La demodinámica

Autor: Ramón Aguiló SJ

 

La Democracia es un modo de Gobierno que tiene su propia dinámica. Para que funcione bien. Y no sólo bien, sino de la forma mejor. Si no funciona así, se tambalea. Y llega un momento en que se cae. Porque se extiende el descontento en la sociedad, en el conjunto humano, societario, territorial. 

Platón y Aristóteles ya escribieron sobre este tema. Muy especialmente Aristóteles. Para este pensador, filósofo griego, el término Democracia suscitaba un pensamiento negativo. Porque lo definía como el Gobierno del Pueblo, pero un Gobierno Injusto. En cambio, en la parte positiva del Gobierno del Pueblo, ponía el sistema Republicano: la República. No voy a exponer todo el sistema político de Aristóteles porque nos llevaría muy lejos. Pero solamente quiero recordar que este pensador griego, discípulo de Sócrates, y maestro de muchas generaciones de pensadores, llegó a analizar seis formas de gobierno, tres de ellas justas, y las otras tres, injustas, según pretendan el bien de todos, es decir, de toda la comunidad, o el bien solamente de una persona o de un grupo. Por tanto, las formas de gobierno JUSTAS son el REINADO, la ARISTOCRACIA y la REPÚBLICA (que nosotros llamamos DEMOCRACIA). En cambio, por buscar solamente el bien de uno o de unos pocos son INJUSTAS la TIRANÍA, la OLIGARQUÍA y la DEMAGOGIA.   

En muchos países de todos los Continentes, la historia que evoluciona siempre de una forma imparable, ha conseguido llegar a una mezcla de los varios sistemas expuestos y analizados por los antiguos teóricos de la Política. Varios ejemplos concretos  serían los siguientes: los Estados Unidos de América, el Reino Unido o Gran Bretaña, Varios países del Norte de Europa, como Bélgica, Suecia, etc. Y también España en la actualidad. En casi todos éstos que he citado, existe la Monarquía o REINADO (como lo llamaría Aristóteles), pero es una forma de Monarquía que llega mezclada con la DEMOCRACIA o lo que Aristóteles llamaría REPÚBLICA.  

El caso de España es característico, por el sistema político de España es una Monarquía, porque tiene un Rey, pero el Monarca en España no gobierna. El que gobierna es el pueblo, a través de varias instituciones, formadas por personas (hombres o mujeres) de diferentes partidos, elegidos en las elecciones generales o parciales, por períodos determinados. En España hay varios niveles: Estado, Comunidad Autónoma, Municipio. En todos estos niveles, el Pueblo, a través de las urnas, determina las personas o los Partidos Políticos que van tener las riendas del poder. 

Es por todo ello que en España, como en los modernos Estados Monárquico-Democráticos, o Republicano-Democráticos, se producen elecciones con mucha frecuencia. Y los Partidos o Personajes de la Política se sienten obligados a estar siempre atentos a lo que realizan o a lo que de  ellos se dice o se comenta en los medios de comunicación social y en las tertulias, para que, cuando llegue el momento de las elecciones, la mayoría de los votantes escoja la papeleta correspondiente.  Por ello parece siempre que los Partidos y los Políticos se hallan en Campaña electoral o lo que es lo mismo, en Pre-campaña. 

El caso de los Estados Unidos de América es un caso muy singular. Porque no es monarquía, ni tampoco república. Es una especie de coktail político, formado por elementos republicanos y elementos monárquicos. El habitante de la Casa Blanca tiene algo de Presidente de la República y algo de Rey. Su poder es enorme.  

Las raíces cristianas de las Democracias actuales son evidentes para quienes conocen algo del mensaje social de Jesús. Han aparecido los Partidos Políticos que se llaman “Cristianos”, como la Unión Cristiano Demócrata. Y otros. Sin embargo, no es aconsejable que se utilice el nombre de Jesucristo  para conquistar el poder.  

Muchos intelectuales a través de los siglos después de Jesucristo han filosofado sobre el tema de la organización política de los pueblos. Pero uno resalta y sobresale entre todos. Y éste se llama Francisco Suárez. Él fue el que puso las bases de la democracia moderna, ya en el siglo XVI. Fue un granadino, gran escritor. Una enciclopedia inglesa dice de él: “Su más notable trabajo se desarrolló en la filosofía política y en el campo del derecho internacional”. Suárez afirmó que el pueblo tenía el poder de gobernarse a sí mismo, aunque este poder le llegaba de Dios. El pueblo era el que determinaba y determina quién o quiénes le deben gobernar y a ellos les transmite el poder político.   

Las obras de Francisco Suárez fueron quemadas públicamente por orden del Rey inglés Jacobo I porque contenían estas doctrinas democráticas, unas doctrinas que no podían gustar a un Rey que tenía mucho de Rey absolutista.  

Todas estas ideas, radicalmente humanas y cristianas, deberían ser tenidas en cuenta por nuestros políticos y nuestras políticas, que se hallan siempre en pre-campaña o en campaña electoral. Por favor, dígannos siempre la verdad, la verdad de lo que piensan y de lo que piensan realizar. Y procuren ellos y ellas dar buenos ejemplos de convivencia social, sin trampas, ni trampitas.