La luz de América

Autor: Ramón Aguiló SJ 

 

Durante mil quinientos años de nuestra era cristiana, América había permanecido en las tinieblas. Pero le llegó un día la Luz de Jesucristo. Y entonces comenzó una nueva etapa de la historia del continente transatlántico. Hace quinientos años, cinco siglos, que sucedió. Era el primer paso de la conquista americana de Cristo. Nosotros ahora recordamos aquel histórico día en el que alguien, un sacerdote llamado tal vez Alejandro, celebró la primera Eucaristía en una pequeña ciudad de la costa hondureña, llamada ahora Trujillo. Será el 14 de Agosto, víspera de la gran Fiesta de la Asunción de María al Cielo, de nuestro año 2002. 

Allí se va a recordar esta fecha solemnemente. Porque los católicos de América y del mundo quieren revivir la felicidad de la entrada triunfal de Jesucristo a ese gran conjunto de ciudades y pueblos, llanos y altas montañas, que nosotros llamamos América Latina. Cada año recordamos otra entrada de Jesús: la entrada triunfal en Jerusalén, entre aclamaciones, palmas doradas y ramos de olivo. Queremos recordar ahora esta otra entrada que se produjo hace cinco siglos: la  de Jesús en Honduras, entre vítores, aplausos y comuniones. Y a través de Honduras, Jesucristo fue conquistando los pueblos hermanos de América, la América de Cristóbal Colón. Era el amanecer, la aurora, el resplandor de un nuevo brillante día, de una historia bautizada, cristiana. Había llegado la Luz de Cristo. 

Trujillo es una ciudad colocada a quinientos kilómetros al Noreste de Tegucigalpa, capital de Honduras. En ella se celebró la primera Eucaristía de América, el año 1502, cuando el descubridor, Colón, se acercó a ella con sus compañeros y conquistadores, en su cuarto y último viaje. Sucedía el 30 de Julio de 1502. Colón le había dado el nombre de Honduras precisamente por la hondura de las aguas en aquellas zonas. En realidad habían llegado a la isla de Guanaja. Pero siguieron adelante y pisaron tierra firme y arribaron, dos semanas después, el Domingo 14 de Agosto, a Punta de Caxinas, que se llama ahora Punta de Castilla. Y fue aquí donde se celebró la primera Eucaristía americana.  La celebración de esta fecha profundamente cristiana, durará varios días: del 11 al 17 de Agosto de este nuestro año. El Papa actual, Juan Pablo II,  ha nombrado al Cardenal primado de América, Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo  de Santo Domingo, como su enviado especial y representante oficial en las fiestas. 

Uno de los actos más importantes de estas celebraciones consistirá en el traslado desde Tegucigalpa al puerto de Trujillo, de la imagen de la Virgen de Suyapa, muy venerada en aquella nación, y que se ha convertido en el principal símbolo católico de Honduras. Participarán en las Fiestas de este año singular todas las diócesis, parroquias y comunidades católicas de Honduras. Una oportunidad para “recordar los orígenes de nuestro ser cristianos”, han escrito los Obispos en la carta pastoral en la que invitaban a todos a los extraordinarios festejos de los quinientos años de la presencia de Jesús en América.   

¿De quién fue la idea de celebrar la primera misa americana aquel día de 1502?. No lo sabemos. Pero sin duda el jefe de los conquistadores, Cristóbal Colón, tuvo parte en ella. Este hombre no es históricamente muy bien conocido. Tuvo dos hermanos, Bartolomé y Diego, y dos hijos: Diego, el primogénito y Fernando o Hernando, que era su hijo bastardo. Este hijo natural acompañó a su padre en el cuarto y último viaje hacia las Indias, y por tanto estuvo presente en la primera Eucaristía de la América descubierta por el conquistador. Todos ellos, hermanos e hijos, participaron con más o menos éxito en los trabajos del navegante que pasaría a la historia de la España de los Reyes Católicos y de Carlos I y de los viajes intercontinentales. Hasta la vida de Cristóbal Colón se presenta algo enigmática: Se dice que nació en Génova de Italia el año 1451, pero hay historiadores que localizan su nacimiento en otras ciudades. Alguien ha llegado a escribir que era mallorquín. 

Fue navegante, almirante, virrey y gobernador de los territorios que descubrió y ha dejado una larga, brillante y a veces tortuosa estela en la historia y  en la historia de la Iglesia. El abrió el camino de las conquistas, pero también la llegada de la Luz de Cristo sobre las que serían naciones americanas. Cristo no llegaba como un conquistador, sino como el Salvador. Llegaron también los misioneros. Y crearon las Reducciones, porque querían bautizar las culturas nativas, sin destrozarlas. Solamente los nombres de las misiones de Chiquitos impresionan: San Javier, San Rafael, San José, San Juan, Concepción, San Miguel, San Ignacio, Santiago, Santa Ana y Santo Corazón. Se conservan sus preciosos templos. Su historia novelada se ha presentado en una bella película llamada “La Misión”. Todo comenzó hace cinco siglos. El año 1502