La historia de nuestros días en una parábola

Autor: Ramón Aguiló SJ

   

Parece que mirabas hacia nuestro tiempo, cuando dijiste una Parábola que los Biblistas llaman "Parábola del Administrador Infiel". Es una Exclusiva de Lucas, Capítulo 16. No es larga. Pero dice mucho.  

Yo, después de leerla muy atentamente, la quisiera llamar más bien "La Historia de nuestro tiempo de Corrupciones en una bella Parábola de Jesús de Nazaret".

 

UN RETRATO DE LA ACTUALIDAD. Lo realmente curioso es que esta Parábola de tanta actualidad tiene ya dos mil años de existencia. Y sin embargo, no me parece una viejecita decrépita, desarraigada y sin dientes. Todo lo contrario. Me parece dicha por un Cristo presente en nuestras calles, en las grandes capitales del Mundo: en Madrid, en Washington, en Londres, en Roma, en Seoul, en Tokio. Porque en todos estos sitios, y en todas partes, hasta en las más reducidas aldeas, donde hay un alcalde, donde hay un Gobierno Autonómico o Estatal, saben perfectamente qué cosa es una Administración, qué es un Recibo, un Factura, qué es una Firma, qué es una Corrupción y qué es todo ese conjunto de cosas que los Corruptos Administradores de bienes ajenos o públicos saben manejar, manipular y malversar para beneficio de sus propios y personales intereses. 

Esta Parábola que Lucas recogió es una verdadera joya social y moralizadora que está ahí, como una historia cristalizada, de colores vivísimos, en la que quedan descritos los entrecijos de lo que se llama Corrupción Administrativa.

 

ESTíMULO PARA LA INTELIGENCIA. Pero lo más curioso y excitante es que Tú, Maestro Bueno de la Humanidad, has entrelazado todas estas pinturas de lo que no se debe ni se puede aceptar, para reprochar a todos los que son y se creen "Hijos de la Luz", la poca inteligencia y astucia con que suelen actuar y moverse al servicio del Bien, frente a las grandes dosis de engaño y de capacidad de camuflage que siempre demuestran los "hijos de este mundo", cuando trabajan para crecer personalmente y aumentar sus caudales y sus amistades. 

Todo parecería como si Tú nos incitaras a los que queremos ser buenos Cristianos y consecuentes actores de nuestra Fe, para que imitáramos a los Administradores de la Corrupción. Y esto no es así. Porque no quieres que los imitemos en los métodos que utilizan con la más sucia conciencia, sino que los tengamos en cuenta sólamente para que, sin seguir sus caminos y sus derroteros, los superemos en atención, dedicación, inteligencia y capacidad de acción.

 

LA PARáBOLA. A nadie va a aburrir que transcriba la Parábola tal como la trae Lucas. No sé si es una Comedia o un Drama. Depende del punto de vista. Pienso que es más bien un Drama con algunas situaciones irónicas, que se parecen mucho a las cómicas que se presentan en nuestros escenarios.  

Acto Primero: Las Corrupciones de un Administrador. "Era un Hombre Rico que tenía un Administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda. Le llamó y le dijo: '¿Qué oigo decir de tí?. Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando'". 

Acto Segundo: Más Maquinaciones Corruptas. "Se dijo a sí mismo el Administrador: '¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración?'. Cavar, no puedo. Mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que, cuando sea removido de la administración, me reciban en sus casas'". 

"Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: '¿Cuánto debes a mi señor?'. Respondió: 'Cien medidas de aceite'. El le dijo: 'Toma tu Recibo, siéntate enseguida y escribe Cincuenta'. Después dijo a otro: 'Tú, ¿cuánto debes?'. Contestó: 'Cien cargas de trigo'. Dícele: 'Toma tu Recibo y escribe Ochenta'". 

Acto tercero: Juicio del Señor. "El señor alabó al Administrador Injusto porque había obrado astutamente. Pues los hijos de este mundo son más astutos para sus cosas que los hijos de la Luz". 

Epílogo: Aplicacion a los que quieren ser Hijos de la Luz: "Yo os digo: Haceos amigos con las riquezas injustas, para que, cuando lleguen a faltar, os reciban en las eternas moradas. El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho. Y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. Si, pues, no fuisteis en las riquezas injustas, ¿quién os confiará las verdaderas?. Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro?".

 

SOMOS ADMINISTRADORES DE UNOS BIENES RECIBIDOS. Esta Parábola es una gran lección, para todos los hombres y mujeres de este mundo que hemos recibido de tu Padre y de Tí mismo tantos bienes, terrenos, psicológicos, morales, que hemos de saber administrar. Tú no quieres decir de una forma contundente que somos puramente administradores de lo que hemos recibido al llegar a este mundo.  

Unos han recibido más, otros menos. Unos han recibido bienes temporales, riquezas, familia rica, palacios, buenas casas, campos, empresas, salud, fuerzas, inteligencia, voluntad, sensibilidad, todo un conjunto de cosas que le vuelven superior a la media de la normalidad. Otros están por debajo de la media. Otros no hemos recibido casi nada. Pero siempre existen los que ocupan los niveles más bajos en los gráficos de la Sociedad: son los que no tienen nada, sólo se poseen a sí mismos. 

Pero todos, los de los altos niveles, y los de los niveles mínimos, somos simples administradores de unos bienes que no son nuestros, porque son de Dios, que es el Señor de todo lo creado. Y los hemos de administrar bien, según las normas que Dios nos ha dado, según sus mandamientos, según la moralidad natural y las líneas programáticas de tu Mensaje. Así, administrando los caudales de Dios, según lo que nos exigen los intereses del mismo Dios, seremos considerados buenos y fieles Administradores y  conseguiremos, sin casi darnos cuenta, el reconocimiento justo de nuestro Juez Supremo. Si no lo hacemos así, el Juicio de Dios será negativo. Y podremos ser calificados de "Administradores inicuos, corruptos".

 

LOS ADMINISTRADORES CORRUPTOS. El de tu Parábola era un Administrador Corrupto. Su señor había confiado en él. Le había dejado llevar las cuentas, los gastos, las ventas, los ingresos, la propiedades, todo ese complicado mundo de lo que se llaman Entradas y Salidas, Haber y Deber. El hacía y deshacía a su gusto, y se suponía que siempre buscaba en su acción la defensa y el crecimiento de los intereses de su señor, que tanto le apreciaba y tanta confianza le tenía. 

Evidentemente le mentía, manipulaba los bienes y todos sus movimientos a su propio favor. Seguramente había recibido "Comisiones" de los que le vendían algo, como suelen hacer tantos administradores públicos y privados de nuestros tiempos embrutecidos e interesados.  

En estos casos, no se disminuyen las cantidades de los Recibos o de las Cuentas, sino que se aumentan, a veces en cantidades muy notables: Millones. Estos objetos, estas obras cuestan tantos miles de millones. Se aumentan los números en unos cuantos millones y esta diferencia va a parar a manos del Administrador, quien así cobra una "comisión".  

A veces se presenta como una "Comisión" que va a engrosar los capitales del Partido Político a que pertenece al Administrador, pero generalmente una buena parte de ella, es embolsada por el Administrador y los colaboradores que intervienen en la operación. Esta es la más frecuente figura del Administrador Corrupto de nuestros tiempos.  

Como ves, los de ahora hacen lo contrario del Administrador de tu Parábola: el Tuyo disminuye las cantidades de los Recibos para congraciarse con sus clientes y así recibir sus favores el día en que sea despedido, lo que puede suceder en las próximas elecciones democráticas. Los Administradores de nuestros días aumentan las facturas que debe pagar el señor, que en este caso, se llama Ayuntamiento, Gobierno Autonómico, Gobierno del Estado o sencillamente Empresa Particular. Todo lo paga el señor de los fondos públicos o de los fondos privados, pero sólamente una parte llega a los que han vendido algo al señor o han realizado algunas obras por él. Lo demás es dinero negro, corrompido, pero tan eficaz como el otro dinero, el blanco.

 

NUESTROS ADMINISTRADORES PIENSAN EN EL DESPUéS. El Segundo Acto de tu Parábola también se cumple ahora literalmente. Porque los Administradores de todas las Administraciones tienen conciencia de que su tiempo que podríamos llamar "Tiempo Administrativo" es limitado. No va a durar siempre. Primero por así lo establecen los "Contratos de Trabajo" suscritos por el señor y por su empleado.Y además, en el caso de la Administración Pública, porque los Administradores son elegidos democráticamente por unos cuantos años sólamente. Pueden ser reelegidos. Y si les ha ido bien, ellos lo procurarán, presentándose en las Listas para las nuevas Elecciones. Y así pueden durar bastantes años en el poder, y pueden aprovechar cada vez mejor las diversas situaciones, por la sencilla razón de que aprenden siempre más con las nuevas experiencias. 

No todos caen en la corrupción, evidentemente. Porque siempre existen personas honradas, que no se dejan arrastrar por la ambición. Pero el "Poder corrompe" se suele afirmar, repitiendo un antiguo dicho o proverbio popular. Y, por desgracia, suele ser así. Y cuando el poder es absoluto, la corrupción es también absoluta y total. 

Lo que hemos visto suceder en nuestros días de finales del siglo XX, resulta aleccionador. Tu Administrador, mejor dicho el Administrador de tu Parábola, cuando estuvo seguro de que había sido despedido y dentro de unos pocos días estaría en la calle, sin trabajo, se puso a pensar y a cavilar, para detectar cómo aprovecharía los últimos días de su trabajo como Administrador, para asegurarse un "Después" bueno y aceptable. Porque no estaba acostumbrado al trabajo duro del campo, ni a ningún trabajo serio y subordinado a otros, y no quería exponerse a tener que pedir limosna para sobrevivir. No quería "estar en el paro obrero" sin subvención de ninguna clase, que entonces no existían todavía.  

Pensando y pensando, encontró el camino, encontró la solución. Era una Solución Corrupta. Pero no le importaba demasiado a un Administrador que era echado de su puesto, precisamente por haber actuado como un Administrador Corrupto. Corrupto en su trabajo y corrupto en su dimisión. Vivió siempre mejor, gracias a la corrupción.

 

LA ASTUCIA DE LOS HIJOS DE ESTE MUNDO. El Señor, el propietario de los bienes, el que mandaba al Administrador, alabó la astucia de su Empleado. Y es que desde un punto de vista estrictamente formal, el Administrador Corrupto actuó con inteligencia, una inteligencia astuta, que brotó de su preocupación ante el futuro incierto y difícil que se le presentaba, después de abandonar forzadamente su trabajo. 

Ten en cuenta, Jesús de Nazaret, que los medios que utilizan los que llamas Tú "Hijos de este Mundo", son ahora mucho más sofisticados, peligrosos y destructores que el simple cambio de unas cantidades en unos sencillos recibos mal escritos y llenos de borrones, como los eran los de tu tiempo. Ahora nuestros Administradores, los que tienen algo de poder y los que lo ambicionan, ponen en marcha instrumentos de muerte que liquidan, destrozan y volatilizan a las personas, a veces físicamente, matándolas de las formas más sanguinarias. 

Ellos engañan, falsifican documentos, firman en falso, juran mintiendo, cambian las fechas, afirman hoy lo que ayer negaron y viceversa, niegan ahora lo que ayer dijeron con toda flema y tranquilidad. Pero además, si es necesario, ordenan la desaparición del que les pueda dañar. O ponen en los sitios importantes e influyentes, a través de métodos ilegales, a personas que les están vendidas y que ellos han comprado con promesas absurdas, y que después utilizan y manipulan para que realicen sólamente la voluntad del que los instaló en su puesto. 

Los "Hijos de este Mundo" de finales del siglo XX calumnian, desprestigian, destrozan a los opositores que les pueden hacer sombra o les pueden perseguir. Les arrancan su fama, de modo que ya no puedan moverse. Les chantajean constantemente, amenazándoles con revelar lo que han hecho y lo que no han hecho a través de los medios de difusión  social. Porque, si ellos quieren, pueden vender documentos secretos a los directores y manipuladores de los "Medios" y así, en pocos minutos, todos los países se enteran de lo que puede hundir a los enemigos, mientras, al mismo tiempo, se multiplican las ventas de los Diarios y Revistas, y el número de los oyentes y videntes de las Radios y de las Televisiones, lo que produce también grandes beneficios económicos, al aumentar el valor del mismo tiempo empleado en los mensajes. 

Todo esto que Te digo no son ficciones. Supongo que Te llegan los Informativos de las Radioemisoras y de las Televisiones. Supongo que podéis leer ahí donde estás, los Diarios más difundidos en las Naciones. Es verdaderamente terrible. Cada día nos llegan varios sobresaltos a través de las Ondas Hercianas y de las Imprentas. Y todos los hombres y mujeres sensatos que somos, gracias a Tí, los más numerosos, sufrimos mucho. Estas son las consecuencias terribles de las astutas acciones de los "Hijos de este Mundo" que Tú has descrito con tanta precisión en tu Parábola del Administrador Infiel.  

Estoy seguro de que, cuando Tú nos pones como Ejemplo a los Hijos de este mundo no quieres indicarnos que hemos de utilizar sus propios medios, que son indignos de unos hombres, y por tanto también impropios de los hijos de Dios y de tus Hermanos miembros de la Iglesia. Lo único que alabas es su interés por buscarse una solución, y su inteligencia puesta al servicio de una finalidad. 

Con todo eso, quieres decirnos que la inteligencia que ellos ponen al servicio del mal y de la corrupción, nosotros la deberíamos poner al servicio de Dios, nuestro Padre, y de tu Mensaje Iluminador y al servicio de los grandes ideales de construir un mundo más humano, más justo, más fraternal, más divino y más cristiano.

 

LOS HIJOS DE LA LUZ. Frente a esas avalanchas destructivas de los Hijos de este Mundo, las pacíficas campañas de los "Hijos de la Luz" se convierten en una especie de Canción de Cuna, cantada por una madre en el barullo de una Discoteca, un Viernes o un Sábado por la noche. Ni siquiera la puede escuchar el niño que no quiere dormirse. Lo que realmente escucha, le intranquiliza y le apasiona es el Infernal Ruído de unas Músicas Inhumanas, agitadas y obsesionantes. 

Los Hijos de La Luz poseemos grandes tesoros que consisten en tu Persona Salvadora, en tu Verdad, en la Vida que comunicas, la Alegría que contagias, la Gracia Divina que nos transforma, eleva, diviniza, el Amor que nos unifica con  Dios y con todos los seres del Universo. Pero todo esto permanece cerrado como si todo estuviera en una Caja Fuerte, en una Caja Blindada, para que nadie pueda llegar a tocarlo, a robarlo, a apropiárselo. 

Nosotros, los que queremos ser y actuar como Hijos de la Luz, deberíamos procurar comportarnos de una forma muy diferente. Deberíamos conocer muy bien lo que poseemos en Tí, y deberíamos proclamarlo claramente, insistentemente, incansablemente, a unos seres sumergidos en la agitación, y en un lenguaje que fuera comprensible para todos ellos. 

Los "Hijos de la Luz" de tu tiempo merecieron una repulsa, una sacudida muy enérgica, que provenía de tu Autoridad Mesiánica. Tú les criticaste duramente, cuando todavía estaban comenzando a actuar en el mundo. 

No siempre será necesario inventar métodos nuevos. Porque nosotros, los Hijos de la Luz, nos vemos obligados a utilizar para nuestros altos fines, los medios que están en nuestras manos, que en muchas ocasiones, están también en manos de los Hijos de este Mundo. Es una especie de guerra de poderes. 

Ellos los van a usar mal. Porque los malos lo pervierten todo. Nosotros los hemos de usar bien, juntamente, limpiamente, moralmente, cristianamente. 

Si ellos quieren entrar en todas las casas, nosotros también queremos entrar. Y mejor que ellos. No para agitar, ni para torturar, sino para llevar la Paz, la Bondad, el Amor, la Paciencia, los Buenos Deseos, las Fuerzas necesarias, para ir construyendo nuestro mundo Cristiano, una Iglesia más encarnada en la realidad, más asequible, más comprensible por los seres del Siglo XX y XXI. 

Pero tampoco hay que excluir la utilización de Métodos Renovados, y aun de otros enteramente Nuevos. Aquí se abre un inmenso campo de investigación creativa y apostólica, en este mundo de los Multimedia, de las Comunicaciones Globales, de los Ordenadores y sus Redes Mundiales. 

Yo creo que tu Iglesia está formada por los que Tú llamas "Hijos de la Luz", porque Tú Te has definido como "Luz del Mundo". Yo quisiera pensar e imaginar que, en medio de las masas cristianas siempre algo pasivas y aletargadas, van surgiendo verdaderos líderes sociales, espirituales, capaces de moverse y de actuar en un mundo tan complejo e inspirativo. Esta es una súplica que Te expongo. Una Oración ilusionada que todos nosotros elevamos ante Tí. Porque Te confesamos que en algunos momentos más depresivos, nos sentimos algo impotentes de llevar adelante una misión tan difícil y pesada ahora.

 

CONSECUENCIAS. Después de tu Parábola, Lucas recoge una serie de enseñanzas tuyas sobre aquello que Tú llamaste la "Mammona de la iniquidad". Se trata de las Riquezas materiales. De las cosas de este mundo que, aunque en su origen, fueron aceptable y buenas, han sido pervertidas después por la maldad de los hombres. 

Estas son algunas de las cosas que nos dices a los que nos vemos obligados a vivir sumergidos en un mar de riquezas terrenas: 

1. Buscad la amistad de Dios y de los hermanos. Todos los bienes de este mundo pueden y deben ser utilizados para conquistar la Amistad de Dios nuestro Señor, Propietario de todas las Cosas, Señor del Universo. 

Con ellos hemos de conquistar también la Amistad amorosa de nuestros hermanos, especialmente los más pobres, en los cuales Tú siempre Te has sentido identificado, presente. Con estos bienes hemos de procurar subsanar la gran vergüenza, la gran enfermedad Social de la Injusticia, de la Pobreza de muchos acompañada fríamente por la opulencia de unos pocos. Nuestra acción en este campo puede ser ideológica y comunicativa, es  decir, podemos tener una mentalidad y un pensamiento típicamente cristiano y llevarlo a los demás a través de nuestras constantes conversaciones, conferencias, predicaciones, escritos, y también y sobre todo, haciéndoles partícipes de los bienes que para nosotros son supérfluos y para los pobres son indispensables. 

Es lo que Tú nos dijiste en estas frases que recoge Lucas: "Haceos amigos con las riquezas injustas, para que, cuando lleguen a faltar, os reciban en las eternas moradas". 

Si sabemos utilizar estas riquezas que aquí nos pueden manchar y desviar del recto camino, podemos ser Salvados por Dios y acompañados por el aplauso justo de nuestros hermanos. 

2. Cuidar lo pequeño. Tú nos pides que sepamos ser fieles a nuestras convicciones evangélicas en las pequeñas cosas, "en lo mínimo", dices Tú. Nos pides con ésto, que no hagamos inútiles distinciones entre situaciones importantes y situaciones normales o elementales. Lo que importa es actuar siempre y en todas partes "Evangélicamente", es decir, acomodando nuestro pensar y nuestro actuar a esas líneas de acción que Tú has seguido en tu propia Vida y que nos has mostrado como "Camino", el "Nuevo Camino" del que han hablado los Apóstoles, especialmente Pablo y otros, como se afirma en el Libro de los Hechos de los Apóstoles. 

El que así obra, "minuciosamente", sin grandes esfuerzos podrá también incorporar a su propia vida la conducta evangélica, cristiana de las grandes situaciones. No notará la diferencia. Saldrá todo espontáneo, y además con una espléndida sonrisa en los labios. Podrá llegar a realizar heroísmos, como si fueran juegos de niños. Espontáneamente. 

Lo propio hay que decir de la Justicia o de la Santidad. Porque Tú también las has tenido en cuenta en las frases recogidas por Lucas. Hay que ser justos en los pequeños juicios de las cosas. Cuando se trata de personas, no hemos de querer juzgarlas, como Tú estableciste: "No juzguéis y no seréis juzgados. No condenéis y no seréis condenados". Y esto, aunque nadie lo tenga en cuenta

de hecho, es una minucia que se debe vivir con un espíritu clara y estrictamente evangélico. Y si las obligaciones de nuestro trabajo, nos llevan a tratar de la justicia en otros, hemos de procurar ser equilibrados, aunque las cosas nos parezcan muy sencillas y pequeñas. 

"Lo mucho", "Lo grande", puede llegar. Se nos puede plantear algun día. Cuando nos llegue, estaremos dispuestos a ofrecer la misma respuesta de Santidad y de Justicia. O hablando más claro y más sencillamente, podremos dar una solución "Cristiana", extraída de tus enseñanzas y de tus ejemplos. 

Nos has dicho: "El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho. Y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho". 

3. Negociar con lo terreno y apreciar lo eterno. Añades después unas nuevas enseñanzas que son necesarias para los que hemos de movernos entre riquezas terrenas y riquezas sobrenaturales. Lo importante de veras es que sepamos acumular bienes espirituales. Y estos bienes espirituales se pueden conseguir con una buena administración de los bienes terrenos, que Tú llamas "Riquezas injustas". Estas riquezas, sean pocas o muchas, deben utilizarse también evangélicamente, poniéndolas al servicio de las grandes metas, aquellas metas que Tú nos has señalado, y que sigues señalando a tu Iglesia.  

Así todo lo que es nuestra actividad vital se convierte en una especie de negocio a gran escala. También en este negocio hemos de ser competitivos, es decir, hemos de aumentar nuestras riquezas verdaderas y justas, manejando sabiamente las riquezas injustas y sucias de este mundo: las que la misma vida nos ofrece. 

Esto es lo decisivo para el día de nuestro Juicio: que le podamos decir a Dios, nuestro Padre y a Tí, Juez de vivos y muertos: Yo me encontré con todo esto. Y lo puse todo a tu cuenta, porque es tuyo, y lo hice rendir y producir para gloria tuya y para la felicidad, aun temporal, de mis hermanos. 

Todo eso que nos das es Tuyo. Todo es "ajeno". Lo verdaderamente "nuestro", lo verdaderamente "mio", es lo que yo con tu gracia y mi esfuerzo diario, sin saberlo, sin contabilizarlo, he ido acumulando en la columna de mi "Haber" personal. Tú lo tendrás en cuenta. Me fío de Tí. Completamente. 

Es lo que Tú nos has pedido: "Si, pues, no fuisteis fieles en las riquezas injustas, ¿quién os confiará las verdaderas?. Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro?". 

4. El Dinero no puede ser mi dios. Terminas esta página tan hermosa con unas frases que se han hecho famosas, y que podrían ponerse en letras de oro en el atrio de todos los Bancos y Cajas de Ahorro en todo el mundo y en todas las lenguas: 

"Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro. O bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero". Esta es la verdadera idolatría de nuestros días: el Becerro de Oro. 

Este Becerro Simbólico está en las cavernas de los Bancos Nacionales y Estatales, en forma de metales preciosos y de divisas. Está en las cajas blindadas de los Bancos, donde se conversan las joyas y los capitales de los grandes Ricos. Es un gran Becerro, del que se han hecho millones de réplicas muy hermosas, para que esté en todos los corazones y en todas las casas. Idolatría. Pecado grave. El peor de los Pecados. Porque consiste en adorar a un ídolo construído por los hombres, para quitarle el Saludo amoroso, la Adoración más profunda, al Dios Verdadero, Creador de todo y Padre Tuyo, Jesús de Nazaret. 

Hay que destruir este Becerro, como lo mandó destruir, pulverizar, quemar Moisés, al pie del Monte Sinaí. Después se lo hizo beber a los Israelitas, para que no se olvidaran de la barbaridad moral que habían cometido. Y para que esta destrucción del ídolo fuera una lección contundente, inequívoca, para las futuras generaciones del Pueblo de Israel y de todos los Pueblos de la Historia.

 

LA RISA DE LOS QUE ESCUCHAN. Explica el Médico Lucas, todavía en su Capítulo 16, la reacción que produjo en el grupo de los más aficionados al dinero. Te estaban escuchando atentamente. Lo comentaban entre ellos. Pero no les agradaba tu doctrina. Dice así Lucas: "Estaban oyendo todas estas cosas los Fariseos, que amaban las riquezas. Y se burlaban de Él. Y les dijo: 'Vosotros sois los que os la dais de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones. Porque lo que es estimable para los hombres, es abominable ante Dios". 

En estas frases nos das el último golpe de martillo, para que penetre bien en nuestros corazones materialistas, la enseñanza que Tú nos quieres inculcar. Es una de las características de tu Cristianismo. Es uno de los Rasgos Fundamentales de la Figura del Cristiano: siempre debe despreciar las riquezas de este mundo y, cuando las tiene, aunque hayan sido conseguidas por caminos justos, debe manejarlas de forma, que sirvan a la gloria del Padre y al bien de los demás. Y cuando las riquezas le hayan llegado sucias, injustas, tal vez manchadas de sangre o de lágrimas humanas, las debe rechazar, las debe devolver, las debe restituir, las debe dar para algo que sirva a la humanidad doliente, para los marginados y los pobres. 

"Se burlaban" de Tí. También se burlan ahora las mayorías que se mueven como cabritos detrás de la leche de su madre, la riqueza. 

Son los mismos Fariseos de siempre, aquellos que van por el mundo con una máscara de cartón o de plástico, para parecer algo, sin ser ni llevar consigo nada. Son los Fariseos con corbata, camisas planchadas y trajes lustrosos. Con un gran vacío espiritual y moral, parecen ser los grandes del mundo. 

Son los mismos que se las dan de justos. Y quieren enseñar a los otros. Pero no aportan nada que sea realmente útil, nada que sea constructivo de veras, para construir un mundo mejor. Claman por las grandes metas, gritan discursos elocuentes y prometen "Primaveras", pero ellos mismos son incapaces de empujar las cargas con sus propios dedos. Perezosos para el Bien, son soldados sumamente activos para la acumulación de bienes y de honores. Quieren todo lo que signifique poder. 

"Dios los conoce", "Dios conoce vuestros corazones", les dijiste Tú con mucha fuerza a los que se burlaban y se siguen burlando. Lo que ellos tanto aprecian es abominable ante Dios. 

Nos has hablado de "Mammón" o "Mammona" que, si no es exactamente el "dios de las Riquezas", es la "divinización del Dinero". No puedes imaginarte el daño que este tipo nos ha hecho a los seres humanos. Todo porque los hombres no quieren reconocerte como "Dios de la Pobreza", un Dios que nos regalaría alegría a todos.