Todos son mis amigos

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

 

Jesús de Nazaret, espontáneamente quisiera comunicarte las tristes emociones que experimentamos los cristianos y aun aquellos que no lo son. Por todas partes contemplamos las consecuencias de los odios, de los rencores, de las enemistades que se van extendiendo entre las naciones, las diferentes religiones, los ambientes hogareños. Parece que todo está hirviendo de un modo incontrolado. Saltan chispas, truenos, tormentas inhumanas en todos los grupos. Unos contra otros. Por todas partes se ven enemigos. Y parece como si todos se dijeran a sí mismos: Los enemigos deben ser aniquilados.  

Tú no quieres que nos odiemos. Tú no quieres que las diferencias ideológicas se levanten entre nosotros para que nos destruyamos mutuamente. Tú nos has enseñado y nos has pedido que NOS AMEMOS UNOS A OTROS. Y nos has puesto como ejemplo, tu Amor. Porque añadiste: “COMO YO OS HE AMADO”.  

Y nos dijiste más. Nos dijiste que también hemos de amar a nuestros ENEMIGOS.  Esto significa que para los cristianos no deben existir los enemigos. Todos son nuestros Hermanos. Todos son nuestros Amigos.  

Esta es un lección Evangélica que deberíamos comunicar a todos el Universo. Con nuestras palabras. Y con nuestras Obras. Si nosotros los que queremos ser Cristianos, tus seguidores consecuentes fuéramos así, la Iglesia sería un conjunto de seres felices y el mundo sería un inmenso hogar donde reinarían el Amor y la Amistad.  

Todo esto que te he dicho ahora me ha sido sugerido por las terribles imágenes y gritos de los que utilizan las armas y de los que mueren a causa de las armas.  

Hace unos días por Internet, recibí una narración muy hermosa y muy cristiana en el fondo que voy a resumirte ahora. Dice así eso que parece un hermoso cuento:  

“Cuando las cosas de la vida nos superan, cuando 24 horas al día no son suficientes, recuerda el bote de mayonesa y el café…. Un Profesor de Filosofía estaba dando su clase. Y los alumnos y alumnas le escuchaban atentos.  La interrumpió. Estuvo unos minutos en silencio. Cogió un bote grande que estaba vacío. Lo llenó lentamente con algunas pelotas de golf. Después preguntó a los chicos y chicas si el bote estaba lleno. Los estudiantes estuvieron todos de acuerdo en la afirmación “Sí”. Después el profesor tomó una caja de arena, y la derramó dentro del bote. La arena llenó todos los espacios vacíos. Y el profesor preguntó nuevamente si el bote estaba lleno. Y una vez más todos gritaron: Sí. El profesor añadió rápidamente dos tazas de café al contenido del bote, y el café llenó una vez más todo el bote.  En este momento todos los alumnos se pusieron a reir a carcajadas. Y el profesor, cuando cesó la risa, exclamó: Deseo que comprendan que este bote significa la VIDA”  

Y el profesor fue explicando que las cosas más importantes están representadas por las pelotas de golf. Y estas cosas más importantes son la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, las cosas que nos apasionan. Estas cosas son las que llenarían nuestras vidas, aunque no tuviéramos lo demás. Los demás elementos representan las cosas menos importantes. Y si nosotros –decía el profesor- solamente pusiéramos nuestra atención en estas cositas menos importantes, no obtendríamos lugar para las importantes, que son las que dije anteriormente.  

La consecuencia, por tanto, es que hemos de llenar nuestra vida con los elementos más importantes. Lo demás, lo secundario, ya realizará también su función.  

Uno de los estudiantes levantó la mano. Y preguntó alegre qué significaba el Café.  

El profesor sonrió y dijo: “Me alegro de que me hagas esta pregunta. Con las tazas  de café yo quise expresar que, aunque tu Vida parezca estar llena y siempre ocupada, siempre habrá un lugar para un par de tazas de café con un AMIGO”  

¿Qué te parece, Jesús, amigo de todos nosotros?  

NO OLVIDEMOS QUE EN EL MUNDO NO HAY MÁS QUE AMIGOS Y HERMANOS.