La familia real y la ideal

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

El tema de la familia se ha puesto de moda. Es un tema de actualidad candente. Todos los días los medios de comunicación de masas nos ofrecen noticias, realidades, a veces terribles, de familias con problemas: bodas entre homosexuales y lesbianas, divorcios, escándalos, separaciones, niños abandonados en los contenedores de basuras, mujeres asesinadas, golpeadas, maltratadas por sus esposos, por sus amantes, por sus ex-compañeros. Sangre en los hogares. Hogueras en las calles para matar a algún miembro de la familia. Parece que algunas veces el amor se convierte en odio, y que el hogar, recinto de paz, de alegría, de amor, se convierte en un infierno, en un calabozo. También nos encontramos con violentos domésticos que buscan su personal desaparición con el suicidio.  

 Hace unos días recibí por Internet una serie de figuras a todo color que quieren expresar cómo el amor y el respeto familiar entre hombre y mujer va evolucionando a través de los días, los meses y los años. El título de la serie es ya muy expresivo y claro: “7 Días. 7 Meses. 7 Años”. Es una proyección de diapositivas sobre el monitor del ordenador. Les pongo un ejemplo. La primera diapositiva dice: “A los 7 días de casado: Te amo” (Habla el esposo con rostro entusiasmado). “A los 7 meses, el esposo despistado, dice: Claro que te amo”. “A los 7 años, el esposo gordo fumando un puro habano, va diciendo lentamente: Si no te quisiera, hace tiempo que no estaría aquí, ¿no?”.  

La penúltima diapositiva dice así:  “A los 7 días, el esposo dice: ¡Qué suerte!. Esta noche cenamos solitos en casa”. “A los 7 meses: ¿Te importa si Pepe se queda a cenar?”. “A los 7 años: ¡Son las diez!. ¿viene o no viene esa cena?”  

La última diapositiva presenta a un hombre que ríe a carcajadas. Esta serie tan colorista y tan adaptada para los que navegamos por Internet, demuestra que en muchos hogares el amor entre esposo y esposa se va enfriando, hasta convertirse en un mutuo desprecio.  

Las estadísticas son terribles. No podemos conocer lo que sucede en todas las naciones del mundo, pero sabemos casi perfectamente qué sucede en España. Vean algunos datos: “169 mujeres asesinadas en los últimos tres años”. “El Observatorio contra la violencia Doméstica califica de DESOLADORAS las cifras de muertes”. “El número de muertes a causa de la violencia doméstica, aumentó un 54 por ciento en 2003”. “Las víctimas de violencia doméstica han solicitado un total de 7.869 órdenes de protección durante los meses de Agosto a Diciembre del 2003”.  

Menos mal que todo esto sucede en un reducido número de casos. A pesar de ello, estos hechos esporádicos aparecen en los primeros titulares de Televisiones, Radiodifusoras y Periódicos.  En el fondo existe una confusión en el concepto del amor. ¿Qué es el amor entre un hombre y una mujer?. Para algunos es solamente atracción y placer sexual. Pero los estudiosos saben perfectamente que el amor humano entre parejas no es sólo sexo, sino también una capacidad de convivencia comprensiva, de mutua comprensión y sacrificio conjunto. Y este aspecto superior va creciendo con los años, mientras va disminuyendo la atracción meramente sexual.  

Ante este paisaje que nos impulsa a llorar, a estremecernos profundamente, aparece la figura paternal de los Obispos de la Iglesia Católica. Ellos levantan su voz para ofrecernos el ideal, lo que debería ser, también ahora, una familia humanamente aceptable y cristiana. Se publican escritos. Y hace pocas semanas apareció una maravillosa Carta de la Conferencia Episcopal Española, que lleva como título “Directorio de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España”. Es un documento que, editado en la imprenta, tiene más de cien páginas. Está en venta en las librerías. Y muy fácilmente los ejemplares se han vendido todos. Para leer un documento así, hay que estar dispuesto a la tranquilidad, a la meditación, al análisis. No se puede comprender y asimilar en una breves miradas a las diferentes páginas. Este documento merece un estudio. Tiene siete capítulos, además de una Presentación, una Introducción y una Conclusión.  

Además no se puede considerar como un estudio teológico–humanístico, porque trata de la Pastoral Familiar de la Iglesia en España. Es decir, el tema que trata el documento episcopal se refiere a lo que deben realizar los miembros de la Iglesia desde los Obispos, los Sacerdotes, los Religiosos hasta los laicos y las laicas, es decir, los católicos de la base. Todos son llamados a estudiar las ideas de Jesús sobre el matrimonio y la familia que del matrimonio nace para que procuren ser vividas por todos los católicos en la práctica de cada día.  

Es una exposición larga, minuciosa, práctica. En el limitado espacio de un artículo no se puede condensar lo que está escrito en centenares de páginas tan densas de contenido. Pero yo quisiera recoger un pequeño detalle que tiene muchas consecuencias. El documento de la Conferencia escribe sobre un tema que todos hemos vivido en nuestras familias profundamente católicas. Se halla en el número 4 del primer capítulo. Su título es: “LA FAMILIA: IGLESIA DOMÉSTICA”. Los papás y mamás no sólo transmiten la vida a sus hijos, sino también el amor, y con el amor, enseñan a vivir las verdades y las llamadas de Jesucristo para que todos los del propio hogar practiquen lo que Él nos enseñó. El hogar familiar es una iglesia en pequeño. No se cometen pecados en él. Rezamos al levantarnos por la mañana. Rezamos antes de las comidas. Rezamos antes de acostarnos por la noche. En las habitaciones caseras suele estar presente un Crucifijo, y en la sala principal está entronizada una imagen de Jesús. El Papá, la mamá y los hijos e hijas suelen rezar el Rosario todos juntos, y van, juntos, al templo para participar en la Verdad y la Eucaristía de Jesús. La familia es un centro y un foco de evangelización.