Europeizarse de verdad

Autor: Ramón Aguiló sj.


 

Están cerca las elecciones políticas de Europa. Vamos a elegir a los miembros del Parlamento de Estrasburgo. Pero no parece que las gentes de nuestro entorno manifiesten especial interés en este asunto. Lo ven tal vez algo lejano. Y también complicado. Y bastantes tienen dudas sobre las conveniencias de estar dentro de la Comunidad Europea.

 

Algunos hechos indiscutibles parecen sugerir y apoyar estas dudas.  Hay sucesos que tienen una expresividad importante. Los camiones de frutas y hortalizas procedentes de países europeos para distribuirse en países que deberían ser considerados hermanos en la Comunidad, son atacados. Sus productos son desparramados sobre las carreteras. Se habla de exceso de vino, de leche, de mantequilla. Dificultades para los pescadores, para los campesinos y otros que ven, con pavor, cómo se les pide reducir sus producciones, cambiar sus ancestrales trabajos por otros.

 

Están también en todas partes los llamados "Euro-Escépticos" que son unos señores políticos que no creen en la validez de la Unión Comunitaria Europea. Están en la Gran Bretaña. Están ahora en Italia. A veces ocupan puestos importantes en sus países. Son  Parlamentarios disidentes. Pero, además, también existen apreciaciones negativas en políticos claramente europeístas, ya que no se sienten suficientemente satisfechos por las metas hasta ahora conseguidas, y por la forma de actuar de algunos países miembros. Como si hubiera un retroceso en el camino a seguir. Como si se manifestaran claramente y con demasiada fuerza los intereses nacionales de los países sobre los intereses de la Comunidad.

 

Finalmente de forma muy importante y a veces clamorosa, están resurgiendo los "Nacionalismos" que van tomando formas muy extremistas y exigentes. Esto se nota en todas partes, pero especialmente y de forma muy llamativa en España.

 

Los líderes "Nacionalistas" que todos conocemos, porque hablan mucho y actualmente, por las circunstancias políticas, ejercen un gran poder, suelen defender la integración en Europa. Pero insisten en que esta integración tiene para ellos unos acentos especiales, y afirman ya de una forma suficientemente clara para los que quieran entender, que su concepto de Unión Europea sigue una línea diferente a la que sugiere la "Unión de los Estados". Ellos buscan una clara presencia de las Nacionalidades, que no coinciden con la noción del Estado.

 

Los Catalanes, por ejemplo,  hablan de la Catalunya Nort, que no se encuentra dentro de las fronteras del Estado Español.

 

Todos estos hechos, todas estas circunstancias, crean un ambiente de oscuridad en un tema que debería ya ser claro y evidente para todos: la Unión Europea es algo irreversible que ya se ha conseguido hasta ciertos niveles, y que está en marcha decidida hacia otros niveles superiores, hasta que se pueda llegar a la final Unión Política, con la creación (Federal o Confederal) de unos Estados Unidos de Europa.

 

Hay, además, ahora una oleada de desconfianza general en los políticos, a causa de los casos de corrupción que se han aireado y se airean ruidosamente en casi todos los países del mundo, y que se han manifestado también muy espectacularmente en varios países de la Europa Unida. Esta oleada debilita también el interés de las masas por todo lo que tenga un matiz político, como son las próximas elecciones europeas. No se fían. Se sienten defraudados. Prefieren ir a la playa. Viajar. Buscar solución a los pequeños o grandes problemas de cada día. Trabajar y Divertirse. Y no pensar demasiado en las torturas de los demás.

 

Lo van a tener difícil los candidatos al Parlamento Europeo para cautivar la atención de las masas humanas en sus campañas electorales. Ojalá me equivoque.

 

Personalmente creo que el acercamiento comunitario de los países europeos, después de la segunda guerra mundial, ha conseguido grandes beneficios para todos. Y no sólamente para los Europeos.

Nosotros, los que hemos experimentado las horribles consecuencias de las guerras mundiales de este siglo XX, sabemos valorar la paz conseguida aquí, en nuestros países, durante tantos años, medio siglo hasta ahora. Y sabemos que podemos esperar que es inconcebible, por muchos años, el estallido de algo parecido a aquellas guerras que causaron decenas de millones de muertos y que arrastraron a prácticamente todas las naciones del mundo. Sólamente este hecho, esta paz, ya sería la demostración fulminante de que la Unión Europea es positiva, es constructiva, es válida. Yo he visto demasiados enormes cementerios militares de cruces blancas en los países europeos que he visitado. Murió demasiada gente por falta de la Unión Comunitaria.

 

Pero, además, existen todas las ventajas económicas y sociales que la Unión trae consigo. La desaparición de las fronteras para la mano de obra, las mercancías y los capitales productivos está adquiriendo una gran importancia para todos. Porque todos tenemos más posibilidades, nuestra vida se puede desarrollar en más amplios espacios. Y cuando hay crisis económicas y monetarias, que también las hay y las habrá, podemos superarlas con más facilidad, yendo unidos y marchando al unísono, en vez de lanzar los gritos de guerra, como se hacía antes.

 

Europa es un Espacio privilegiado de paz, de riqueza, de capacidad de investigación y de producción, de libertad en todos sus aspectos, de respeto a los derechos humanos fundamentales. Y yo añadiría también que, a pesar de todas las desviaciones materialistas actuales, Europa es un espacio prevalentemente cristiano. Y el Cristianismo, aunque no sea más que un conjunto de ideas activas e inconscientes que existen en la Opinión Pública de los Europeos, es la garantía inexpugnable de una vida más digna, más elevada y más solidaria.

 

Todo esto nos invita a ser Europeistas "de Verdad", es decir, sin trastiendas políticas egoistas, creadoras de división y desconfianzas. Todo esto nos sugiere que hemos de votar.