Patriotismo o Patrioterismo

Autor: Ramón Aguiló sj.

 

 

Jesús de Nazaret, nosotros, como todos los hombres y las mujeres de este mundo tan dividido hemos nacido en una nación a la que llamamos nuestra patria. Y todos nos gritan que hemos de ser patriotas.  

Pero esto nos lleva a los simples ciudadanos a vivir constantemente bajo presión. No podemos vivir tranquilos, despreocupados, alegres. Podríamos recitar, como cuando éramos estudiantes. “Oigo, Patria, tu aflicción y escucho el triste concierto…” Si uno quiere estar informado de lo que va sucediendo en el universo, hasta cómo son la Luna y los demás Astros debe recurrir a los medios de comunicación, escritos, hablados o televisados. Y entonces cada día nosotros, los ciudadanos desconocidos, vemos que van sucediendo cosas muy graves en todos los continentes.  

Se acumulan las violencias. Tú también has visto la sangre de los guerreros manchando el suelo de tu patria, Israel.  Por desgracia, después de tu hermoso mensaje del Amos Fraternal, aun hacia los que llaman enemigos, las muertes violentas, sangrientas, bárbaras, se van repitiendo.  

En todos los presupuestos de los Estados se van acumulando y van creciendo los gastos para la defensa del propio país. Y parece ser que siempre van aumentando. Las armas se van haciendo más complicadas, más perfectas, más terribles, más eficaces, pero también son más caras. Los productores de armas quieren ganar dinero como los demás negociantes.  

Los grandes países, que Tú conoces perfectamente, son los que más armas exportan. Y por tanto, los que más dinero ganan con las guerras.  

¿Así se construye la paz? No lo creo.  

Nos piden que seamos patriotas. Y hemos de serlo de una forma humana, moderada, respetando siempre a los demás. Y hemos de comprender a los otros que son patriotas.  

Nosotros no hemos de ser Patrioteros, a los que yo definiría como declamadores de poesías de su propia patria, buscando la elocuencia, las brillantes palabras, con los gestos más expresivos entre todos los posibles. El patriotismo consiste en amor a su propia patria, procurar que sea una patria tranquila, que tenga buenas relaciones con las demás. En algún caso puede también que nos sintamos obligados a defenderla, de los ejércitos que nos ataquen.  

El Patrioterismo sería una deformación, una enfermedad del Patriotismo, una forma de locura, de palabrería, de oratoria hueca, entusiasta, pero reducido a unos gritos que a veces, no llegamos  a entender lo que significan.  

Nosotros, Jesús, los que queremos seguirte, porque escuchamos tu mensaje cada día, y queremos aplicarlo con todas sus consecuencias, no podemos ser patrioteros. No podemos herir a los demás.  

El mundo evoluciona. Y las cosas cambias, como Tú sabes perfectamente.  Las raíces de los pueblos se extienden hasta muy lejos. Los Europeos no podemos olvidarnos de que tenemos unas raíces griegas, romanas, bárbaras. No podemos ser demasiado “Nacionalistas”, porque todos somos muy parecidos. A veces hablamos idiomas que son evolución de idiomas anteriores, aunque ahora sean diversos.  

Yo quisiera preguntarle a alguno de esos patrioteros: ¿Cuál es tu patria? Y a veces no sabría qué contestarme. Porque podría decirnos algo así: Soy Mallorquín, soy Balear, soy Catalán, soy Español, soy Europeo. Y los Americanos todavía lo tienen más complicado. Porque en el Norte  los Estados Unidos de América están formados por numerosos Estados. Y así en otras partes del mundo que es un mundo tan irregular. A veces las guerras, que son muy largas se desarrollan entre naciones vecinas. Por ello todos los pueblos deben estar bien armados. Y tener unos ejércitos numerosos de Tierra, Mar y Aire.  

Hay unas luchas que duran años y años entre los Palestinos y los Hebreos, a los que Tú conoces por la propia experiencia de tu vida. Los dos quieren ser una Nación Soberana. Y nos echan discursos. Y se matan entre sí. Y construyen muros que los separan para que no puedan moverse, ni pasar las fronteras.  

Y los gobiernos de ambas partes tienen discursos brillantes, entusiastas. Y lo mismo sucede en todos los continentes.  

Y el mundo los escucha con una sonrisa en los labios. Y todos dicen: Ojalá sepáis construir la paz. Y sentiros hermanos, o por lo menos, buenos vecinos, que os respetéis mutuamente y seremos buenos vecinos. Seamos buenos patriotas, sensatos. No fantoches charlatanes patrioteros.  

Tú, Jesucristo, ni fuiste un patriotero, ni siquiera un patriota normal. Yo pienso a veces que tu condena a muerte por parte de los Judíos se debió precisamente a tu universalismo. Tu trabajo quería y fue más lejos de las fronteras de Israel. Iba dirigido al mundo entero. Y al mundo de todos los siglos. Por tanto, a todos sin excepción de nadie. Y a Ti, Jesús, los católicos de todo el mundo te aclaman como REY DEL UNIVERSO.  

Y así debe ser porque Tú eres el Hijo de Dios, el Hijo del Hombre, que naciste en Belén y has muerto crucificado en el Calvario de Jerusalén, para salvar a todos los seres humanos, de todas las razas, de todas las naciones, de todas las lenguas, de todas las religiones, de todos aquellos que busquen la verdad con una conciencia sincera. ¡VIVA CRISTO REY!.