Poeta y ecologista

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

IMPORTANCIA DEL SENTIDO POÉTICO. Parece que algunos  que tienen miedo de llamarTe Poeta o Literato o Artista. Como si esto fuera un baldón. A mi me parece todo lo contrario. Creo que los grandes hombres de la Humanidad que no han sido ni son poetas o en general algo de artistas, tienen en su personalidad una importante limitación, una laguna. Para mí el Artista no es el que habla o escribe o crea de una cierta forma, con un cierto ritmo, manejando la lengua y los sentimientos humanos como si fueran pinturas, notas musicales, golpes de buril. El Poeta es el que ve todas las cosas de una cierta forma, bajo una cierta combinación de colores y de luces y sobre todo llegando al meollo más profundo de lo Verdadero y de lo Bello. El Artista es un Visionario, un Iluminado. 

El Artista es un Ser original, irrepetible, diverso de los demás. Es un Creador con unos rasgos personales muy característicos que proyecta sobre todo lo que le rodea sin excepción.

 

Tú Y LA POESÍA. Tú eras así. Y aun me atrevería a afirmar que, en las estanterías de la Historia, no es posible encontrar una Personalidad como la tuya, ni que pueda compararse con la tuya. Eres Único. Tenías esa Visión Extraordinaria de todo los Existente y lo supiste Revelar en tus Palabras, en tus Acciones y en tus Silencios, Gestos y Miradas. 

Sólamente hay pequeños rasgos o brochazos de todo esto en lo que nos han transmitido tus Evangelistas y tus Apóstoles. Pero hay que saberlos recoger, analizar y amplificar para comunicarlos y compartirlos con los hermanos. 

En San Mateo y San Lucas, hay unas páginas preciosas, puestas en tus labios de Mensajero, que parecen una Poesía. Generalmente se dice que en ellas, Tú hablas de la Confianza en la Providencia de tu Padre, que deben tener todos los que Te siguen. Yo creo que hay más. Es una propuesta de Contemplación de este mundo en el que tenemos nuestra Casa. Y esto actualmente se llama Ecología.

 

LA ECOLOGÍA, ALGO MODERNO. La Ecología es algo muy moderno, muy actual. En todo el mundo, en todos los países, han aparecido los Ecologistas, que también se llaman los "Verdes" y han tomado las formas de los partidos políticos, para poder elevar su voz y contribuir a las decisiones más importantes de los Gobiernos y de los Parlamentos. También aparecen los Ecologistas, a veces con mucha fuerza y decisión, cuando algún poder político o militar pone en peligro la estabilidad, el equilibrio natural de lo que se llama nuestro Eco-Sistema. El Ambiente es decisivo en la Vida feliz de la humanidad. Para nosotros los que tenemos Fe, el Universo es la Creación de nuestro Padre, destinada a la actividad feliz de sus hijos que, en este gran Palacio Natural, "crecen y se multiplican". Los Ecologistas, los "Verdes" están en contra de las pruebas nucleares, aunque sean subterráneas y en Atolones casi desconocidos para los demás. Están en contra de la contaminación del aire que respiramos, del agua que bebemos, de los mares, de los campos y los bosques. Están en contra del progreso a cualquier precio. Dicen que hay demasiadas fábricas, demasiadas chimeneas con humaredas sucias, demasiados restos y basuras que enturbian las aguas de los ríos y de los océanos. Y tienen razón. 

A mí los Ecologistas me caen simpáticos. Y estoy seguro de que Tú estás con ellos. Y has sido un promotor de las Ideas Ecológicas de saber respetar, amar y admirar la Obra de tu Padre.

Por esto, me parece maravilloso que Tú, cuando intentas hacernos comprender la bondad de la Providencia de Dios, nos presentes a los pájaros del cielo y a los lirios del campo, para que los sepamos admirar. Y sepamos recoger su natural mensaje de Paz y de Belleza.

 

TUS MENSAJES POÉTICOS Y ECOLOGISTAS. Tú dijiste de una forma que parece una poesía, según Mateo, Capítulo 6 y Lucas, Capítulo 12: 

"No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis. Ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?". 

"Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, y vuestro Padre Celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?. Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida?". 

"Y del vestido, ¿por qué preocuparos?. Observad los lirios del campo, cómo crecen. No se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se pudo vestir como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe?". 

"No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer? ¿Qué vamos a beber? ¿con qué nos vamos a vestir?. Que por todas esas cosas se afanan los gentiles. Y ya sabe vuestro Padre Celestial que tenéis necesidad de todas ellas. Buscad primero su Reino y su Justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su inquietud". 

Tú quieres a unos hombres tranquilos, confiados, en medio de un mundo de pájaros que vuelan, cantan y comen, y de unos bosques luminosos, recubiertos de lirios y flores esplendorosas, que Salomón, el Rey Emblemático de Israel, no pudo, ni supo imitar ni mucho menos superar. Este es el Mensaje de la Ecología Cristiana. 

Yo veo todas las mañanas y todas las tardes, desde mi Ventana abierta sobre la Bahía de Palma de Mallorca, bandadas de pájaros que vuelan rítmicamente, ordenadamente, subiendo y bajando, todos juntos sin molestarse, como si fueran una sinfonía de formas y de sonidos en movimiento. Y estos pájaros, estas aves, vuelan porque sienten la alegría de existir, y porque, volando, pueden llegar a encontrar el alimento que tanto necesitan, y que está ahí, yo no sé dónde, en algún rincón de nuestro Universo misterioso. Y todos ellos tienen sus nidos para descansar. 

Yo en los jardines y parques, veo los lirios blancos, nácar, torneados, con unas estructuras perfectas, elegantes, verticales, como si fueran joyas que lucen en las manos de una princesa. Y veo las Rosas de todos los colores en los bosques y en los campos, y las admiro también en los jarrones de las casas y de las iglesias. Y puedo estar seguro de que esta riqueza maravillosa, que han intentado reproducir los artistas y los pintores, es irrepetible, es superior. Puedo estar seguro de que los grandes de la Tierra, que se parecen al Rey Sabio Salomón, no podrán nunca emular en sus vestidos a esas flores. Por algo, ellos también las reúnen en grandes ramos, y las colocan en el centro y en las mesas de los salones, donde discuten los más importantes asuntos de los Estados. 

Aquellos grandes conglomerados de flores de todos los tamaños, de todas las formas, ponen unas gotas de color y de alegría, de esperanza y de optimismo en las reuniones de esos hombres, donde aparecen siempre con sonrisas fingidas, forzadas, hipócritas, escondiendo sus verdaderos pensamientos y planes, para forzar las cosas, los encuentros y las decisiones, a su favor. 

Todo ese mundo de pájaros y peces, de bestias y animales, de flores, arbustos y bosques está cantando una Canción que nos eleva hasta Tí y hasta tu Padre que está en el Cielo y que cuida de todos ellos, sin milagros y sin grandes alaracas.

 

UN CUADRO DEL AMIGO PINTOR. Mi amigo el Pintor le ha dedicado un Cuadro, muy hermoso y muy especial, al Tema. Se llama "Ecología de Jesús". Y Te ha pintado allí, en medio de un bosque, como si estuvieras transfigurado, contemplando las bellezas de la Naturaleza, juntamente con unos cuantos discípulos tuyos. Tú les vas diciendo los de las Aves, lo de los Lirios... Y en el cuadro hay una verdadera explosión de la belleza natural, de la vida que brota por todas partes. El bosque es bellísimo y transformado por los rayos del Sol que penetran a través de las copas de los árboles. La Tierra está recubierta de flores de colores luminosos, entra las que sobresalen unos lirios blancos. Los discípulos, tumbados, juegan con ellas y con los pájaros que se les acercan. Es un tiempo de encanto y de poesía. Tú, Jesús, absorbido por tanta belleza, piensas en tu Padre que cuida todas las cosas, y vas proclamando aquellas frases tan expresivas y hermosas. Uno de los discípulos tiene cerca de sus manos un prismático para ver mejor.  

Es original este cuadro. Tú, Cristo, estás elevado. Y es que el Universo que Te rodeaba Te iba sugiriendo muchas cosas, muchas realidades, muchos mensajes. Las simientes, los pequeños arbustos, los viñedos, las perlas, los tesoros, los peces, las estrellas, las arenas de las playas y de los desiertos, todo lo que habías contemplado y vivido en Nazaret en tu niñez y juventud, todo lo que encontrabas en tus caminares por Palestina, todo Te sugería algún Mensaje divino, que fuiste recogiendo y tallando en tus hermosas parábolas, comparaciones y fantasías de gran Literato.

 

OBSERVASTE A LOS PERROS. Hasta los perros Te inspiraban. Muy pocas veces has hablado de ellos. Pero una vez, los recordaste, cuando expusiste tu vigorosa parábola del Pobre Lázaro y el Rico Epulón, en la que nos has expuesto la diversidad de los destinos de los Pobres y de los Ricos en éste y en el otro mundo. Tú habías visto que "hasta los perros venían y lamían las úlceras del pobre", que tenía hambre y deseaba comer lo que caía de la mesa del Rico, pero nadie se lo daba. En esta exclusiva de Lucas hay una cierta simpatía por los perros tal como Tú los describes. Como si ellos fueran más compasivos y humanos que los mismos Hombres, especialmente los Ricos. Ellos lamían las llagas de Lázaro para calmar sus dolores.    

Sin embargo alguna vez has comparado a los hombres y mujeres que rechazan cumplir la Voluntad de Dios, con los perros, a los que no se les puede dar "lo que es santo". Pero aun en un caso muy concreto Tú hablaste de los "perros" con una simpatía muy especial, cuando dedicaste la palabra, como si fuera un piropo, a una mujer cananea que tenía mucha fe en Tí. No sabemos tampoco su nombre. Pero Te seguía insistentemente, orando para que curaras a su hija. Molestaba y los Apóstoles Te dijeron que la atendieras y la despidieras. Ella insistió tanto que Tú le dijiste (¿Molesto?, ¿Simpático?): "No está bien tomar el pan de los Hijos y echárselo a los Perritos". Y aquella mujer cananea de la región de Tiro y Sidón comprendió perfectamente que Tú se lo decías con simpatía, como un piropo. Y exclamó: "Sí, Señor, que también los perritos comen las migajas que caen de las mesas de sus amos". La querías. Te había conquistado. Y Tú reconociste su Fe para la Historia. Y tenemos una admirable mujer más, sin nombre, en las páginas de tus Evangelios, para que la admiren y recuerden todas las generaciones. "Grande es tu Fe", le dijiste. Y curaste a su hija. 

También me parece hermoso y muy expresivo aquel "Agrafon" que se cuenta de Tí. No está en ningún Libro canónico, es decir, en ninguno de los Libros del Nuevo Testamento, aceptados por la Iglesia. Pero se cuenta de Tí y parece histórico. Una vez en vuestras caminatas incansables, encontrasteis, cerca del camino, el cuerpo de un perro muerto. Los que Te seguían mostraron su repugnancia, porque había comenzado su proceso de descomposición. Pero Tú observaste el aspecto hermoso de aquel ser inerte y frío. Señalaste con tu mano su boca abierta, con la lengua fuera, viste aquellos dientes, y subrayaste: "Mirad. Qué blancos son aquellos dientes". Esta fue una positiva lección de lo que hemos de hacer en tantas circunstancias de nuestra vida: Observar la cara luminosa de las cosas, lo constructivo, lo bello, y dejar, olvidar, cubrir los aspectos negativos y feos.

 

CORDEROS, OVEJAS, PASTORES, REDILES, CAMPOS, FLORES Y áRBOLES. También los Corderos y las Ovejas, y los Pastores que los cuidaban Te han interesado y los has descrito profusamente. Tú eres al mismo tiempo Cordero de Dios, como Te definió Juan el Precursor, Cordero que se sacrifica, se entrega por la humanidad y Pastor, "el Buen Pastor", el Pastor Ejemplar, como Tú mismo Te has presentado.  

Las páginas de los Evangelios están llenas de esta Imagen que responde plenamente a la historia de los sacrificios pascuales de Israel. También el Apocalipsis describe repetidas veces al Cordero, su Triunfo y su Reino. 

Tú nombraste a Pedro, Pastor de los Corderos y de las Ovejas. Y has descrito a tu Iglesia como un Redil en el que están seguros corderos y ovejas y del que Tú eres la Puerta. 

Se nota que en tu Niñez y en tu Juventud habías visto a muchos pastores, rediles y rebaños, y los nidos de las aves, y las guaridas de las zorras. Y habías visto que "cinco gorriones se vendían por dos ases" y que, sin embargo, "ni uno de ellos está olvidado ante Dios".  

Y habías visto Trigales y Espigas, Zizañas, Granos y Arbustos de Mostaza, Higueras con sus higos colgantes y las Moras en las Moreras, los Lirios y los Viñedos Verdes. Y habías grabado esas imágenes en tu mente juvenil de futuro maestro, y las ibas catalogando para comunicar después tus Verdades y los rasgos de tu Vida de pobre. Nosotros escuchamos también los múltiples mensajes que Tú percibes de todas las cosas. Los escuchamos y pensamos en tu Padre y en Tí. 

Recuerdo una poesía que me brotó espontánea ante un campo de almendros cubierto con margaritas amarillas. Creo que Te puede gustar y va bien aquí, en este pensamiento de Ecologismo Natural.

 

ESAS MARGARITAS (1990)

 

               "Margaritas milagreras

               que habéis cubierto de oro

               esas tierras de malezas

               esos surcos de rastrojos.

               Cada mañana miraba,

               cada mañana lloraba.

               Cada tarde yo sentía

               un lienzo lila en el alma.

 

               Y hoy os he visto allí

               cubriendo el fango, de alhajas.

               Cambiabais lo que era tierra,

               pegajosa y sin entrañas,

               en una inmensa avenida

               de estrellitas encantadas,

               de joyas ricas en oro,

               bien ceñidas de esmeraldas,

               sobre el verde terciopelo

               del campo que yo miraba.

 

               Margaritas pequeñitas,

               juguetitos, yo os doy gracias

               porque habéis rociado el mundo

               con vuestras gotas doradas,

               porque habéis puesto en mi espíritu

               unos brochazos de calma.

 

               Margaritas movedizas,

               obras de arte bien talladas,

               habéis convertido el campo

               en un museo sin vallas,

               en la galería abierta

               para todos los que aman".