Y llega el reconocimiento. Es Juan, tu amigo, tu joven amigo. "Es el Señor". Y Pedro se cubre como puede, y se zambulle en el agua para verTe de cerca y hablar un rato contigo, y comentar lo que estaba sucediendo, y lo terrible de aquella noche de cansancio y de trabajo sin éxito.

 

Tú les habías preparado un almuerzo con el menú acostumbrado, "Pan y Pescado", ahora diríamos "Bocatta de pescado", como aquel menú de las multiplicaciones en el Desierto. ¿Qué se podía pedir en un Restaurante cerca del Mar de Tiberíades?. Lo mismo que piden ahora los Turistas y los Domingueros en los nuestros de las Playas y de los pequeños Puertos de las Islas Baleares.

 

Lo impresionante es que Tú hayas pensado en ello. Lo que más me gusta es la cordialidad y la amistad con que tratas a aquellos hombres fornidos, curtidos por el Sol, por los Vientos de las noches, por la cultura de un trabajo sin misericordia. Eres un Amigo. Eres "El Amigo". Eres "El Unico Amigo" en quien los destartalados hombres y mujeres de este mundo podemos confiar.