La frustración de Jesús

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

¿Invasión de los Alemanes? ¿Invasión de los Ingleses, de los Norteamericanos, de los Franceses, etc., etc.?. Varias naciones se convierten en una colonia de la Locomotora de Europa, de los países más ricos del mundo. ¿Qué sucede?. Los políticos pueden afirmar lo que quieran. Los ciudadanos pueden votar lo que más convenga según sus convicciones ideológicas. Pero la Iglesia y los Católicos, como Cristianos, no podemos permanecer indiferentes. Porque parece que estamos contagiados de la enfermedad del nacionalismo extremista, del nacionalismo apasionado.  

Algunas veces he pensado que Jesucristo, en la Ultima Cena tuvo una tentación que no ha quedado escrita en el Nuevo Testamento. Y ésta sería la tentación de la Frustración ante lo que Él podía prever como un gran fracaso de su Misión Universal. Él pronunció la llamada "Oración Sacerdotal". Era de noche. Antes de ser entregado por el traidor que se había sentido decepcionado. Porque aquel Mesías, Jesús, era lo contrario de lo que Judas esperaba. Jesús no era el restaurador de la soberanía de Israel.  

Jesús suplicó repetidas veces la Unidad de todos sus seguidores. "Padre Santo, cuida en tu Nombre a los que me has dado para que sean uno como Nosotros". Y se refirió después a todos los creyentes "para que todos sean uno". "Como Tú, Padre en Mí y Yo en Tí, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado". E insistió varias veces.  

Se comportaba como si previera la historia guerrera de la humanidad dividida, de los Cismas y las Herejías por causas hondamente políticas. Parecía sentir la angustia por la certeza de que aquella su oración iba a ser ineficaz, a causa de los egoísmos de los grupos, de las razas, de los pueblos, de las nacionalidades, de las diferentes lenguas y costumbres. Tal vez lloraba en su intimidad al ver que aquella unidad tan querida, muy pronto, se iba a romper, muy pronto saltaría convertida en añicos, rota por el orgullo de la libertad humana. Como una copa de cristal que se tira contra el suelo con rabia. Como un alto edificio que se desploma a causa de algún terremoto egoísta, a causa de las sacudidas de los explosivos colocados por los terroristas del espíritu y los pequeños patriotas de via estrecha.  

Muy pronto saltaron chispas en su Iglesia. Los Judaizantes y los Gentiles. Fue el primer incendio en la primitiva Iglesia. Y fue necesaria la voz del Primer Concilio, el de Jerusalén, y las voces equilibradas de Pedro, Pablo, Santiago y los demás para restaurar la paz en la Comunidad Eclesial. Pablo tuvo que gritar en una de sus cartas: "Revestíos del hombre nuevo que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su Creador, donde no hay griego y judío, circuncisión e incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo, libre, sino que CRISTO ES TODO Y EN TODOS". Y a los de Efeso les escribía: "Ya no sois extranjeros, ni forasteros sino conciudanos de los santos y familiares de Dios"  

Así lo quiso Cristo: "Id al mundo entero, y proclamad la Buena Nueva a toda la creación". Pedro, en casa del Centurión "Romano", Cornelio, tuvo que reconocer: "Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en cualquier nación el que Le teme y practica la Justicia, le es grato". Sin embargo, Pedro, por todo esto que hizo y dijo, tuvo que soportar el reproche de algunos cristianos judíos, a los que tuvo que explicar su comportamiento. No le fue fácil conseguir su comprensión.  

Los siglos posteriores fueron atroces, y la unidad eclesial se fue resquebrajando. Se dividió el imperio romano y comenzó el proceso de disgregación de la Iglesia Romana (Occidental) y las Iglesias Orientales que se llamarían "ortodoxas". Llegaron los nacionalismos modernos, y surgieron las Iglesias Nacionales, impulsadas por famosos heresiarcas, en Europa. Se descubrió América y la división europea, también religiosa, se proyectó sobre aquellos Continentes transoceánicos. Se multiplicaron las que algunos llaman sectas. ¿Cuántos miles de "Sectas" o de grupos cristianos diferentes hay en el Mundo?. Nadie los puede contar. Pero los que conocemos América sabemos con qué tozudez se enfrentan allí y en otras partes los contradictorios grupos cristianos. Unos, norteamericanizados, de hecho sirven a la Superpotencia que les subvenciona, otros unidos a través de cordones invisibles con las iglesias nacionales de Europa, mantienen su propia posición religiosa-cultural. Guerras de religión. La división de los Cristianos nos avergüenza a todos.  

¿Qué sucedió con la "Cruzada" Española?. ¿Por qué surgió el "Nacional-Catolicismo?. Casi un millón de muertos.  

Los Santuarios, los Templos, algunos grupos se convierten en símbolos y centros de una cultura local, nacionalista, donde  se lucha por una cultura, una identidad, una lengua. Si España se convierte en un Estado Federal o Confederal, como quieren los poderosos Líderes minoritarios y bien conocidos, la Iglesia permanecerá siempre una y única, como Jesucristo. Y seguirá viviendo su perpetuo Pentecostés, el de todas las lenguas, cada uno la suya, la que más le guste. Porque la Iglesia no es una Federación o Confederación de Iglesias locales. Somos "Uno" con Cristo Uno, Un Cuerpo, Un Edificio, Una Comunión, Un Bautismo, Un Dios. La Iglesia debe inculturizarse, pero, como la cultura es constantemente creada por el pueblo que cambia, la inculturación cristiana debe cambiar según los ritmos de la evolución histórica. El mundo ya no es el mundo de hace sesenta años. Y seguirá cambiando. Cada día más rápidamente. Pero la unidad de Cristo y de su Iglesia permanecerá.