La heroica liberación de los pobres

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

LOS QUE CREEN EN Tí TIENEN PROBLEMAS. No les ha ido bien a aquellos cristianos que han intentado seguirTe de veras, Jesús de Nazaret. El otro día un compañero me decía que yo tenía muchos prejuicios raciales y sociales, porque en este campo era muy radical y porque era muy radical en la defensa de los marginados y de los obreros, frente a las extorsiones de los ricos. Y yo le dije sencillamente que yo había leído el Evangelio de Jesucristo. 

Existen y han existido muchas gentes que no nos comprenden. Algunos ponen sólamente en duda lo que con tanto entusiasmo les decimos en tu Nombre. Otros nos miran con escepticismo. Hace unos días leí el artículo de un compañero periodista en el que afirmaba que la Doctrina Social de la Iglesia era perniciosa, y que él recomendaría a todos los que creyeran en ella, que estudiaran economía. Otros finalmente nos rechazan y nos persiguen, y hasta han asesinado a muchos. 

Y es que la Liberación de los Pobres y de los Marginados que Tú proclamaste choca contra los intereses materiales de los ricos, a los que Tú has prometido un final desastroso con aquellos "Ay de vosotros, los Ricos...". Por ello resulta heróico atreverse a trabajar en este espinoso campo social, poniéndose en la parte de los oprimidos.

 

LOS JESUITAS Y LA LIBERACIóN. A los Jesuítas, miembros de la Compañía de Jesús, les ha ido mal desde el principio. ¿Por qué? Sencillamente porque hablaban de Tí y de tu Mensaje.

 

Ignacio de Loyola. Iñigo de Loyola, su fundador, se conmovió y se convirtió al encontrarTe, accidentalmente, gracias a la bomba que le estalló entre sus piernas en Pamplona. Entonces Tú le guiaste, le llevaste a Aránzazu, Montserrat y Manresa, Y allí le preparaste para que fuera un gran Maestro de Cristianismo por medio de los Ejercicios Espirituales. Y él comenzó a darlos a otros.  

Pero muy pronto la Sagrada Inquisición sospechó de él, y lo trató de "Iluminado". Ya sabes cómo fue la Inquisición. Con decirTe que nuestro Papa actual ha tenido que pedir perdón varias veces por los abusos cometidos por esta Institución que lleva el calificativo de "Sagrada". Todo esto sucedía entre 1522 y 1537. 

Iñigo pensó que Tú le llamabas a Tierra Santa y a la conversión de los infieles que la ocupaban. Pero no era así. Cuando regresó de Tierra Santa, vió que debía estudiar. Lo hizo primero en Barcelona, y después en varias Universidades, las más famosas de aquel momento de la Historia. Los inquisidores comenzaron a pensar que Iñigo era un tipo peligroso. Le impusieron una forma de detención domiciliaria en Alcalá. Y, estando en Salamanca, le llevaron a la cárcel, lo encadenaron y lo juzgaron. No le condenaron, pero Iñigo no aceptó su sentencia, porque le prohibían hablar. Y así decidió irse a París, donde todo le sucedió mejor. Reunió compañeros y con ellos fundó la "Compañía de Jesús". El mismo nombre ya Te indica qué querían realizar y qué querían ser. No lo quisieron cambiar por ninguna presión. Pero también chocaron con Cardenales, y hasta con tus mismos Vicarios, sucesores de San Pedro. En fín la Compañía fue adelante. Y los Jesuítas han sido siempre unos hombres incómodos, molestos, inquietantes y atrevidos. Gentes de primera línea.

 

En las Misiones. Lo fueron en las Misiones de Sud-América, casi recién descubierta por Cristóbal Colón en el año 1492. Los Jesuítas fueron a todas partes donde pudieran trabajar por Tí. Como Francisco Xavier que había ido a la India, al Japón y quería llegar hasta la enorme China si no le hubiera cerrado el paso la muerte en la Isla de Shang Chuan en Diciembre de 1552, cuando tenía 46 años de edad. 

En América Te dieron a conocer tal como eres. Y por esto convivieron con los Indígenas nativos. Y se convirtieron en unos indios más. Los defendieron frente a los abusos y explotación de los españoles y portugueses que se apoderaban de sus tierras, y los utilizaban como esclavos, y los cazaban en las selvas para venderlos después o explotarlos como Mano de Obra barata, casi regalada. Este es el argumento de una hermosa película que exalta esta realidad apostólica, humana y cristiana, de tus seguidores, los misioneros y los jesuítas. La película se llama "La Misión". Consiguió la Palma de Oro en el Festival de Cannes.  

La Película está concebida como un Informe de un Cardenal, visitador, a las autoridades del Vaticano y trata de las llamadas Reducciones de los Indios Guaraníes del Paraguay y del Norte de la República Argentina, en el siglo XVIII, cuando en los Países Europeos, también en España, gobernaban las monarquías absolutistas de los Borbones. Estos Borbones tuvieron la "gloria" de ser enemigos de los Jesuítas y de tu Iglesia, los expulsaron de sus dominios, y no cejaron hasta que un Papa que se divertía montando a caballo, Clemente XIV, los disolvió, mandándolos a todos "a su casa" en 1773 el día 16 de Agosto. 

"La Misión" retrata a unos jesuítas valientes, encarnados en los ambientes indígenas, defensores de los pobres y explotados, constructores con los indios de una nueva sociedad libre que conservaba y desarrollaba la cultura nativa, independientes y valientes profesionales de la Justicia y de la Igualdad entre los hombres y las etnias. "Yo me quedo con ellos", dice el P. Gabriel. Y con ellos está y con ellos muere, enarbolando la brillante Custodia de tu Eucaristía, en medio de las altas hogueras que consumen el trabajo de tantos años, "más allá de las cataratas de los ríos".  

Pero todo esto molestaba, inquietaba, aterrorizaba a los eternos Señores de los Reinos de este mundo. Como Tú, antes, habías inquietado al "Zorro" Herodes. Y, como un ambicioso Rey había decidido acabar contigo antes de que crecieras, los Reyes Absolutistas habían decretado arrancar de raíz todas las fuerzas subversivas. Y los indios vieron partir a los misioneros, antes de regresar a las selvas. Y vieron cómo los poblados de madera se convertían en cenizas, y las grandes iglesias de bello estilo colonial quedaron abandonadas para admiración, años después, de los turistas. Y la cultura se detuvo. Y la historia volvió atrás. Y algunos Jesuítas murieron mártires por su heróico tesón en la liberación de los más oprimidos.

 

Los Reyes Absolutistas. Los Reyes que habían olvidado los consejos, las lecciones y los libros del Dominico Francisco de Vitoria y del jesuíta Francisco Suárez, pudieron sentirse seguros, y acostarse cada noche tranquilamente con su esposa o con sus queridas. Les daba miedo la doctrina de la Soberanía Popular. Y así iban acumulando piedras y maderas con las que se construirían pocos años después cadalsos y guillotinas ante las grandes Revoluciones. Tu Iglesia, inexplicablemente, había cedido, se había callado y -me da miedo y asco una frase que escuché una vez- "se había entregado al mejor postor". 

Estas son las reflexiones que me sugiere "La Misión". El Cardenal, al final de la Película, antes de cerrar el sobre que contendrá su informe, escribe unas frases: "Ellos están vivos, aunque hayan muerto. Y nosotros, aunque vivos, estamos muertos. Permanecen vivos en el recuerdo de los hombres que les siguen". Entonces el Cardenal escribe su firma en el informe, pone en él su sello y cierra el sobre. Enviaba al Vaticano un Informe positivo, pero las Reducciones habían sido destruídas, los Indios dispersados y los jesuítas muertos. Tu Mensaje de Libertad y de Liberación ha llegado hasta nosotros por tu Muerte y su Heroismo Cristiano.

 

EL PAPA QUE QUISO SER CRISTIANO. Esta Película "La Misión" me lleva a recordar otras historias,  otras obras literarias, dramas y películas. Enseguida brota en mis sentimientos aquella figura simpática y espiritual de tu Papa, Celestino V, que en 1294 quiso convertir al Papado en una Institución eminentemente cristiana y evangélica, despojándolo de todas las vestiduras, la corte y los empaques señoriales y reales con que los siglos lo habían recubierto. Quería una Iglesia Espiritual, como Tú. Porque Tú eres la Cabeza y Ella es tu Cuerpo Místico. Pero aquel Papa soñador tuvo en contra a sus Cardenales. Especialmente uno, el Cardenal Benedetto Caetani, le hizo la vida imposible. Celestino Estuvo de Papa sólamente cinco meses. Después renunció y fue encerrado en un castillo por su sucesor, que fue precisamente su enemigo, el Cardenal, llamado como Papa, Bonifacio VIII.  

Esta es la Historia que se convierte en espectáculo, en el Drama italiano "L'Aventura di un povero Cristiano". Recuerdo que uno de los monjes, sus seguidores, al comentar el encarcelamiento de Celestino, dice algo así: "Ahora lo encierran en un castillo. Después morirá sólo. Pero más tarde, lo harán Santo". Y así fué. Ahora tenemos a San Celestino V, Papa.

 

LA HISTORIA DE LOS PAPAS. Los Papas han vivido una historia muy variada. Los ha habido santos. Los ha habido también mundanos, guerreros, diplomáticos, reyes. Los ha habido sencillos, cercanos a las masas. Algunos han escrito grandes y muy comentadas encíclicas sociales. Pero siempre aparecen lejanos. Actualmente ante las masas suelen mostrarse sobre unos escenarios artificiales, caros, montados en unas inmensas explanadas, o desfilando por las calles y plazas llenas de gentes que aplauden, en un coche especial, blanco, protegido, blindado, que ha sido llamado el "Papa Móvil". Y es que, donde menos se puede esperar, aparece la metralleta de algun terrorista, que lo quiere asesinar, como ha sucedido ya varias veces.

 

EL ASESINATO DE UN ARZOBISPO Y VARIOS JESUITAS. Y esto me lleva a hablarTe de un Arzobispo y de varios Jesuítas que han sido asesinados en nuestros tiempos agitados en El Salvador, un pequeño país centroamericano que lleva tu Nombre. Ya ves qué contrastes. En el Salvador han caído asesinados varios de tus seguidores que sencillamente creían en Tí, querían meditar y enseñar tu Mensaje de Liberación para los Pobres, y se esforzaban por estar y vivir entre ellos, y trabajar construyendo una nación más justa y más igualitaria. Pero no les dejaron. Y los militares que generalmente en América están al servicio de las dictaduras y de las oligarquías señoriales, se las han arreglado de forma que alguien los abatiera a tiros, y los hiciera callar. 

Esto es lo que sucedió con Oscar Arnulfo Romero, un sacerdote Salvadoreño, estudioso, pacífico, interesado por los libros y la teología, que en 1977, fue seleccionado y nombrado por el Vaticano, Arzobispo de El Salvador, como "solución de compromiso". Ni demasiado extremista, ni demasiado del sistema. Su vida se ha desarrollado, bellísimamente, en una Película muy hermosa y emotiva, que lleva su nombre: "Romero". Es de la compañía Warner Bros Pictures. La dirigió John Duigan. Y encarna la figura de Romero, un gran actor puertoriqueño llamado Raul Julia. 

El pueblo pobre pide Libertad y Libertades. Quiere vivir en Democracia. Exige Elecciones Libres. No quiere abandonar sus tierras, porque las trabaja y las suda. Y enseguida, apoyándole, aparece la figura de un Jesuíta que es Párroco del pueblo de Aguilares, Rutilio Grande. Le acompañan otros jesuítas. Rutilio Grande le dice a Romero que le critica su extremismo: "Yo no hago nada. Es el pueblo que lo hace. Jesús está con nosotros, con el pueblo". El nuevo Arzobispo, intelectual, tranquilo, distante al principio, va aprendiendo, se va emocionando ante la lucha de su pueblo y la popularidad de los jesuítas, especialmente de Rutilio Grande. 

Rutilio había nacido en El Panisal (El Salvador), el 5 de Julio de 1928. Se hizo Jesuíta el 22 de Septiembre de 1945. Y murió por ametralladora en Aguilares (El Salvador) el día 12 de Marzo de 1977. Estos son todos los datos que he podio leer en la Lista de los Jesuítas Asesinados entre 1973 y 1989: Total 33 jesuítas asesinados en tan pocos años. Casi todos ellos han  muerto por la liberación de los más pobres. Rutilio además fué el gran sugeridor de este camino al nuevo Arzobispo Romero. 

Romero se vuelve valiente, decidido. Predica tu Verdad. Se siente cada día más cerca de los modernos esclavos de las sociedades. Y se encuentra así muy pronto enfrente de los Ricos y de aquellos que habían confiado en él para mantener el dominio sobre las clases populares. Pero Romero no tiene miedo y profetiza: "Cuando yo muera asesinado, el Pueblo Salvadoreño resucitará de sus cenizas". Y así fué. Un día del mes de Marzo de 1980, mientras celebraba la Eucaristía en una capilla, ante un grupo de monjas, vestidas con hábitos blancos, un tirador especializado apuntaba su fusil hacia él, disparaba. Y el Arzobispo se desplomaba cerca del Altar donde Tú Te sacrificas místicamente cada día. Así termina la película. Pero no termina así la historia. El Arzobispo Romero me parece un santo, un héroe que lo ha sido y lo es por la Liberación de los descastados. Espero que la Iglesia algun día, cuando haya pasado esa oleada de conservadurismo que ahora la cohibe, reconocerá la verdad y la santidad de su historia y de su muerte. Y lo proclamará Santo. Y mártir. 

En El Salvador siguieron otras muertes violentas. Allí hay una Universidad que llaman la UCA, y que está en manos de los Jesuítas. Es la "Universidad Centro-Americana". Allí ha habido un grupo de Profesores jesuítas que se ha dedicado a la investigación, a la enseñanza y a la publicación de libros y artículos sobre la "Teología de la Liberación".  Esta es una Teología normal, que estudia tus actitudes y tus mensajes y su repercusión en la vida de los hombres y de las mujeres. El pueblo explotado, esclavizado, encuentra en Tí su libertad, y entonces se convierte en el gran Maestro de la Iglesia. Las Comunidades populares cristianas se presentan como el gran camino de la Revelación del Mensaje de Jesús, de tu Mensaje Revolucionario.

 

LO QUE Tú ENSEÑASTE. Cuando Tú dijiste tus "Dichosos", tus "Bienaventuranzas", comunicabas sencillamente ésto. Cuando Tú insistías en la salvación de los que sufren y de los marginados y afirmabas que es imposible para los hombres que los ricos se salven, gritabas una proclama que podría parecer subversiva. Cuando Tú lanzaste aquella breve, pero profunda manifestación de tu Alegría ante la realidad de que los que Te escuchaban y seguían eran los pobres y los marginados, decías algo muy revolucionario a los poderosos del Imperio Romano y de los Senadores, Magistrados y Leguleyos del Pueblo de Israel. Y lo dijiste también para los potentados de todos los tiempos. Dice Lucas, el médico: "En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: 'Yo Te bendigo, Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu Beneplácito'". Tú afirmaste rotundamente que no se puede servir a Dios y al Dinero. Y nuestras generaciones neo-liberales quieren servir más al Dinero que a Dios. El Dinero es su dios. Hay que buscar a otros para que sean cristianos. Son aquellos que no tienen cuentas corrientes. No tienen más que una manos para trabajar. Y una frente para sudar. De éstos es el Reino de los cielos. 

Esto es lo que querían repetir los Profesores de la UCA. Y un día, el 16 de Noviembre de 1989, aparecieron varios hombres armados. Y los acribillaron  con sus balas. Y en pocos minutos, en el recinto de la Universidad, había seis jesuítas muertos. Y dos mujeres que trabajaban en la casa. El más conocido de todos ellos se llamaba Ignacio Ellacurría. Tenía 59 años. Y era un vasco de Portugalete, Rector de la misma Universidad. 

Estoy convencido de que ellos también fueron tus mártires, es decir, testigos de tu Verdad. Siguieron el camino de sangre que Tú iniciaste, siguieron el camino de su hermano Rutilio Grande y el de Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo. ¿Serán proclamados santos algun día?. Yo así lo creo y así lo espero. Pasarán las oleadas actuales que, al fin y al cabo, como todo lo que pertenece a la historia y a los hombres, son transitorias y perecederas. Van a dejar paso a las realidades más cercanas a la Utopía Cristiana que Tú encarnaste y nos comunicaste.

 

EL CASO DE NICARAGUA. En Nicaragua también han sucedido cosas extrañas, aunque han seguido derroteros diferentes. Algun Jesuíta y otros sacerdotes han llegado a ser Ministros de la República. Y al Papa no le ha gustado. Todo el mundo ha podido ver a través de las imágenes de la Televisión, cómo el Papa levantaba su mano derecha con el dedo pulgar extendido, reprendiendo a uno de estos sacerdotes que estaba de rodillas ante él, junto a los otros Ministros del Gobierno de Nicaragua. Estas imágenes pasarán a la historia, quedarán en las cintatecas y serán repetidas muchas veces como "imágenes de Archivo". Ahora ya no están las cosas así. En Nicaragua ha habido elecciones libres. Y todo se ha solucionado. Ya no se habla casi de la Revolución.  

Yo he podido escuchar una conferencia del Jesuíta que era Ministro de Educación en Nicaragua. Lo recuerdo en el salón del Cine Municipal. Hablaba de pie, tranquilamente. Más parecía un profesor que un ministro o un político. Y, aunque no lo dijo, yo notaba en él las características de un Jesuíta, que sabía muy bien lo que quería decir. Y, en el fondo, aquel hombre pensaba en Tí, aunque tampoco Te citó en ningún momento. Hablaba un maestro, pero también un místico, el místico de la revolución popular, del que busca la liberación del pueblo, del que está en contra de las grandes Superpotencias que manejan a los países del Tercer Mundo para fortalecer con egoísmo los propios intereses económicos y humanos, aunque sea a través de los embargos comerciales y de las invasiones más o menos disimuladas.

 

UN JESUITA ESPAÑOL. En España también había habido un caso muy notorio: el del P. José María de Llanos. Este Jesuíta durante sus años jóvenes fue un entusiasta promotor de las Juventudes Nacionalistas. Pero después, cambió de ideas, se inscribió en el Partido Comunista y se fue a vivir, con los obreros, en una barriada pobre y todavía por urbanizar, el Pozo del Tio Raimundo. Y allí vivió, trabajó y murió, anciano de ochenta y cinco, el Jesuíta idealista. Recibió la visita de los más famosos dirigentes comunistas de España. Cuando le llevaron a enterrar en uno de los cementerios de Madrid, los asistentes rezaron una decena del Rosario y después cantaron con emoción "La Internacional" que es el Himno de los Obreros izquierdistas del mundo. Su cadáver estuvo expuesto en su casa del "Pozo del Tío Raimundo". Estaba rodeado con miles de flores rojas. Fue visitado por sus vecinos, dirigentes políticos de todas las ideologías. Así en su muerte, como en gran parte de su vida, se mezclaron el Crucifijo, las Avemarías, el Color Rojo y los Puños en Alto, a los ritmos marchosos de la Internacional Obrera.  

Llanos había dicho con sinceridad: "Yo soy un burgués y sigo siendo un burgués. Y me duele no ser como ellos, los obreros".

No es fácil encarnar tu Ejemplo y tu Mensaje. Siempre nos queda el viejo sabor, las viejas formas, los estigmas de las clases medioburguesas o burguesas del todo.  

El Comunismo se derrumbó en toda Europa, con la caída simbólica y expresiva del Muro de Berlín, pero José María de Llanos siguió, impertérrito, su camino de integración dentro del pueblo y de los marginados.